La mañana se presentaba... ni idea, allí no había ventanas. Todos salvo Cóndor estaban en el comedor recibiendo sus raciones correspondientes como todos los días, esperando el anuncio desagradable matutino. Hans charlaba animadamente con sus compañeros como si estuviera en un bar y no hacían otra cosa que armar escándalo, eran el alma de aquel lugar, sin ellos la atmósfera habría sido suficiente para acabar como mínimo con sus mentes... pero por suerte allí estaba Hans, a tiempo para darles unas palmadas en la espalda lo suficientemente fuertes como para quedarse sin aire.
El sonido característico y ensordecedor del megáfono puso a todos alerta.
-Hans y Rodrigo, se os solicita en la puerta J, sin retrasos.
-Lo siento chicos, el deber me llama...-se levantó de la mesa dando un último bocado a su donut seco y miró a sus amigos muy serio- Si no vuelvo... por el amor de dios, James, no te quedes con ninguna de mis cosas.
-¡¿Cómo?!- el mencionado se levantó casi escupiendo la comida de su boca.
-Es broma... o no.- se marchó riendo mientras todos se mofaban del pobre James y animaban ruidosamente a Hans
Mientras tanto, desde la otra punta de la sala, Rodrigo se levantó sin que nadie lo despidiera y fue donde le indicaban, alcanzando enseguida al despreocupado Hans.
No cruzaron palabra en todo el recorrido, hasta llegar a la bifurcación que les conduciría a sus respectivas habitaciones de espera, Hans le hizo una señal como despedida pero Rodrigo lo ignoró por completo, Hans lo comprendía, ya era difícil mantener el humor como participante promedio pero en el caso de Rodrigo y Hans... eran los más populares, fuertes y antiguos luchadores de aquel lugar y mientras que Hans era la cara extrovertida y potente, Rodrigo destacaba por ser un jugador solitario y extremadamente ágil. Totalmente opuestos.
Hans fue guiado hasta la sala y esperó pacientemente a que una de las familiares pantallas que estaban en todas esas habitaciones se encendiera para mostrar como de costumbre al impecable Aaron.
-Hola, hola Hans.- sonreía de oreja a oreja mientras cogía uvas de un cuenco.- Os he llamado tan temprano porque hoy tendremos un evento muy especial que me han estado pidiendo por demasiado tiempo, todos deseaban veros a vosotros dos en la arena... y los deseos de mis clientes son órdenes, ya sabes...- miró la uva que tenía en la mano con indiferencia mientras se la llevaba a la boca.- Ah, deja de mirar por todos lados, las armas estarán dentro y ya os explicaré todo luego. Más os vale dar un buen espectáculo, me ha costado mucho dinero traerlo...-Aaron mas bien hablaba para sí mismo, la pantalla se apagó y a Hans le dio muy mala espina pero de todas formas comenzó a prepararse para la batalla con sus rutinarios estiramientos.
No mucho después la puerta se abrió. Los intensos focos hicieron que Hans apartara la vista pero cuando por fin se acostumbró a la luz y decidió internarse en la arena... Estaba totalmente vacía, los acostumbrados muros en ruinas y las montañas de cadáveres no estaban, solo había tierra. Hans no tardó en localizar al esquivo Rodrigo, que lo miraba fijamente desde la otra punta de la arena, inmóvil.
-¡Muy bien chicos, ya estamos aquí!- el megáfono sonaba estridente.- El combate aclamado por todos... Hans y Rodrigo se enfrentarán...- Aaron hizo una pausa dramática mientras el público aplaudía- Ah, ah pero no como todos ustedes esperaban... Ellos dos tendrán que trabajar juntos para derrotar a su oponente traído de Estados Unidos... ¡El gran Oso grizzly!
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Averno (yaoi)
Mystery / ThrillerADVERTENCIA: PUEDE CONTENER MATERIAL DEMASIADO FUERTE. Un año. Un año llevaba viviendo Dan en un internado al cual no tenía idea cómo había llegado, sin recuerdos anteriores trata de hacer su vida pero... lo que parecería ser una vida estudiant...