El Caballo Negro

Algo más poderoso que Todo

— ¿Perdonar? , pero es muy difícil perdonar —dijo Lockwood— ¿como puedo perdonar a alguien que me a herido?

— Existe un algo que es más poderoso que todos los seres en la tierra, con ello conseguirás olvidar su error y tal vez incluso destruir o al menos debilitar al alma del décimo ángel, es decir al lobo —dijo Cristalia, el ángel—. Realmente necesitamos su ayuda, no tenemos el poder suficiente para vencer a ese lobo pulgoso, además de que tiene a ese hombre como su ayudante y muchos otros esclavos ciegos.

— Tristemente esos esclavos ciegos son nuestros amigos y necesitamos salvarlos —dijo Ochette— creo que deberíamos unir fuerzas para defendernos de ellos hasta que Lockwood pueda activar el elemento Luz esperanzadora.

El caballo negro relinchó estruendosamente y volvió a hablar con palabras confusas a Cristalia.

— Ah cierto, lo que habías dicho antes, "el tiempo es limitado, debes reunir los poderes de los angeles y darmelos" —recitó el ángel— me temo que nuestros poderes son los que nos hacen vivir, sin ellos moriremos y desapareceremos por no tener un cuerpo físico.

El caballo volvió a relinchar y a hablar de una manera mucho más confusa que antes, parecía estar realmente molesto.

— Cálmate Jofiel, al encontrar a nuestros portadores y los elementos, adquiriremos mucha más fuerza y poder —dijo la mujer—

— Entonces el ángel que creó Luz esperanzadora puede juntarse conmigo para tener mucho más poder, ¿cierto? —dijo Lock—

— ¡Cielos! ¡es cierto! —exclamó Cristalia — Pero creo que él está demasiado débil como para hacerse visible en este momento.

— ¿Y cómo vamos a juntarnos? —preguntó Lockwood—

— Vas a sentirle —aseguró el ángel con esperanza—, cuando consigas ese algo, él estará ahí.

— ¿Qué se supone que significa eso? —cuestionó Lock ya un poco irritado— ¿Y qué es es ese "algo" del que tanto hablas?

El caballo negro relinchó desesperadamente y pareció decir de manera confusa "CUIDADO". Cristalia se transformó en una onda a penas visible nuevamente y el hermoso lugar lleno de cristales desapareció misteriosamente.

El caballo subió a Ochette y a Lockwood en su lomo y corrió lo más rápido que pudo para alejarse de ese lugar.

— ¿Qué sucede? — preguntó Ochette— ¿porqué huimos?

—  ¡¡¡Ge Klobp edtá āghe!!! —gritó el caballo en Zectagem—

— ¡No entendemos lo que dices! —gritó Lock—

El caballo continuó corriendo sin detenerse hasta que llegaron al inicio del bosque y Lock y Ochette se bajaron de la criatura majestuosa. El caballo se alejó corriendo rápidamente sin dar ninguna explicación.

— ¿Hizo todo eso por la pregunta que le hice? —preguntó Lockwood— Me parece muy exagerado.

— No creo que halla sido por eso.

De pronto en la lejanía se escucharon aterradores estruendos del lobo, pero eran diferentes a lo acostumbrado. El lobo parecía sufrir.

— ¿Qué crees que esté pasando? —cuestionó Ochette aterrada pensando en las cosas que podrían hacer sufrir a un ángel maligno poseedor del elemento del poder.

— Sea lo que sea no podremos hacer nada sino descubrimos a qué se refería Cristalia con ese tal "algo" capaz de destruir al alma del ángel.

Inmediatamente a la mente de Ochette vino un recuerdo, casi tan rápido que pudo haber pasado desapercibido.

— ¿Cuáles eran los nombres de esos libros que tragiste de la biblioteca? —preguntó la chica con mucha curiosidad.

— Amm... —Lockwood trató de recordar— "Paz gradual", "Despertando poderes mentales", "Algo que se halla perdido", "El odio de Charls" "Perdona y sé libre"....

— ¡¡¡Es ese libro!!! —exclamó Ochette.

— ¿Perdona y sé libre? Ya te dije que iba a leerlo para saber cómo...

— ¡Ese no! —le interrumpió— me refiero a "Algo que se halla perdido". ¡¡A de ser el algo que decía Cristalia!!

— ¡¡¡Tienes razón!! —exclamó el chico emocionado.

Los llantos estremecedores del lobo hicieron que ambos amigos corrieran lo más rápido posible a casa de Ochette para buscar aquel libro.

Al llegar, Philip los recibió un poco desconcertado por la actitud de ambos, pero igual los siguió hasta la habitación de Lock donde buscaron desesperadamente el libro.

Lockwood lo halló y comenzó a leerlo lo más rápido que pudo.

— ¿Qué dice? —preguntó Ochette.

— Este libro...  habla del... —dijo el chico confundido—.. del Amor.

— ¿Amor? ¿acaso el Amor es más poderoso que todos los seres en la tierra?

Rápidamente Philip saltó sobre el libro y comenzó a ojearlo con sus patitas como si quisiera buscar algo en él.

— ¿Qué pasa amigo? —dijo Ochette cargando al zorrito.

Philip intentó soltarse de los brazos de la chica con mucha intensidad cosa que le dio a Ochette la impresión de que era muy importante lo que deseaba buscar, así que lo soltó. El animalito corrió sobre el libro y hacía el esfuerzo por pasar las páginas muy deprisa.

— Creo que hay algo que debemos ver —dedujo Lock.

El zorrito pasó las páginas, rasgando algunas, durante varios minutos hasta que se detuvo y ya no lo hizo más. Se acostó sobre su peluda cola blanca mirando fijamente a la página que había buscado tan arduamente.

Ambos amigos leyeron la página:

"El Amor es..."

Y luego no había nada. La página había sido cubierta por tinta oscura...