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Ojalá pudiera, por un momento,

Sentir tu tacto para apretar tu mano y quedarme sonriendo.

Extraño las sonrisas que arrancas de mis labios y la forma tan natural en que te quiero

Y te escribo con melancolía sólo porque desearía que estuvieras aquí

Y no en un lugar donde mi tacto no te alcanza,

Donde mis labios no te encuentran,

Donde tu aliento no es capaz de tocarme la mejilla,

Y hacerme ver las cosas de forma diferente.

Quizá nunca entenderás lo mucho que te amo, te amé y amaré.

Un día cuando leas todos los poemas que hice,

Recordarás que esta mujer loca te dio un pedazo de alma,

Aún sin que lo pidieras y se mordió fuerte el corazón,

Para dejarte esta vez volar a su manera.

Sigues aquí.

En mi mente,

en mi corazón.

Parece que te niegas a irte, aunque ya no estés.

Tal vez sólo sea este gran amor por ti que me juega malas pasadas

Y me hace esperar lo imposible. 

El mundo me parece un lugar extraño ahora,

un tanto distante a pesar de estar yo en él.

Siento que ya no encajo por alguna razón.

Y entonces, una idea cruza por mi mente: si tú no te vas,

yo me iré de tu recuerdo.

Por mi propia salud mental tengo que dejarte ya.

Me amo lo suficiente como para dar este paso definitivo y doloroso a la vez

Abandonar este amor porque sé que yo merecía más de lo que me diste

Y que me estaba destruyendo lentamente.

Aunque te amo, te abandono.

Porque ya no me conviene recordarte,

Porque no merezco que entres y salgas de mi vida y me dejes siempre igual,

Deseando más y al final, sola.

Aunque te amo como nunca y como a nadie, te abandono.

Ahora estoy aquí y aún no te he olvidado,

Sólo he aprendido a vivir con tu recuerdo.

Notas Para TiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora