Voces 25-

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-No me vas a creer, pero creo que vi a Jungkook -dijo el mayor cuando se reunieron para comer algunos dulces, petición de Taehyung. Estaban sentados en el patio trasero del establecimiento, sobre una manta que Jimin ofreció.

El pelirrojo tosió, cubrió su boca con ambas manitos y luego comió el pedazo de una dona.

-Ah... hyung... -murmuró.

-Sé que debes estar nervioso, pero voy a estar contigo, así que evita pellizcarte, ¿sí?

-Hyung, es que... -mordió su labio inferior, una sensación bastante linda invadió su cuerpo, las palabras de Taehyung lo hacían feliz, pero habían ciertas cosas que le impedían sonreír. Por ejemplo, se sentía culpable por haberse mordido y enterrarse las uñas en sus piernas.

-Tampoco estoy seguro de que sea él, así que no vamos a alterarnos por nada

-Hyung, Jungkook estuvo en mi habitación -dijo antes de que el mayor continuase con su monólogo, Taehyung palideció y se apresuró a tomar la pequeña mano de Jimin.

-¿De verdad? ¿Qué te dijo? ¿Hizo algo? -Jimin se sonrojó, realmente le gustaba mucho el mayor, le encantaba que se preocupase y que lo cuidara, y trataba de ignorar una parte de él que le decía que eso estaba mal, que debía dejar de depender de las personas, porque quería, aunque fuese egoísta, quedarse por siempre con Taehyung.

-No, hyung. Fue a pedirme disculpas -murmuró-, me contó como pasaron las cosas y -sin darse cuenta, había aplastado la dona en su mano, manchándose con el relleno de menta-, dijo que Seokjin hyung se quedará en casa por un tiempo -hizo una mueca, le desagradaba hablar de ellos, aunque tal vez, y sólo tal vez, podría considerar dejar a Jungkook acercarse.

Taehyung se mantuvo en silencio, hacía leves caricias en el dorso de la mano de Jimin, observó su otra mano, con la dona destruida y mordió su labio inferior, sin saber cómo ayudar al menor con sus problemas de ansiedad, aunque, seguramente, no había mucho que hacer. Le bastaba con evitar que se hiciese daño a sí mismo, porque no sería capaz de ver sus deditos destruidos una vez más.

-Hyung -lo llamó con su corazón agitado aún por la reciente conversación, además de las caricias que Taehyung le propinaba y ese calor que lo invadió cuando lo vio morderse el labio ¿Acaso lo estaba provocando? Alto ahí, pensó Jimin, sintiéndose sonrojar, ¿y si lo provocaba, qué? ¿Se iba a lanzar sobre el mayor? ¿Lo iba a besar? ¿Iban a hacer cosas de adultos? ¡Dios! ¿En qué estaba pensando? Frunció el ceño y quiso esconderse, por lo que estampó su mano libre en su rostro, avergonzándose aún más, debido a que ahora se encontraba con su rostro rojo lleno de chocolate, menta y migas de la dona.

-¿Jimin? ¿Qué sucedió? -parpadeó varias veces, despertando de sus pensamientos, frunciendo el ceño al verlo tan lleno de crema y migas. Jimin pasó su lengua por sus labios quitando algunos restos, luego, con algunas servilletas, quitó el resto, pero de todas formas, tenía su rostro pegajoso.

-Es que... -¿Qué decía ahora? ¿"Tuve pensamientos sucios y me golpeé con una dona"? No, definitivamente no sabía qué decir, lo cual lo ponía sumamente nervioso, con una enorme necesidad de romper algo, sin embargo, con su novio frente a él, se limitó a morder fuertemente el interior de sus mejillas.

-¿Estás bien, Jiminie? -asintió con pena, Taehyung se acercó hasta abrazarlo y le besó sus cabellos, provocando en el menor ganas de llorar.

-Hyung... ¿Se molestaría conmigo si... si le dijera que... -iba a confesarse, porque se sentía feo ocultarle cosas a Taehyung. Habían paso alrededor de diez minutos abrazados en silencio hasta que Jimin reunió el valor para preguntar, pero ya no sabía cómo decirlo, era tan difícil y le molestaba demasiado cohibirse siempre, sentirse tan pequeño.

-¿Si me dijeras, qué? -sentía bastante curiosidad ahora, ¿por qué habría de molestarse con alguien tan hermoso como Jimin? Debía ser un motivo muy serio como para que el menor creyese que se podría molestar.

-Que... -mordió su lengua, soltando un gemido de dolor al instante, frunció levemente su ceño y se dedicó a observar sus dedos, torciéndolos entre sí para apaciguar sus ganas de cavar un agujero y enterrarse vivo- Yo... tuve pensamientos indebidos con usted, hyung -murmuró con voz baja, ya, estaba dicho. Sus mejillas ardían y su corazón latía a cien por segundo, tal vez era una exageración, pero así lo sentía y, le avergonzaba más que Taehyung se mantuviese en silencio.

Definitivamente, era lo que menos pensaba escuchar en ese momento, retuvo una sonrisa al morder fuertemente su labio inferior y, luego de unos largos segundos asimilando la información, atrajo mucho más el cuerpo del menor hacia él.

-No me molesta en lo absoluto, Jiminie -le dijo besando su mejilla, logrando una explosión en el interior de Jimin-, es más, te diré un secreto -rió un poco-. Me encanta -susurró en su oído.

¿Cómo se supone que debía reaccionar? Habían dos voces que hablaban en su interior, la primera era la que había vivido siempre con él y le decía, no, le gritaba que huyera, que se escondiera en su habitación y se inhalase mil veces. La otra, que hace poco había llegado a complicarle la vida, le decía que se diese la vuelta y le diese un beso al mayor.

Masculino {BTS-Vmin}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora