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-¡Bueno pará un poco Madison!

-¿¡Cómo queres que pare un poco si vos me inyectaste tinta en la piel!? ¡Explicáme cómo!

-¡Pero si vos quisiste!

-¡Que pelotudo! ¡Si estaba chupada y drogada! ¿Cómo iba a estar lo suficientemente consciente de lo que hacía?

-¡Y yo qué sé! ¡Me insististe tanto... Hasta me ofreciste favores - hace unas comillas imaginarias con los dedos cuando dice la última palabra - para que te haga un tatuaje!

-¡Dejen de gritar! ¡Me tienen podrida! - interviene Camila alzando las manos y se da cuenta que estoy a punto de lanzarme a Max así que se pone en el medio.

-Solo a mí me pasan las peores cosas - gruño mientras Bex mira con atención la escena desde el umbral de la puerta de la cocina.

Solamente a mí se me puede ocurrir tatuarme justo esto. Relacionemos todo con un baño, una Harley Quinn, un batman, buen sexo y por último, una figura de la villana que todavía la conservo en su caja. Creo que sabemos a la perfección hacia dónde apunta eso... Y un solo nombre: Kaden.

No está presente pero sigue siendo un problema para mí y para mi esposo. ¿Cómo se me va a pasar por la mente hacerme esto? Definitivamente, estoy mal de la cabeza.

Me arrastro hasta Bex y le quito el cigarrillo que estaba fumando para darle una pitada y calmar mis nervios. El chico me mira con sorpresa y le hago un gesto con la mano para que lo deje de hacer.

-Decime qué tengo que hacer ahora... - arrullo sentándome al lado de Max. Pasa la mano por su cuello en un gesto despreocupado y liberando tensión.

-Lo limpiás con jabón neutro y lo cuidás con una crema que te voy a dar - su sonrisa me transmite paz - se va a despelechar pero no te lo arranques o lo rasques.

-Perdón Max - sentencio cuando se forma un silencio sepulcral. Todos los presentes posan sus miradas en mí atentos - no sé qué te habré dicho cuando me lo hiciste pero creo que tiene un significado... Complicado.

-Nah. Está bien, yo hubiera reaccionado igual si estuviera en tu lugar - acota con una sonrisa sincera - ¿vamos a mi local?

***

-Wow. Es muy lindo - exclamo mientras paso los dedos por encima del dibujo de una mujer de espaldas, las manos sacando la prenda que lleva puesta y el pelo recogido. Vi una carpeta y la empecé a hojear pero nunca pensé que la persona autora de estos dibujos tuviera tanto... Talento.

-Gracias - levanto la mirada cuando tira la pomada sobre mis muslos. Su sonrisa de ladeada de loco desquiciado me deja pasmada.

-¿¡Vos hiciste esto? - contemplo nuevamente la obra de arte entre mis manos y otra vez a él. En sus oscuros ojos baila un brillo enloquecedor.

-Ajám - responde y me hace un ademán con la mano para salir del lugar de paredes blancas - ¿queres que te lleve?

Observo la moto frente a mis ojos y lo único que se extiende por mi cuerpo es la adrenalina pura. Pero no sé si de miedo o de ganas de andar en ella.

-Sí, dale - susurro con una sonrisa. Me tiende el casco y me lo coloco sobre la cabeza. Subimos y ahí nada más acelera a fondo y del mismo impulso hace que mis brazos se enrollen en su cintura. Cierro los ojos con mucha fuerza por miedo a la velocidad.

-Bueno... Llegamos - ¿eh? Logro visualizar un parque. Lindo con hamacas, toboganes y demás juegos para niños aunque en este momento hay un par de parejas y no mucho más.

-¿A dónde llegamos?

-Acá - extiende los brazos y me hace sentir pequeña - hoy te vi rara... Bueno, no te conozco mucho pero lo mismo. Suelo venir acá cuando estoy demasiado atrapado en mi mente.

¿Ese es el 'crack' de mi alma o mi corazón? Siento el líquido cálido y salado bajar de mis pestañas, el ruido ensordecedor de mis sollozos de lamentos, la ruptura en mi interior.

¿Cómo puede ser que un chico sin siquiera saber cómo soy, supo que me pasaba algo y no mi esposo que me conoce de hace años? Descargo mi peso contra el lateral de la moto y cubro mi rostro con ambas manos para que la vergüenza no me invada.

Siento sus delgados brazos pasar por mis hombros pero no me atrae a él. Cierro los ojos y hundo la cara en el hueco de cuello alejando todo dolor contraproducente para mi existencia.

-¿Mejor? - indaga al cabo de unos minutos que mi cuerpo abandona los espasmos. Asiento y ocupamos lugar en unas hamacas, contemplo que ahora el parque se encuentra en las penumbras y no hay ni rastro de las parejas que rato antes estaban.

-Te dije que era un buen lugar - arrulla contemplando el cielo estrellado y algo nublado. Me gustaría saber qué clase de cosas pasan por esa cabeza, cualquier otra persona en vez de abrazarme y dejarme llorar para tranquilizarme hubiera pegado media vuelta y huido de una loca como yo.

-Sí, tenes razón Max - bajo la mirada hacia mis pies que cuelgan centímetros antes de tocar el suelo - ¿en quién te basaste para hacer ese dibujo?

Presiento su mirada punzante en mí y creo que no tendría que haber preguntado eso. Carajo, siempre metiendo la pata para mal yo.

-¿Alguna vez te rompieron el corazón?

-Sí.

-Ese dibujo está basado en la única que pudo tener mi corazón y lo estrujo entre sus manos cuando ya no lo quiso más - su voz pausada me da la sensación justa de dolor.

-¿Y por qué está...? - me interrumpe.

-¿...para tatuar? - asiento con detenimiento aferrando mis manos con más fuerza a las cadenas de la hamaca - simple, quiero liberar una parte de mí. ¿Nunca quisiste hacerlo con el que te lastimó?

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora