Un Amor Imposible. Zuko & Katara

Capitulo 42. El Amanecer

Mini Maratón 3/5

Disclaimer: Los personajes de Avatar el último maestro aire no me pertenecen a mí, sino a Nickelodeon y sus creadores.

Por Crystal Violeta.

Tú creces con la luna, yo con el sol.

(Zuko. Libro: Agua, Capítulo:19 el asedio del norte).

– ¡Noooo! – gritó Katara cuando vio a Zuko caer y perderse entre la niebla del inmenso abismo.

– No llores por él "campesina" – dijo el Coronel Shinu, mientras se acercaba con sus hombres – lo alcanzarás en el otro mundo.

Fue sólo hasta que los guardias sujetaron a Katara de los brazos y la apartaron de la orilla, cuando se dio cuenta del peligro de su situación.

– ¿Qué voy a hacer contigo? Podría matarte ahora o entregarte al Señor del Fuego? – El coronel sonrió mientras formaba una bola de fuego en su mano – ¡Ah! Para que molestar al señor del fuego si yo puedo encargarme de...

Un rugido estridente hizo cimbrar la nave entera. Repentinamente, de entre la niebla, emergió el gigantesco dragón rojo, comandado por Pájaro de fuego y con el príncipe Zuko, sentado atrás de ella.

Por el costado de la nave el inmenso monstruo continuaba ascendiendo y parecía no tener fin. Los soldados enmudecieron al mirar el largo cuerpo de serpiente del dragón elevarse metros y metros por encima de ellos y luego bajar a toda velocidad para rodear la nave.

– ¡Zuko! – gritó Katara con lágrimas en los ojos.

– ¡Salta, Katara! – ordenó el príncipe cuando el dragón giraba alrededor de la aeronave.

Katara levantó a Goldy del suelo y corrió con ella en sus brazos para después saltar por el borde de la nave y ser atrapada en el aire por el príncipe Zuko, quién la subió al dragón.

Ella besó al príncipe con efusividad

– ¡Creí que te había perdido! – dijo Katara mientras reclinaba su cabeza en el cuerpo de su amado.

Por unos momentos, Ren, el dragón rojo, permaneció suspendido en el aire, agitando sus enormes alas, mientras su gigantesca cabeza observaba al coronel Shinu.

El hombre estaba petrificado pero luego reaccionó y recuperando su temple ordenó.

– ¡Atención todos!, ¡Ataquen!, ¡Destruyan al dragón!

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En las afueras de Ba Sing Se...

Iroh y su gente se levantaron muy temprano. Todavía no salía el sol cuando el ejército ya estaba listo para atacar. El ejército se puso en marcha y avanzaron hasta las afueras de la ciudad. Ahí tomaron posiciones y aguardaron la llegada del amanecer, faltaba poco tiempo para que llegara el cometa y el Dragón de Occidente quería esperar esta fuerza para destruir las murallas de la impenetrable ciudad de Ba Sing Se.

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En la capital del imperio de Ozaí...

Las aeronaves de la Nación del Fuego disparaban torpedos y bombas.

Anita estaba terminando de curar a Ady cuando escuchó los ruidos de las máquinas surcando el cielo.

– ¡Por Dios, qué rayos es eso!

– ¡Es un ataque aéreo!, Anita, tenemos que irnos de aquí.

– ¿Crees que puedas caminar?

Ady asintió. Su amiga la ayudó a levantarse y trataron de regresar a la torre de la plaza. Dejaron atrás a Hamma que aprisionada en una montaña de hielo veía con horror la armada voladora que se acercaba. La anciana intentó liberarse. Trataba de soltarse pero sus manos estaban atrapadas y así no podía usar sus poderes.