Luego de por fin llegar a secretaría y presentarse frente al personal del establecimiento, una de las señoras -sobra decir que es amable por el simple gesto de acompañarlo- lo dejó frente a una puerta celeste y le entregó la que sería su llave.
-Cuida esa llave, hijito -le dijo- aquí no existen habitaciones compartidas -agregó luego, antes de girar sobre sus tobillos y caminar de vuelta a secretaría. Jimin sonrió, alentándose a sí mismo y metió la llave por la cerradura, girándola hasta finalmente abrir el rectángulo de madera y ver el interior. Los muebles estaban en buen estado a pesar de su vieja apariencia y la cama.... La cama no podía compararse con el resto. Era enorme, era nueva y destacaba obviamente en medio del resto de vestigios.
Entró y cerró detrás de sí, lanzándose sobre el colchón y suspirando alegremente luego de dejar sus tres bolsos a un lado.
-Bien... Un listado, sí; Vamos a hacer un listado-se dijo a sí mismo- Primero, haré la cama y pondré sobre ella mi cobertor nuevo -sonrió y se puso de pie, comenzando a sacar de uno de los bolsos -Casi maleta, era enorme- sus sábanas y el cobertor. Sacó las cosas que habían sobre la cama (Notas de bienvenida, un juego de sábanas grises con líneas y una montaña de libros) y comenzó a hacer y deshacer hasta que quedó una linda cama con cobertor rojo y pequeñas flores blancas y rosas por las orillas- Ahora... umm, debería ordenar mis cosas... pero primero quiero pintar, así que... Ay, ¿qué hago? -hizo un puchero y llamó a Sarah, quien no le contestó, debía estar durmiendo. Suspiró y llamó a Cameron.
✆ Diga?
✆ ¡Cameron! ¿Puedo pedirte un favor? -preguntó con voz melosa.
✆ Claro, sólo... espera -se escuchó el llanto de la bebé y luego a Cameron cantándole.
✆ oh... no importa, ¿puedes pasarle el celular a Victoria?
✆ Claro... ¡Victoria! Hey, te llaman -algunos murmullos- es Jiminie
✆ ¿Hola?
✆ ¡Jiminie! -se escuchó a Victoria y Jimin sonrió- ¿Qué necesitas?
✆ Se me quedaron los tarros de pintura en el auto y...
✆ no digas más, iré en cuanto pueda... Creo que en... sí, en cuarenta minutos estaré llegando; Te amo, nos vemos -cortó.
-Bien... la pintura llegará tarde, ¿qué puedo hacer? -hablar solo era cualidad de Jimin. Suspiró y guardó la llave en su bolsillo trasero antes de salir de la habitación. Daría una vuelta para conocer mejor el lugar.
Al salir de la habitación se encontró con un par de estudiantes que paseaban por los pasillos, posiblemente nuevos como él, inspeccionando el lugar como él lo había planeado; Suspiró para calmar sus alocados nervios y comenzó finalmente una caminata lenta, como si esperase pacientemente a que un pie le pidiese permiso al otro para dar el siguiente paso y así, observando con cautela y asombro algunos cuadros que colgaban con elegancia sobre las blancas paredes, moviendo sus dedos con impaciencia y chocándolos unos con otros contra los dedos de la mano contraria. Llegó al final del pasillo y se encontró con escaleras hacia un desnivel, y casi sin pensarlo dio media vuelta girando sobre sus talones y caminó un poco veloz hasta para su propio gusto de vuelta a la puerta de su habitación.
Jimin realmente odiaba la oscuridad y los espacios cerrados.
Como un subterráneo.
O un ascensor.
Y probablemente lo que había al bajar aquellas escaleras se asemejara bastante a un subterráneo.
A un oscuro y cerrado subterráneo.
Se aseguró de regularizar su respiración apoyado contra la puerta celeste antes de, con brusquedad, insertar la llave y girarla hasta abrir, entrar con las mejillas coloradas y buscar como desquiciado entre el bolso más pequeño, ese de mediano tamaño -seguía siendo el pequeño en comparación a los otros dos- y hacer dos puf en su boca con el inhalador luego de dar con el. Jimin es asmático, pero no presume de ello bajo ningún caso, sólo se inhala por precaución, no es como si una caminata rápida a través de un pasillo realmente fuese a matarlo, pero para Jimin nunca está demás.
Justo en el momento en que se dejó caer sobre el acolchado su celular sonó y supo que Victoria estaba cerca, que ya casi era momento de pintar; Así que tomó un papel y un lápiz y comenzó a trazar ideas -nadie nunca ha sido tan organizado como Jimin, bueno sus hermanas sí-. Es cosa de veinte minutos cuando Jimin vuelve a ver a su hermana y le da un gran abrazo, conversan un poco de camino a la habitación del menor, ya que ella es autorizada a entrar y además debe ayudar a Jimin a llevar los tarros de pintura.
Los tarros ya están, Victoria ya se fue y es hora de que Jimin comience a trazar líneas con la brocha y el rodillo. Exhausto cae sobre la cama luego de pintar con mucha dedicación dos paredes completas, una lleva encima un tono más claro que la otra, pero eso no quita que ambas van en degradé de arriba a abajo.
Saborea su propio sudor mientras acomoda los muebles en su lugar, apegados a las paredes ya pintadas y secas y disfruta de poder ordenar un poco de sus cosas, como los libros y los productos de belleza, luego vuelve a la cama, pero esta vez se cobija bajo las sábanas y se regocija con la sensación a nuevo que las sábanas llevan, crujen a cada movimiento y mantienen su cuerpo tibio.
El día se asoma con un cielo completamente nublado y jimin quiere levantarse y caminar hasta la cama de Meri, quien lo cubriría hasta la cabeza y lo abrazaría para que se sintiese mejor, pero sabe -realmente recuerda- que ya no está en su casa, ya no está rodeado de sus hermanas, sino que de hombres y no conoce a ninguno. Ninguno más que su vecino, Kim Taehyung.
Se levanta con pereza y un puchero le adorna el rostro, hace algunas muecas más y prepara todo para seguir pintando.
El día finaliza con Jimin agotado nuevamente, las otras dos paredes ya están pintadas también en degradé, los muebles están en su lugar y el resto de cosas como ropa, zapatos, accesorios y material de estudio ya fueron sacados de los bolsos y acomodados en los muebles correspondientes. Decide pegar pegatinas de flores coloridas, lunas, soles y estrellas en una de las paredes y adornas con posters otra pared, así finaliza la personalización de su habitación y por fin se siente a gusto. Se ducha, se viste y se sienta al borde de su cama media deshecha para comenzar a atar sus cordones.
-Lo siento por la intromisión, me han mandado ha... -dice un chico que acaba de entrar a la habitación de Jimin sin tocar ¿Es que dejó sin llave? ¿Y ese chico no tiene modales? Jimin frunce levemente su ceño, pues sabe que si lo sigue haciendo su rostro se arrugará -o eso siempre le dijo Meri- y mira al chico entrometido- ¿Jimin?
-Hola -saluda nervioso ante el rostro de Taehyung, tales eran sus coincidencias que presentía que pronto se acostumbraría a su presencia.
-Hey -saludó con una sonrisa, entrando con más confianza y cerrando la puerta detrás de sí. Observó con cuidado el decorado y la pintura de la habitación, Jimin si que era un chico muy raro, o es que simplemente Taehyung nunca había conocido a un chico que le gustase de ese modo el color purpura y el rosado- me han mandado a avisarle al nuevo que ocupa esta habitación, el cual resultaste ser tú -sonrió y Jimin se sonrojó- que los uniformes estarán listos en dos días más, es decir, el lunes y que cuando el día llegue, te acerques a buscar el tuyo a secretaría
-Oh,bueno, gracias por avisarme -murmuró, Taehyung asintió.
-¿Has desayunado ya? -Jimin muerde su labio inferior y niega- ¿Por qué no? -frunce el ceño y Jimin se contiene. Quiere decirle que si hace eso su cara puede envejecer antes de tiempo, pero con lo bonito que es, Jimin sospecha que eso ocurra, así que se muerde silenciosamente la lengua.
-Es que... aún no pregunto donde queda el comedor -su inocente y tímida respuesta provoca una sensación de escalofríos en el cuerpo de Taehyung, y es que no puede evitar pensar en lo rara que es la actitud de Jimin, y en su gran parecido con una chica.

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Masculino {BTS-Vmin}
FanfictionJimin adora el rosado y a sus hermanas, nunca ha conocido ni hecho amigos hombres, todo su mundo gira en torno a féminas y colores en tonos pasteles. #428 en De Todo♡ #336 en De Todo♡ #862 en Fanfic☆ #710 en Fanfic☆ #568 en Fanfic☆ #404 en Fanfic☆ #...