Cap 37

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Era tarde, de noche y todos los empleados sabían lo que significaba... Estaban trabajando en el mismísimo infierno sobre la tierra y aquello llevaba a servir a las personas más retorcidas, desequilibradas y lascivas del mundo... Pero al menos no tenían que darles el tipo de servicio que a cualquiera helaría la sangre y se llevaba a cabo todas las noches sin falta en la mayoría de las habitaciones del lugar. Los desdichados empleados habían llegado a limpiar escenarios casi sacados de una carpeta clasificada de la policía, sangre, fluidos corporales de todo tipo e incluso cadáveres en los casos más extremos... Aunque resultaba terriblemente fácil deshacerse de ellos en la incineradora. Debido a este tipo de cosas los empleados sufrían numerosos problemas psicológicos y no eran extrañas las desapariciones o suicidios... ¿Y quién querría trabajar aquí? Pues lo mismo se preguntan ellos de los luchadores, todos estaban en la misma situación solo que con diferentes libertades.


En ese momento dos de ellos estaban preparando las habitaciones reservadas para los clientes.


-Oye, después tenemos que ir a preparar la suite de la última planta, Aaron no la va a utilizar así que solo queda...


-Oh, no... otra vez no.- Terminaron de colocar las sábanas limpias y cerraron la puerta con su respectiva tarjeta.


-Yo aún no comprendo cómo lo hace... Ni una sola marca, ni resistencia, ni nada. Es realmente aterrador.


-Sinceramente, no quiero saberlo y te recomiendo no indagar más en el asunto o podrías ser el siguiente.


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-Hey depresivo Cóndor, ¿has visto a Hans?- James se asomó por el marco de la puerta de Cóndor.- ¿Cóndor?


-Ah, lo siento, no lo he visto.- Cóndor estaba pensativo en su estrecha cama pero aquella pregunta paró todas las ideas que pasaban por su mente de golpe.- Espera, ¿no estará en el comedor con el resto?


-Nop, los muchachos no lo han visto desde anoche, pensábamos que estaría en alguna esquina borracho pero... no lo encontramos y eso es muy raro.


-Sí que es raro... espera, voy a buscarlo contigo.


Revisaron todas las zonas a las que tenían acceso entre todos no una sino varias veces para asegurarse de que no estaba en ningún lugar. Era absurdo el hecho de no encontrarlo pero aún lo eran más las suposiciones que les pasaban a todos por las mentes, no podría haber escapado, ni tampoco muerto, no había combates y... simplemente no había nada más, a no ser que se lo hubieran llevado los aliens.


-Hey, los locos que están corriendo por aquí todo el rato.- Un guardia los llamó desde una de las puertas.- Tenemos un paquete para vosotros.


Otro par de guardias trajeron a rastras por los hombros a un semiinconsciente Hans, abrieron la puerta y se lo lanzaron a los chicos con dificultad por el tamaño de este.

Averno (yaoi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora