Hoy, como muchos otros días,
me he encontrado pensando en ti desde que amanece,
y es que es inevitable no hacerlo,
Ya han pasado varios días, lo sé, pero ésta herida parece que nunca sanará.
Abro los ojos al despertar y siento encima todo el peso de tu recuerdo.
Las noches son tormentosas y a la vez mágicas, pues diario estás en mis sueños,
estamos juntos, como si nada hubiera pasado,
pero cuando el sueño se termina la pesadilla de mi cruel realidad comienza.
Tú ya no estás en mi vida y tengo que aceptarlo,
sin embargo, aún guardo una pequeña esperanza de tu regreso.
Sé que los recuerdos comenzarán a bombardearme,
hundiéndome más en ésta depresión que no tiene final.
Todos me dicen que debo dejar de ver nuestras fotografías,
pues sólo me atormento más, pero es inevitable,
me gusta mirar cómo nos veíamos juntos,
recordar esa sonrisa que siempre provocabas en mí.
En pocos días comenzaré a tomar terapia,
no sé si sea lo mejor, pero muchas personas me han dicho que eso me ayudará.
Me servirá para aminorar un poco el dolor,
para perdonarme y perdonarte,
para levantar ese ánimo,
recoger mi autoestima que ahora ha quedado por el suelo.
Debo darme cuenta de que valgo mucho y me merezco ser feliz,
y aunque ahorita no lo vea de esa forma, sé que un día así será.
Ésta noche seguiré mirando nuestras fotos
y volveré a leer todo lo que alguna vez me escribiste,
quizás hago mal, pero es lo que el corazón me dicta.
Seguiré trayendo nuestro pasado a mi presente,
mientras mi memoria aún guarde tu recuerdo.