Capítulo 1:
Días aun normales.
Axel:
Que molestia me da cuando me llaman la atención en clases, no es mi culpa que el profesor Alexander sea tan viejo y hable tan lento, cuando habla sobre la materia de física cuántica siento que caeré dormido en mi cuaderno. ¿Por qué no se retira y así deja de hablar tan lento? Lo peor es que aún falta un trimestre completo de la universidad.
— ¿Hey me estas escuchando? — Dice Troy a mi lado dándome también un ligero golpe con el codo en las costillas.
— ¿Ah qué? — Logro decir, en cierta parte no le estaba prestando atención, más bien no le estaba prestando atención en nada.
— ¿otra vez fantaseando o pensando en el regaño que te dio el anciano Alexander?
— La segunda — respondo a secas.
— No le prestes atención al anciano, de no ser porque te atraparon a ti me hubieran atrapado a mí — dice y luego comienza a reírse — Ya tengo tu regalo listo.
— Espero que sea una rubia o una pelirroja — digo como broma.
— No, es una cerveza y media y un cupcake con una vela encima.
Nos fuimos riendo un largo rato por eso, Troy era un viejo amigo mío, nos conocíamos desde que teníamos 10 años, siempre había sido algo holgazán y se saltaba las clases para ir a fiestas hasta volver al siguiente día, era más bajo que yo, él tenía una estatura de 1,64, más delgado, de piel un poco más oscura que la mía, casi morena y cabello oscuro, en cambio el mío era castaño y a veces que algunos cabellos se veían rubios pero muy pocos , mi piel siempre de un tono bronceada y una estatura de 1.70.
— Bueno nos vemos la semana que viene — dice Troy, gracias a Dios era viernes.
— Bien, hablamos luego — me despido de él mientras que iba agarrando camino.
Vivía algo lejos de la universidad aunque me gustaba irme caminando hasta casa, cuando ya iba caminando por el mercado agrícola había algo extraño alrededor, era una sensación de que me estaban vigilando, pero al llegar un olor a podrido me revolvió el estómago causándome ganas de vomitar, habían varias cosas que estaban podridas en los puestos de ventas y no solo eso, hasta los locales se veían algo deteriorados, lo primero que hice fue incrementar la rapidez al caminar.
Al salir de ese mercado con ese olor fétido lo único que hice fue tomar una gran bocanada de aire ¿Cómo era posible que vendan esa comida podrida? Habían personas que no conocía caminando por aquí, tal vez sean extranjeros o esas personas que se las pasan viajando por todas partes, los trotamundos creo que se llamaban. Por alguna extraña razón parece que se me quedaban viendo.
Lo mejor fue apurar el paso, ya no era una caminata rápida era más bien un trote continuo, ya faltaba un poco para llegar a casa aunque no me gustaba estar en ella. Pero lo mejor sería llegar preparar el informe e irme a la playa en el Charger, lo mejor era pasar la tarde de los viernes en la playa.
Llegue a casa con la respiración algo agitada debido al trote continuo, recupero el aliento y me quedo unos minutos como siempre enfrente de la casa, contemplando lo enorme que era, era de dos pisos pero algo más gigantesca que una casa tradicional, más ancha, yo la veía como si fuera una mini mansión de 2 pisos, dos columnas blancas de mármol pulido, puerta de caoba, tejas un poco más grandes de las normales y pintada desde afuera en tonos blancos y azules. Ciertamente costaba un ojo de la cara una casa así.
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El Despertar del Nuevo Dios. #wattys2017 #TWGames #AlfaAwards17 #LWA
Science FictionCon tal solo 21 años, Axel Grimm ya pasó por su despertar. Ya no es humano, tampoco es un simple Guardián. Axel es lo que se conoce como un Puro. Ha dejado atrás todo aquello que conocía, su antigua vida, su familia, sus antiguos amigos. El mundo e...