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No sé cómo pero me visto a la velocidad de la luz, agarro mi cartera y la billetera además de las llaves del auto y como una bala salgo disparada hasta el hospital. Hay como un kilómetro de distancia, el tiempo es limitado, mis nervios están peor que nunca, la lluvia torrencial que debe hacer horas que persiste y el tráfico atiborrado que no ayuda en nada.

Me freno de golpe en un semáforo en rojo y menos mal que el cinto de seguridad lo llevo puesto y me ha trabado. Si sigo así de idiota, la próxima accidentada voy a ser yo por despistada.

Al llegar y estacionar así nomás salgo y me aproximo corriendo a la entrada que está la ambulancia con dos médicos bajando la camilla y Max... está ahí con un respirador en la cara, sus ojos cerrados, su piel tintada llena de sangre incluso su ropa y mi mundo se paraliza. Quedo clavada al suelo cuando veo la chocante escena, mi corazón se acelera a la misma velocidad que mis ojos se llenan de lágrimas.

Ese no es mi Max... Es imposible que sea él.

Cubro mi boca con las manos para que no se escapen los sollozos lastimeros y percibo que alguien me toma por el hombro, me doy media vuelta y me encuentro con Camila que me arrebata de un abrazo aturdido. 

-Tranquila, Mad... - murmura contra mi oído y besa mi cabello con descuido. Visualizo entre la cortina de agua que tengo en los ojos a Bex parado detrás de ella que está tan abatido como yo pero no llora, se mantiene inmutable. Mi amiga me suelta y suelto un suspiro desesperanzado, nos encaminamos hacia la sala de espera y llamo a Kaden para que se acerque al lugar.

-¿¡Mi Maxy!? - chilla alguien con voz tan aguda que salgo de mil escondite entre mis brazos y miro de donde proviene. Ivana... Su aspecto desalineado hace que la mayoría se dé vuelta a observarla además del grito que ha dado.

-Calmáte Ivana... - gruño tosca.

-Está adentro hace como quince minutos - anuncia Cami condescendiente y se pone de pie para tomarla pasar el brazo por la espalda de ella y llevarla hacia afuera. Intercambio miradas de incógnito con Bex y ambos las seguimos por curiosidad.

-Si no te tranquilizás no vas a poder hacer nada - le dice mi amiga a la rubia. Ivana está envuelta en algo que no me gusta pero aún así es como si estuviera muy preocupada por Max... O al menos lo aparenta muy bien. 

Kaden se acerca y me apresuro cuando me abre los brazos y me enfunda contra su firme cuerpo. Su aroma tan característico a sándalo y tabaco me hace sentir protegida de todo.

-Pero es que no sé porqué salió así re loco y agarró la moto en ese estado... - confiesa la novia de mi mejor amigo. Ladeo la cabeza intentando asimilar lo que está diciendo, por ende, ella estaba junto a Max antes del accidente... Algo  falta...

-¿Por qué estaba así? - ahora soy yo la que habla con el aspecto sombrío que debo tener en este momento por más que estoy contenida por mi chico. La mirada de Ivana me recorre de pie a cabeza como intentando descifrar mi persona y la contrarresto poniéndome más frente a ella.

-Porque... - su voz se resquebraja y echa el llanto a los segundos pero espero paciente - escuchó un audio del chico del boliche que decía que cuándo nos íbamos a juntar a terminar lo que empezamos. Discutimos

Los pequeños fragmentos de la madrugada se reconstruyen en mi mente y la contemplo con odio. Odio por haber discutido con él y no haberlo frenado a hacer una locura, odio por lo que le hizo, odio porque en alguna parte me veo reflejada con diferencias pero reflejada en la situación al fin.

-¿¡Qué pasó señora "lo que pasa en el boliche y entre nosotras, así se queda"!? - elevo el tono de voz y el tatuado atina a sostener de la mano cuando comienzo a adelantarme - ¿¡Ahora cómo mierda vamos a hacer salir a Max de esto!? ¡Sos una maldita enferma! Hubieras tenido la consideración de no haber discutido e irte vos... Hay gente que realmente lo quiere, tu querer es falso.

El silencio deja a todos helados como una ventisca fría después de lo que he dicho. Bueno, yo creo que es así aunque ella podría atacarme con otra cosa ya o intentando aclarar algo, supongo que es la manera en que uno actuaría para no dejarse pisar por alguien más.

-¿Y vos exactamente cómo lo querés?

-¿Me estás por hacer una escena de celos por lo que acabo de decir? Que irónica que sos... - suelto como si me cayera veneno de la boca - lo quiero como si fuera un hermano porque es más molesto que un grano en el cachete del culo y no es algo que te tenga que importar eso. Y estamos velando por su bien, no para ver quién se lo queda.

-Chicas... - farfulla Kaden y aprieta aún más mis dedos.

-¿Irónica? Sí, claro. Ahora me vas a decir que es como si fuera tu hermanito menor porque de bien lejos se nota las ganas que le tenés... - agita la mano y hace un gesto con los labios que me se me hace difícil de soportar.

Suena raro hasta incluso anormal decir que me tiro sobre ella como un felino, pero así lo hago porque estoy cegada con el enojo. Caemos las dos al suelo y mientras ella lucha contra mis manos, consigo enredar la mayoría de su pelo y comenzar a tirar con fuerza.

Descargo toda mi frustración, ira y tristeza con su humanidad. Yo sabía que ella volviera iba a ser para mal, uno no debe regresar nunca a donde fue lastimando y mi amigo lo hizo y por eso ahora estamos así.

-¡Basta Madison! - grita Camila parada frente a mis ojos pero no la distingo. Quisiera saber en qué momento empecé a llorar tanto pero eso no hace que pare con lo que le estoy haciendo a Ivana.

-Dejála. Dejá que acomode sus sentimientos y después vemos qué hacemos... - anuncia mi tatuado con su dulce voz.

Tortuoso engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora