Extra 3-

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Pellizcaba la orilla de sus deditos con fuerza, arrancando algunos pedazos de cuero con sus uñas, sin sentir dolor, sólo un poco de alivio ante la situación que se encontraba viviendo.

Dos chicos mayores observándolo a lo lejos. No le agradaba, le hacía sentir más inseguro, le hacía recordar la mirada lasciva de aquel hombre. Negó con su cabeza repetidas veces para espantar aquellos recuerdos y fijó sus ojitos en sus manos, cada dedo con pintas de sangre, suspiró y escondió sus manos en los bolsillos de su sudadera mientras comenzaba a morder su labio inferior, caminando en silencio hasta su colegio, agradecido de no hablar con nadie, porque dios, le temía demasiado a los chicos, a pesar de tener quince años.

Era genial estar ahí, pues era un colegio de niñas que recién comenzaba a volverse mixto, por lo que eran muy pocos chicos los que asomaban por los pasillos o en su salón de clases, así que para Jimin era bastante cómodo, y, si no fuese porque se había vuelto un poco asocial, se sentiría incluso como estar en casa con sus hermanas.

Bostezó cuando la última clase dio término y soltó un chillido cuando sus únicos tres compañeros de clase masculinos se acercaron a él.

-Jimin-ah, ¿Quisieras ir a nuestra tarde de video juegos? -uno de ellos habló, tenía cabello negro y ojos casi tan oscuros como su cabello.

-Y-yo... -tartamudeó.

-Veremos porno -aseguró otro chico, con cabello castaño oscuro, sonriendo con emoción.

-Tengo que... volver a casa temprano -murmuró tan despacio que sus tres compañeros tardaron un poco en descifrar lo que acababa de decir, pero, al comprenderlo, se encogieron de hombros y se alejaron lentamente.

Ahora tendría una duda dándole vueltas en la cabeza durante quién sabe cuánto tiempo: ¿Qué era 'porno'?

Llegó a su casa, saludó a la mayoría de sus hermanas, preguntó por mamá y subió corriendo a su habitación, encerrándose para buscar en su celular qué era porno.

Cuando google cargó, se le llenó la pantalla con imágenes de mujeres y hombres desnudos, más posiciones extrañas, y muchas imágenes más que, sinceramente, Jimin no podía ni quería seguir viendo.

Su corazón estaba agitado, su piel sudaba y la respiración le faltaba y las imágenes de aquel recuerdo llegaron a su mente ¿Por qué no conseguía olvidarse de eso?

-Jiminie... ¿Estás ahí? -unos leves golpes en la puerta de su habitación lo hicieron despertar de aquella nebulosa de dolorosos recuerdos, se levantó de la cama y caminó hasta la puerta, abriéndola para asomar a ver quién lo llamaba, encontrándose con Sarah.

-Yo... no puedo evitarlo... -susurró antes de ser abrazado por ella- Siempre vuelve -sollozó aferrándose al pijama de ella.

Treinta minutos después Sarah se había dormido mientras abrazaba a un adormilado Jimin, sus hebras anaranjadas se pegaban a su frente por el sudor de una pesadilla que buscaba evitar mientras clavaba con más fuerza sus uñas en sus muslos.

-Lo siento, Minhyukie... -murmuró con lágrimas acumuladas, el sueño ganándole a su agotado cuerpo, su piel ardiendo ante la fuerza usada por sus manitos- Tengo que olvidarte...

♤Extra-tres, terminado.♧

Masculino {BTS-Vmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora