El descendiente vive en París

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Ya estaban muy cerca de descubrir quién era el descendiente de Charis Delevingne, solo debían buscar al hijo/a de Marlinda Broussard y ese sería, el dilema era ¿como lo encontrarían?.

Pasaron horas y horas buscando en los libros al hijo/a de Marlinda, pero no encontraron más que cuentos, historias de fantasía, mitos y leyendas. Gracias a que la bibliotecaria los encontró dentro de la habitación secreta y los echó de la biblioteca, pudieron ir a sus casa para descansar.

Al irse, Ochette se llevó consigo el libro en el que encontraron a los descendientes de los primeros portadores, se despidió de Alia y luego se dirigió directamente a su casa. Al llegar allá, Gabriela, su madre empezó a cuestionarle en donde había estado en todo el dia, Ochette le mencionó todo lo que habían leído y hecho. Le dijo que la única pista que encontraron fue el nombre de una mujer llamada Marlinda Broussard.

— ¿Marlinda Broussard? —dijo Gabriela— yo conozco a una Marlinda Broussard.

— ¿De verdad? —preguntó Ochette—

— Por supuesto —dijo Gabriela— Marlinda es una de mis mejores clientes, pero vive en Paris, Francia.

— Mamá, ¿crees que yo y mis amigos podamos acompañarlos en su próximo viaje de negocios? —dijo Ochette— tengo entendido que es en Paris.

—Claro que pueden ir —dijo Gabriela— pero el zorrito blanco tendrá que quedarse en casa, no podemos viajar con un zorro detras de nosotros. Lo siento Ochette.

— De acuerdo —dijo Ochette un poco triste por dejar a Philip solo— entonces, solo iremos Alia, Evangely y yo. ¿cuando es el próximo viaje de negocios?

— En 4 días y nos quedaremos 1 noche y 2 días —dijo Gabriela— será mejor que mañana le avises a tus amigas, yo tendré la responsabilidad de hablar con sus madres mañana, ¿de acuerdo?

— De acuerdo —dijo Ochette muy entusiasmada—

Ya estaban a unos 4 días de poder averiguar quién sería el descendiente de Charis Delevingne. Cuando Ochette terminó de analizar las cosas dentro de su cabeza, le dio algo de comer a Philip, lo acostó en su cama y luego ella también se durmió.

Al cabo de un rato, Gabriela subió a la habitación de Ochette para ver si esta se encontraba dormida, luego de haberlo comprobado, esta bajó las escaleras debido a que el padre de Ochette ya había llegado a casa. Una vez este entró, Gabriela le comentó que ella llevaría a Ochette y sus amigas a París, pero que el zorro se quedaría en casa y que ese sería el momento perfecto para que él, se deshiciera del tedioso Zorro blanco...

El Caballo NegroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora