Después de tanto meditar en medio de mi tristeza,
después de tantas lágrimas derramadas,
después de tantas oraciones sin contestación,
me doy cuenta que dentro del terrible hecho de que hoy ya no estés conmigo,
me dejaste un montón de cosas buenas,
cambiaste mi modo de ver la vida,
me abriste los ojos a la felicidad,
me enseñaste lo complicadas que son los amores a distancia,
me enseñaste a valorar a las personas.
Gracias por haber estado conmigo todo este tiempo,
te cruzaste en mi camino cuando menos te esperaba,
justo así como se encuentran a las mejores personas.
Lo admito, yo creía estar bien antes de encontrarte,
pero ahora que no te tengo me doy cuenta que me dejas mil consejos,
me dejas grandes enseñanzas y grandes lecciones de vida,
sin lugar a dudas me dejas un vacío enorme en el corazón
pero gracias por todo lo que has aportado a mi vida.
Aunque no estás conmigo sigues siendo ejemplo para mí,
aún con tus defectos y tus debilidades
me sigues pareciendo una de las personas más fascinantes que pudiera haber conocido,
esa actitud inigualable de sonreírle a la vida a pesar de las tormentas que te acechan,
esas ganas de seguir adelante aún cuando tienes decaídas,
jamás te rindes y esa virtud tan tuya de estar siempre presente cuando te necesité,
sin dudas amo todo eso de ti, sí, aún cuando no estés conmigo.
Gracias por dejarme ser parte importante de tu vida,
me enseñaste que a la vida es mejor sonreírle, no llorarle;
¿qué tan increíble puede llegar a ser una persona que hasta puedes aprender de sus errores y tomarlos como tuyos para no cometerlos?
Gracias por haber permanecido a mi lado aún cuando yo no lo mereciera,
hiciste de mi vida el mundo que jamás imaginé tener, ahí el sol era tu sonrisa,
los días grises eran se reflejaban cuando no te encontrabas a mi lado
y la mayor alegría eran esos sábados por las noches donde sólo existíamos tú y yo,
a veces un poco atrevidos y otras tan tiernos abrazándonos,
jamás cambiaría esas noches, jamás.