El engaño

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Cuando las tres chicas terminaron de cenar en la casa de Evangely, Alia recibió una llamada de su madre, la cual le preguntó en donde esta se encontraba, ya que era muy tarde y debía regresar a casa. Alia respondió a su pregunta diciendole que estaba en casa de una nueva amiga.

Cuando su madre colgó, Alia les dijo que ya debía irse debido a que su madre estaba muy preocupada, por lo que simplemente Alia agradeció la comida a la madre de Evangely, y se marchó.

— Ochette, ¿no deberías irte a casa también? —preguntó Evangely— Después de todo, es demasiado tarde.

— No he visto a mis padres en todo el día —dijo Ochette un poco preocupada— hasta donde sé, su próxima reunión fuera de la ciudad, en París, es la semana que viene y nunca se irían de viaje sin decírmelo.

— De seguro tuvieron que salir de imprevisto y te aseguro que ambos volveran mañana —dijo la madre de Evangely— tu y mi Eva son grandes amigas y estoy segura de que por eso querrás pasar la noche aquí, ¿verdad?.

— ¿En serio?, eso me encantaría —dijo Ochette muy entusiasmada— solo dejeme buscar algunas cosas a mi casa.

Ochette fue a buscar a Philip y algunas otras cosas para poder pasar la noche en casa de Evangely. Cuando terminó de buscar todo lo que necesitaba, Ochette cargó a Philip, pero al hacerlo rompió por accidente un vaso de cristal que había sobre su mesa de noche, por lo que echó en un cajón los trozos de cristal para poder pegar el vaso antes de que sus padres se diesen cuenta, luego de esto, bajó las escaleras, pero al bajar se sorprendió al ver que sobre la mesa, había una carta de color negro que antes no estaba allí, pero se sorprendió mucho más al leer lo que decía:

Ochette Dupain
Hola Ochette Dupain, sé que te has preocupado mucho por la misteriosa desaparición de tus padres, disculpa las molestias, pero tu tienes algo que me pertenece y a menos de que quieras que tus padres sufran más, lo llevarás exactamente a la misma cueva en la que lo encontraste.

Post data: Estaré observando cada paso que des, y te aconsejo que lleves ese elemento lo antes posible.

Atentamente: Un viejo amigo.

Ochette no sabía que hacer, sus padres estaban en peligro con un maniático que se hacía llamar "Un viejo amigo" y tenía un elemento roto en más de mil pedazitos. Las señales eran claras, el viejo amigo era claramente, El Conde Desgarrazón, y era obvio que él quería el elemento, pero no se lo iba a dar tan fácilmente.

Ochette subió a su habitación y guardo la carta en uno de los cajones, mientras cerraba su mochila la cual abrió "accidentalmente", pero al hacerlo entró el elemento que estaba en una bolsa de tela. Luego, Ochette fue a casa de Evangely a contarle lo de la carta, pero lo hizo sin que su madre se enterara.

Ochette le preguntó si ella y Evangely podían acampar en el bosque. A su madre le extraño el hecho de que ellas se lo hayan dicho con tan poco tiempo de antelación, pero pensó que esa sería una buena idea para que ambas reforzaran su amistad, por lo que permitió que Evangely fuera a acampar con ella.

Cuando ambas salieron de la casa, fueron a casa de Alia y le contaron lo de la carta. Igual que antes, Ochette le preguntó a la madre de Alia si ella podía ir a acampar al bosque con ellas, la madre de Alia les dijo que como ella ya había ido a acampar con Ochette antes, la dejaría ir. Cuando terminó de hablar Alia fue rápidamente a buscar sus cosas para acampar.

Cuando Alia terminó, los cuatro fueron rápidamente al bosque. Al llegar allí, fueron lo más rápido posible a la cueva en la que habían encontrado el elemento y las tres chicas empezaron a llamar al Conde Desgarrazón, mientras que Philip iba a esconderse detrás de unos arbustos que se encontraban cerca de allí.

De pronto, una figura alta, pálida y delgada apareció de entre las sombras, diciendo: "Que sabia decisión has tomado Ochette, ahora dejemos de preámbulos y entregame el elemento".

Cuando terminó de hablar, la piedra que tenía en su cuello, empezó a brillar con tono de rojo muy potente y de pronto los padres de Ochette aparecieron encerrados en una celda de metal sólido con una pequeña herradura al frente.

El Conde Desgarrazón enseñó en su mano una llave de cristal y le dijo que le entregara el elemento.

Ochette sacó de su mochila la bolsa de tela con el elemento y se la entregó al Conde Desgarrazón, este le lanzó la llave de cristal y mientras esta volaba por los aires, El Conde Desgarrazón utilizó su poder para desaparecer con el elemento en su posesión.

Gracias a que Philip superó su temor a las sombras y tinieblas, pudo tomar la llave con el hocico, evitando que esta cayera al suelo y se partiera en miles de fragmentos, Philip le entregó la llave a Ochette y esta abrió la celda en la que se encontraban sus padres y cuando ellos salieron de ella, abrazaron a Ochette y luego todos fueron a su casa.

— Ochette, entiendo que cuando estamos preocupados no pensamos con claridad, pero no debiste darle el elemento, no sabemos que podrá hacer con 2 de los 8 elementos de Zipora —dijo Evangely preocupada— ahora no vamos a poder defendernos de él.

—De hecho, no le entregué el elemento —dijo Ochette— en realidad El Conde Desgarrazón se llevará una gran sorpresa cuando intente arreglar "el elemento".

Cuando Ochette guardó la carta en uno de los cajones, agarró los trozitos de vidrio del vaso que había roto antes y lo intercambió por el elemento. El Conde Desgarrazón en realidad tenía un vaso roto dentro de una bolsa de tela.

Ahora Ochette y sus amigos iban a poder defenderse del Conde sin ningún problema. De ahora en adelante lo único que debía causarles preocupación, era que el elemento de Zipora, estaba roto...

El Caballo NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora