Cap 51

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Al escuchar a Carter gritar de repente el tiempo pareció detenerse, Dan puso atención al camino junto al río por donde caminaban y pudo ver a Cóndor recostado contra un árbol caído en la misma orilla del río, en cuanto se acercaron un poco pudieron distinguir los moratones y la sangre en su blanca piel, Cóndor les devolvió la mirada, demasiado agotado como para intentar moverse.

-Cóndor ¿me escuchas?...- Dan se arrodilló a su lado, dudando de si tocarlo o no... No tenía buena pinta y temía su reacción. Cóndor ladeó la cabeza en su dirección y le dio una débil sonrisa.

-Dante... lamento no haber cumplido mi palabra...- Seguro estaba dolorido, tenía la voz muy ronca y parecía esforzarse para articular las palabras pero se apoyó en el brazo de Dan permitiéndole comprobar su baja temperatura corporal seguramente debido al frío y la humedad.

-Eso ahora no importa... ¿pero qué diablos te ha pasado?- Dan se quitó su chaqueta para cubrirlo con ella, le preocupaba bastante la posible hipotermia y en cuanto puso sus manos sobre los hombros de Cóndor notó como temblaba.- Salgamos de aquí. Carter.

-¡Sí!- el aludido se espabiló en cuanto escuchó su nombre, se había quedado de piedra al ver a Cóndor de esa manera pero enseguida se puso al lado contrario de Dan y lo ayudó a levantar al albino quedando este colgado de sus cuellos para repartir el peso.

Lo llevaron discretamente por el campamento, evitando las miradas de los soldados hasta llegar a su tienda.

-Espera, ¿por qué no lo llevamos a la enfermería...?- Carter frunció el ceño y quiso redirigir sus pasos hacia allí con algo de insistencia.

-No podemos, Cóndor no es un soldado así que no lo atenderán.- Dan tiró de él y lo obligó a meter a Cóndor dentro de la tienda, lo tumbaron en la "cama" de Dan y lo cubrieron con todas las mantas que tenían.

-Pues me parece estúpido...- Carter se sentó indignado.

-No lo es, a cambio de no tener el servicio médico cobran más como grupo.- Dan sacó un pequeño kit de primeros auxilios que tenía guardado, se lo habían asignado en algún momento pero no le iba a dar ningún uso real... hasta el momento.- Es bastante habitual entre mercenarios.

-¡¿Lo sabes porque fuiste uno verdad?!- Carter estaba algo emocionado por saber un poco más sobre Dan pero este suspiró.- ¿verdad?- su emoción fue disminuyendo hasta volver a tranquilizarse.

-Sí he sido mercenario, por muchos años a demás...- Dan sacó los utensilios para tratar a Cóndor y los extendió a su lado.- Pero eso no tiene importancia.- Carter lo observó en silencio mientras destapaba a Cóndor. Al parecer su estado no era tan crítico como parecía, al menos en lo que a heridas se refería... lo que era alarmante era su temperatura, debía haber pasado mucho tiempo ahí junto al árbol y no iba precisamente preparado para ello. Dan desinfectó las heridas de Cóndor y cosió las que lo necesitaban, a demás tenía una cantidad de moratones rozando lo indecente. Volvió a taparlo cuando terminó con sus cuidados y guardó el kit.

-Wow... al ser inmortal no pensé que podrías ocuparte de heridas de esta forma.- Carter sonrió.

-Bueno, he tenido mucho tiempo para aprender... nunca viene mal saber un par de cositas.- se sentó en el suelo y se acomodó tranquilamente. Carter suspiró y apoyó sus codos en las rodillas mirando a Cóndor durante un rato pero no tardó mucho en cansarse de eso y dejarlos para ir a molestar a sus otros compañeros. Dan se quedó un par de horas ahí a punto de dormirse pero escuchar el movimiento de las mantas lo espabiló.

-¿Qué...?- Cóndor se incorporó y se miró a sí mismo con las heridas tratadas, estaba en un lugar desconocido pero al ver a Dan ahí se calmó.- Dante.

-Sí, no soy una alucinación ni nada parecido.- se levantó a la vez que se estiraba como un gato y bostezaba, se acercó a Cóndor y se sentó en la cama con todo el gusto y cuidado de no hacerle daño.- Ahora, como pago por traerte aquí y no cumplir tu palabra me vas a contar lo que ha pasado.- lo miró serio y Cóndor suspiró.

-No es nada importante.- aún tenía la voz algo ronca.- Nos llamaron a otra misión antes de ayer y no salió como estaba planeada... murieron todos mis compañeros menos yo así que tuve que tomar el castigo por fracasar.- su mirada cayó en picado.

-Esa no me parece razón para darte una paliza así...- Dan se lamentó.

-Bueno, así es como suelen conseguir trabajos tan bien hechos... me habrían matado de no ser porque quien dictó el castigo me enseñó a pelear cuando era niño, era como un padre para mi... Estoy cansado de todo esto, hay demasiada muerte.- tenía la mirada perdida y ni siquiera se veía capaz de sonreír para Dan. Este sintió su soledad y dolor como propios y lo abrazó fuertemente, hundiendo la cabeza en el hueco del cuello de Cóndor haciéndose cosquillas con su sedoso cabello blanco.

-Cóndor... quédate conmigo, cuando todo esto acabe deja tu grupo de mercenarios.- Dan le sujetó la cabeza para que le mirara a los ojos, sus ojos grises se mostraban sorprendidos pero con cierta esperanza en sus profundidades.- Nos iremos a algún lado, no importa donde... pero muy lejos.- lo estrechó entre sus brazos aún más aspirando su aroma, olía a tierra mojada y pino... aunque en esa zona del mundo apenas se vieran.- ¿Qué me dices?- le sonrió desde lo más profundo de su corazón pero vio la duda en su cara.

-Yo... no puedo dejarlos, son mi única familia...- se encogió un poco, era normal que pensara así pero no podía seguir autodestruyéndose de esa manera.

-No son tu familia, la familia no hace daño a sus seres queridos.- apretó los puños al recordar acontecimientos amargos y sacudió la cabeza para liberarse de ellos y centrarse en Cóndor.- Yo puedo ser tu familia si quieres.- Por alguna razón las palabras de Dan surtieron un efecto inmediato, una lágrima solitaria descendió por la mejilla de Cóndor pero Dan la limpió con el pulgar aprovechando para acariciar su cara y continuar con lo que habían dejado a medio hacer.

Dan se inclinó para capturar los labios de Cóndor con ternura mientras lo empujaba para que se tumbara en la cama, en esa posición no se le abrirían las heridas. Dan profundizó el beso pasando a explorar su boca con unas ansias que no había sentido en mucho tiempo mientras tocaba el cuerpo tonificado de Cóndor con cuidado de no sobresaltarlo... aunque parecía muy entretenido ya con el beso, se notaba que no tenía mucha experiencia, pero eso se explicaba solo así que Dan decidió llevar la iniciativa desde el minuto cero.

Empezó palpando por todas partes, deleitándose con su cuerpo y las cicatrices que iba mostrando cada vez que retiraba algo de ropa. En menos de un minuto ya lo tenía prácticamente desnudo sobre la cama con una respiración acelerada que daba gusto sentirla. Depositó varios besos por su cuello mientras frotaba su miembro con una mano insistentemente, Cóndor se quejaba pero tampoco lo apartaba así que Dan continuó, lanzó su propia ropa por ahí y se pegó al cuerpo del albino para que sus miembros se frotaran pero por la expresión que tenía el otro sabía que no duraría mucho más, así que Dan se le subió encima a horcajadas sin dudarlo, le acarició el pecho mientras Cóndor lo observaba absorto y Dan con una sonrisa se alzó a sí mismo para sentarse sobre el miembro erecto de Cóndor, este se estremeció al sentir el cálido interior de Dan pero tampoco se quedó sin hacer nada, agarró las caderas de Dan y tiró de ellas haciéndolas bajar bruscamente, Dan soltó un jadeo por la brusquedad pero sonrió satisfecho con su pasión, Cóndor se revolvía bajo él queriendo más control pero Dan no le dejaba, le hacía moverse al son que él deseara pero para compensarle le besó incontables veces durante sus subidas y bajadas incesantes.

No pasó mucho tiempo para que ambos quedaran en la cama sudorosos y jadeando, satisfechos tratando de recuperar el aliento mientras se ladeaban para observarse mutuamente.

-Bueno, ¿qué tal ha estado?- Dan le sonrió y robó un beso.

-Ha sido increíble.- Cóndor le correspondió y lo rodeó entre sus brazos para quedarse así, se sentía como nunca antes lo había hecho y jamás pensó que el sexo pudiera ser tan gratificante, todas sus anteriores experiencias no podían compararse con aquello. Besó el pelo negro de Dan deseando quedarse para siempre de esa forma y así los dos cayeron dormidos.

Averno (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora