Quiero -8

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Primera semana de clases, primer fin de semana y Park Jimin recibe su primera visita, sus ojos casi no pueden creerlo, pero aquella cabellera colorina sólo puede pertenecer a una persona y aquella somnolienta sonrisa le confirma que se trata de su hermana Sarah.

Jimin corre con las lágrimas asomándose por la orilla de sus ojos y se pega al cuerpo de ella en un abrazo conmovedor, aquel abrazo transmite tal sentimiento que ya se han dicho todo, pero de todas formas Jimin invita a Sarah a conocer su habitación y luego de obtener un permiso por parte de impectoría ambos pelirrojizos caminan pasillo adentro hasta llegar a la puerta celeste.

-Esa cama es asombrosa -es lo primero que llama la atención de ella y Jimin ríe por lo bajo, de todas formas ya sospechaba que algo así ocurriría si ella estuviese ahí.

-¿Cómo van tus clases de música? -pregunta Jimin sentado en la cama, a la espera de que su hermana finalmente se mueva de donde se encuentra, de pie con los ojos semi cerrados y el cabello algo revuelto ya que acaba de pasar su mano por el.

-Me han echado del salón dos veces por dormir en clases -dice caminando lentamente, de la misma forma que Jimin hace, pero la diferencia aquí es que Sarah tiene sueño.

-Sarah... -Jimin intenta ser serio, pero la seriedad es algo que hasta el momento, en sus diecisiete años de vida, no va con él, por lo que comienza a reír mientras niega levemente con la cabeza y cubre su boca con la muñeca de su brazo izquierdo.

-No te rías -bosteza finalmente llegando a la cama y echándose sobre esta a un lado de Jimin, cerrando los ojos y suspirando con una sonrisa en el rostro lo cual provoca más risas de parte del mayor- extrañaba eso... -susurra.

-¿Qué cosa? -Jimin se recuesta con la cabeza sobre el estómago de su hermana, aún ríe suavemente y juega con sus dedos.

-Escucharte, tus risas, verte feliz -lo dice todo con suavidad, manteniendo en su rostro aquella sonrisa y comenzando a acariciar el cabello de Jimin aún con los ojos cerrados.

-Oh... -lentamente sus risas se desvanecen y junto a ello su sonrisa iluminada que es reemplazada por sus dientes mordiendo su labio inferior, no quiere llorar, pero siente su corazón golpetear con fuerza contra su pecho y este se le contrae, aquello le dice que si no deja salir sus repentinos sentimientos se le formará un pesado nudo en la garganta.

-Jiminie... -murmura, este deja caer lágrimas silenciosas a la espera de que ella continúe- todas te extrañamos mucho, y te amamos mucho, por eso te hemos dejado venir aquí -Sarah es lo más cuidadosa que puede con sus palabras, conoce a su hermano como la palma de su mano, Jimin es a quien ella más se ha apegado y le cuesta tenerlo lejos, no es que se exprese demasiado, pero cuando lo hacía, era teniendo cerca a Jimin, esa cercanía entre ellos que sólo ellos notan, aquella complicidad y aquel entendimiento sin necesidad de palabras es lo que ella más extraña- pero esto que te diga no significa que debas volver ya, tan sólo han pasado dos semanas y media, todas velamos por ti y tu felicidad, no debes estar triste, te apoyaremos por siempre -su voz suena como un susurro y cala la piel de Jimin como pequeñas agujas, él continúa dejando caer sus lágrimas mientras asiente a pesar de que sabe que ella tiene aún sus ojos cerrados.

-Las extraño... -dice sorbiendo su nariz, tragándose los sollozos- demasiado... -comienza a pasar sus manos sobre sus ojos para quitar las lágrimas y la mano de su hermana sobre su cabello lo calma.

No hay más palabras, el silencio que los inunda es cómodo y al cerrar los ojos el mayor de los dos la melodiosa armonía del amor fraternal los envuelve en una paz que termina por hacerlos dormir.

Para cuando Jimin despierta Sarah ya no está, pero no le duele pues hay un bonbon de chocolate junto a una nota sobre la almohada. Luego de comerse la mitad del chocolate se levanta de la cama y observa la hora, son cerca de las ocho de la tarde y Jimin ruega porque la cafetería esté abierta mientras sale de su habitación, quiere comprar algo que le llene el estómago pues casi no a probado bocado durante el día; Al llegar a la cafetería sonríe ampliamente pues está abierta y corre hacia el puesto de frutas por una manzana y un plátano.

-Hola -escucha y se gira con sus frutas ya en mano encontrándose con Taehyung, sus mejillas se colorean y muerde su labio inferior durante unos segundos antes de responder.

-Taehyung hyung... Hola -el castaño chico unos centímetros más alto que Jimin le sonríe dulcemente, adora ver al pelirrojo sonrojado, aunque siempre lo ve con las mejillas coloradas y se pregunta si se trata de alguna patología en su piel, pero prefiere no pensar en ello en estos momento pues el menor muerde su labio de forma afanada al parecer a la espera de que él diga algo más.

-¿Cómo estás? -comienza a caminar hacia la salida de la cafetería y su sonrisa se amplía al notar la presencia de Jimin a su espalda.

-Bien, hyung hoy vino una de mis hermanas -comentó con alegría y cubrió su boca con su mano libre al notar que se había dado la confianza de comentarle sus cosas a pesar de que sólo eran conocidos, porque eso eran ¿No?

-Oh, eso suena genial Jiminie -se gira a mirar al chico colorin de las mejillas abultadas con su gran sonrisa y lo encuentra completamente rojo y es que Taehyung no lo sabe, pero acaba de decirle "Jiminie", acaba de atrapar un fragmento del corazón de Park Jimin- ¿Qué tienes? -preguntó preocupándose al instante poniendo una de sus manos sobre la frente del menor, posiblemente Jimin tenía algo de fiebre.

-Yo... -negó con la cabeza y retiró con cuidado la mano del mayor de su frente- no tengo nada, hyung -murmura agachando la cabeza y comenzando a comer su manzana.

-¿Seguro? -Jimin asiente y Taehyung debe conformarse- ¿Y cuál de todas las hermanas tuyas vino? ¿Era rubia? Porque vi una chica rubia salir del establecimiento hace un rato -Jimin negó con la cabeza y mordisqueó más de su manzana mientras seguían caminando por los pasillos.

-Ella se llama Sarah -susurra mirando de reojo al más alto, se sorprende y su sonrojo aumenta al notar que Taehyung lleva su vista fija en él- tiene... ella tiene... -no logra formar una frase completa y siente que entrará en pánico en cualquier momento y es que obtener tanta atención de un chico tan lindo como Taehyung es algo que no tenía planeado al llegar al colegio.

-Sarah, que bonito nombre -sonríe y despeina el cabello rojizo de Jimin como suele hacer, el menor alza la mirada fijándola en el de cabellos castaños y pasa su lengua por sus labios resecos y gruesos; Taehyung postula su teoría, o Jimin hace eso realmente a propósito o es tan malditamente inocente que no se da cuenta de lo que puede llegar a provocar.

-Ella tiene el pelo como yo -dice finalmente y sonríe al recordarla esta mañana, cierra los ojos un par de segundos y casi siente nuevamente sus manos acariciando con suavidad su cabello.

-Entonces ella debe ser muy bonita -Taehyung traga saliva al darse cuenta de lo que acaba de decir, se golpea mentalmente y casi siente sus mejillas comenzar a calentarse de la vergüenza que siente, pero es una vergüenza inocente, simplemente no sabe de qué se avergüenza y quiere intentar remediarlo, pero al ver la reacción de Jimin prefiere dejarlo estar, esto podría ser un buen comienzo "¿Comienzo de qué?" Se pregunta mentalmente mordiendo su labio inferior, y comienza a notar que algo quiere con Jimin...

Y es que Jimin apenas escuchó esas palabras mezcladas con la dulce y grave voz de Taehyung una burbuja de emociones explotó en su interior y no sabía exactamente qué era, pero mientras agachaba su cabeza, mordía su labio y jugaba con sus dedos, algo se alborotaba en su estómago, como si un centenar de mariposas revoloteara de allá para acá sin parar.



Masculino {BTS-Vmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora