Burbujas 10-

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-Nosotros no hacíamos nada malo, inspector -se apresuró a hablar Taehyung cubriendo a Jimin al interponerse en la vista del señor Thómas evitando así que este preguntase por las lágrimas que aún escurrían por el delicado rostro del menor.

-Ya, puedo verlo, pero aún así esto se considera un delito de medio grado y podría llegar a ser de mayor grado si los vuelvo a encontrar, por favor vuelvan a sus habitaciones -pidió con calma y amabilidad, la verdad ese hombre era muy pacífico, sólo busca un orden en el establecimiento aunque claro está que, siendo un simple inspector de pasillo, el rol no le correspondía.

-¿No le dirá al director? -preguntó con inquietud el más alto mientras a su espalda Jimin daba su último suspiro de lucha, las lágrimas habían cesado, estaba bastante bien ahora. Al parecer aquel sentimiento había logrado ser liberado, a la luz de las estrellas acompañado del frío y la tibieza de Kim Taehyung.

-No -le guiñe un ojo y le sonríe- pero no habrá una segunda oportunidad, jóvenes. Así que apresúrense y vayan a sus respectivas habitaciones -repitió antes de retirarse, Taehyung se giró con una sonrisa en su rostro y revolvió el cabello del más bajo.

-Vamos Jiminie, ya has oído al Señor Thómas -Jimin alzó la mirada y tímidamente curvó sus labios hacia arriba, una sincera y dulce sonrisa. Una inocente sonrisa que provocó un revoltijo en el estómago de Taehyung ¿Qué estaba sucediendo con él?

Comenzaron a caminar, fueron unos intensos minutos de silencio, el trayecto más largo de sus vidas. Ambos tenían inmensas ganas de hablar con el otro, de averiguar más ¿Pero qué decir?

-Yo... antes iba a decir que gracias por estar ahí -murmura el pelirrojo, la verdad aquel murmullo fue como la brisa suave: apenas se sentía, pero se sabía que ahí estaba. Taehyung se estremeció al sentir aquella voz intervenir en el silencio que los inundaba.

Una burbuja los envolvió y frente a la puerta de color celeste ocurrió: el primer roce de manos.


Noches y noches pasaron en las que Park Jimin soñaba lo mismo, la misma escena, las mismas sensaciones, la misma persona. Día tras día perdido en su propio mundo, encerrado en su propia burbuja de ensueño. Tanto ha de soñar despierto que al chocar un día Domingo con una persona no notó de quien se trataba sino hasta que esta cogió su brazo y lo pellizco con ganas.

-¡Auch! -se quejó cual niño pequeño y miró al responsable con un ceño fruncido, gesto que poco duró al notar frente a él a Cameron con Hyorim en sus brazos y tras ella Luciana y Leslie ¿Cómo había podido no verlas? ¿Cómo había siquiera sido capaz de fruncirle el ceño a sus amadas hermanas? ¿Cómo? Jimin no se lo explicaba.

-¿Ahora que eres todo un macho te olvidas de nosotras? Increíble -rodó los ojos Leslie, cruzada de brazos con su cabello negro cayendo en punta sobre sus hombros y Jimin no puede creerlo ¡Leslie se ha cortado el cabello!

-¿Qué has hecho? -pregunta absorbido por el nuevo estilo que la trilliza lleva en su cabeza, camina hasta ella y coge un mechón de cabello entre sus dedos.

-Me he cortado el pelo, duh -sonríe y tira del brazo del menor aprovechando que este tocaba su cabello, lo envolvió en un abrazo y lo llenó de besos sobre su cabello rojizo- Demonios, como te extraño bebé

-Jiminie... yo también quiero un abrazo -hace un puchero Luciana, esperando ser por lo menos saludada por su hermano menor, que hasta el momento ha estado bastante ocupado con Leslie y es que ¡Por Dios! ¡Son trillizas! ¡Tres! No una. Jimin era un desconsiderado. Y Luciana una chica últimamente infantil.

Jimin soltó una carcajada y se apartó de los brazos de Leslie para lanzarse a los brazos de la trilliza de cabello rubio. Luciana lo exprimió como si de un limón se tratase y besó sonoramente su mejilla marcándole el lápiz labial de color fucsia. Luego Cameron le revolvió el cabello con una mano que desocupó al cargar a Hyorim con el brazo izquierdo sobre su pecho.

-Vaya, no sé cómo, pero has crecido bastante -dice Cameron apretando la mejilla derecha de Jimin entre sus dedos.

-¿Por qué no me han llamado? -hace un puchero ganándose una gran sesión de apretones de mejilla por parte de las trillizas quienes se encontraban encantadas de que su hermano aún conservase su ternura.

-¿Qué acaso no sabes de esta cosa llamada "sorpresa"? -cuestionó Leslie burlona, el menor se sonrojó y comenzó a jugar con sus dedos. Ah... cómo las extrañaba.

La noche parecía aproximarse con rapidez para cuando Jimin había hecho dormir a Hyorim por segunda vez luego de que esta armase un escándalo debido a que Luciana la había manoseado en exceso al decir una y mil veces que "La bebé es muy linda mientras duerme, mírala, tan tranquila y sumisa". Se despidió de sus hermanas con una nueva presión creciendo en su pecho ¿Qué le estaba sucediendo? ¿Por qué no las había notado? ¿En qué pensaba? Y al ver a Taehyung pasar por uno de los pasillos junto a un chico de cabello rubio Jimin pensó que la respuesta era bastante clara, lo complicado era asimilarlo, que estaba pensando demasiado en alguien inalcanzable como lo era Kim Taehyung.


-Hey, Jimin -lo llamó una melodiosa voz, una voz que se le hacía conocida. Se giró con curiosidad y mordió su labio inferior al ver la sonrisa de Jungkook- ¿Podrías acompañarme? Debo comprarle un par de cosas en la cafetería a mi hermano mayor -Jimin tragó saliva, no quería parecer descortés por lo que asintió, pero realmente no deseaba pasar tiempo con Jungkook ¿Qué haría él si el chico volvía a coquetearle?- ¡Genial! Vamos -sonrió más cuando vio el asentimiento del más bajo- ¿Cuál es tu fruta favorita, Jimin?

Jimin comenzó a pensar en la respuesta, así no tendría que notar el esfuerzo que hacía por mantenerse al lado de Jungkook debido a que este caminaba demasiado rápido para su gusto y costumbre ¿Es que tanta prisa llevaba? Agradecía eternamente llevar siempre el inhalador en su bolsillo.

-La naranja -respondió finalmente relamiendo sus labios para mantenerlos húmedos y poder respirar correctamente- ¿Y la tuya...? -susurró mirando fijamente sus pies moverse a tal velocidad. Tendría que dormirse más temprano esta noche, definitivamente debía descansar.

-Mmmh... coincidencia que también adore la naranja -llegaron a la cafetería y Jungkook clavó sus ojos en el sonrojado rostro del más bajo, supuso que se debía a sus palabras y se sintió triunfar.

Park Jimin se mantuvo en silencio y esperó a que Jungkook fuese a comprar lo que debía comprar para poder inhalarse correcta y rápidamente. 

MARATÓN UNO

****¡Muchas gracias a todos! He alcanzado ya los 807 seguidores y debo cumplir con mi promesa<3 Espero disfruten de esta maratón, que por tiempo y cansancio seguiré mañana.

Recuerden que son cuatro días seguidos<3

Y lamento si está mal narrado en alguna parte o si llega a haber una falta de ortografía u_u

¡Nos leemos mañana!****


Masculino {BTS-Vmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora