-¿Qué hora es? - pregunto en un susurro mientras me agarro la cabeza.-Las tres de la tarde - contesta Camila mirándome con unas oscuras ojeras y una sonrisa desganada. Gruño algo ininteligible y contemplo con asco el plato frente a mí con comida. No asco por la comida, es asco de todo lo que tomé.
He vomitado casi la mitad de la mañana y eso me dejó un gusto realmente horrible. Y creo que una arcada viene en camino... ¡Mierda!
-Que noche más bizarra - protesto y bebo un largo trago de agua, tengo la garganta hecha un mismísimo desierto.
-La verdad que sí Mad - carcajea y me da un pellizco en la mano -pero para vos, no para mí. Es algo normal entre nosotros ponernos en ese estado y después... Bue ya sabés lo que sigue después.
Prácticamente escupo el líquido incoloro de mi boca y mis ojos dolorosos se abren más de la cuenta. "Algo normal", para mí algo normal es llegar a casa, picar de lo que haya habido de comer a la mañana y enfundarme entre las sábanas junto a Sam.
Lamentablemente vivo la vida de una vieja. Con solo 22 años y ya parezco una anciana... ¿Va a ser así hasta que sea una vieja en serio? Dios...
Escucho varias pasos acercarse hasta nosotras. Bex entra y aplasta sus labios contra la frente de Camila y me saluda al estilo militar a mí... Detrás de él, el fibroso cuerpo de Max en boxer... ¿¡En boxer!? ¿¡Es que ni siquiera tiene un poquito de pudor!? No mirar, no mirar aunque está... ¡Mierda! Está plagado de tinta y unos brazos increíbles.
¿Qué? No iba a mirar es verdad pero para eso están los ojos, ¿no?
-¿Te gusta lo que ves? - indaga arrogante y con una sonrisa plasmada en su cara. Supongo que contestarle que no y ponerme roja como tomate, va a subir por las nubes mucho más ese ego así que...
-Sí y... - muerdo mis labios en un costado mientras apoyo el codo sobre la mesa y mi mentón sobre mi mano a la vez inspeccionándolo de pies a cabeza - mucho. Estás para el crimen*.
Acto seguido, sus ojos de dirigen a otra dirección y noto como las mejillas le adquieren un color rosado. Así hay que bajarle los humos a chicos de este estilo.
***
-¿Madison? - me sobresalto en la mullida silla en la que estaba dormitando. Los lentes de sol me cubren los ojos pero puedo ver a una chica que mueve frenética la mano frente a mí.
-Perdón... - arrullo acomodándome mejor en la posición que me hizo doler todo el cuello - ¿qué pasa?
-Su esposo está esperándola afuera - anuncia la morena. No recuerdo su nombre... ¿Melodi? ¿Melania? ¡Milena! No... Pliega los bordes de la camisa rosa pastel que lleva puesta y me dedica una mirada de suficiencia. ¿Y esta quién se cree qué es?
-Gracias por avisar - sentencio golpeando las palmas de las manos contra el escritorio y levantándome con ello - ahora andáte.
Sí, es verdad que mi humor no es el mejor después de una joda así pero... Bueno, tampoco tenía que mirarme así esta chica y que encima trabaja para mí. Cuando se retira, saco el pequeño espejito del porta-cosméticos y un tapador de ojeras para limitar a aliviar un poco la expresión de mi rostro. Aunque el cansancio es inconfundible en mis ojos.
Me encuentro con Sam en el pasillo que me recorre con la vista y se frena en mis ojos que aún llevan puestos los lentes.
-¿Qué hacés con eso?
-Hola para vos también, mi amor - replico cruzándome de brazos. Chasqueo la lengua y me sonríe divertido.
-Hola. Te venía a buscar. Vamos a casa...
Me desplomo en la cama apenas llego. Cargo un cansancio terrible y una sed inigualable pero esto me pasa por hacerme la esponja furiosa y chupar alcohol como si fuera el fin del mundo.
Escucho el sonido del cinto de Sam seguido de la caída de los pantalones de vestir que repican contra el suelo. Percibo como el lado contrario a donde estoy echada, se hunde bajo su peso y su brazo me atrae hacia él.
Reparte besos en mi hombro y clavículas. Sin intenciones de nada más, se me escapa un corto y ahogado gemido mientras me da un pellizco en el culo.
-Adoro el olor de tu piel - murmura contra mi cuello y su lengua filosa se arrastra por toda la zona haciendo que un escalofrío recorra mi espalda.
-Mmm... - entreabro los ojos y jadeo algo más fuerte. El ambiente comienza a tornarse más caliente en torno a nosotros y me desahogo de este horrible pantalón que tengo que llevar para trabajar.
Consigo sostenerme en mis rodillas y desabrocho los botones de su camisa. Entierro mi boca en su abdomen dando ligeros toques con mi lengua que lo hacen estremecerse.
Bordeo el elástico del boxer turquesa y termino por sacar su erección. Me la llevo a la boca y acompaño con mi mano los movimientos suaves, lentos y profundos.
Comienzo a escuchar los jadeos de su Sam y sus manos van directo a mi cabello tirando con suavidad cada que me levanto y empujando cuando bajo.
Prosigo a despojarme de la remera que llevo puesta y luego de mi ropa interior. Mis tetas quedan al aire en un vaivén constante y termino de dar la última chupada para meter su masculinidad entre ellas.
-Oh... Madison... - canturrea entrecortado y lanzando la cabeza hacia atrás. Ahora soy yo la que jadea cuando de un solo movimiento seguro, me sube sobre él y se desliza dentro.
Sus embestidas son controladas y sus dedos frenéticos estiran mis pezones. Apoyo las manos en su pecho e imagino un búho de mirada afilada.
Mierda... Siempre pasa lo mismo. ¿Por qué?
Ladeo la mirada a sus labios apenas abiertos en una fina línea y le como la boca con desesperación.
Sus manos se dirigen a mis caderas y me alza para dejarme mientras me gira para colocarme de espaldas a él. Hago que vuelva a meterse en mí, siento como otro escalofrío me hace erguir y se frena en seco.
-¿Qué es lo que tenes ahí?
N.A.: perdón 🙏 por no actualizar seguido D: pero estoy a días de viajar y eso me mantuvo la mente muy ocupada (más ansiosa también e.e) prometo subirles otro capítulo antes de irme de viaje :3
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Tortuoso engaño
ChickLitDespués de ser dejada por Kaden... Okey, no exactamente dejada pero sí salió por completo de mi vida. Y se convirtió en un verdadero infierno donde ni siquiera las llamas arden. Pero hay un dato curioso que pondrá mi mundo de cabeza como al principi...