Tuve la fortuna de tenerte, aunque fuese por sólo por un momento.
La vida me dio la oportunidad de poder encontrarme contigo
y aunque aquello que casi ni alcanzó a comenzar
ya ha terminado,
me he quedado con las ganas de decirte que aún te quiero.
Me he quedado con todo:
con tus suspiros,
con los momentos,
con mi corazón hecho pedazos por una historia incompleta.
Sé que nunca más volveré a vivir un amor como este
Me faltaron tantas cartas por darte, cartas que aún conservo.
Me faltaron muchísimos besos que nunca le he dado a nadie,
porque los conservo para ti.
Me faltaron tantas frases,
conocer a tus padres,
ir a tu casa y gritar cuánto te amaba.
Me faltó despertarte con una llamada,
sólo para decirte que te extrañaba,
me faltó quererte más,
me faltó enamorarte, enamorarnos.
Nos faltó seguir juntos.
Porque eso éramos tú y yo:
estar juntos,
sentirnos libres y sobre todo,
ser quien éramos sin que nos importaran los demás.
Quererte me hizo bien y aunque querernos me rompió el corazón
no dudo a la hora de saber que siempre
tendrás parte importante de él.
Fuiste la única capaz de hacerme feliz
y no pude evitar sentir demasiado miedo.
Era algo a lo que no estaba acostumbrada.
Poco a poco comencé a huir de ti,
como si hubieses sido el culpable del dolor
que sentía aunque realmente después lo fuiste.
Supongo que es inevitable,
es lo que siempre hago cuando comienzo a amar profundamente.
No me detuviste,
tampoco me seguiste,
simplemente me dejaste ser libre,
escoger lo que quisiese.
Hoy tan sólo me queda darte las gracias,
porque a pesar de todo me amaste
y permitiste que te amara como nunca lo había hecho.
Te deseo la mejor de las suertes
y espero que vuelvas a encontrar el amor.
Yo, por mi parte,
seguiré guardando este amor dentro de mí,
porque incluso si nuestro momento nunca llegó,
sé que fuiste justo lo que necesitaba
en el momento que lo necesitaba.