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- LA CHICA DE LA VENTANA -

Mis ojos la acechaban mientras se quitaba la camisa y la tiraba a un lado.

Sus grandes senos casi se derramaban de su sujetador de encaje crema cuando se volvió hacia la ventana.Por un segundo me preocupé de que me viera, pero sus ojos pasaron junto al auto y de vuelta hacia lo que solo podía suponer era un espejo en el interior de su habitación.

Me había preocupado sin motivo. Era imposible que pudiera verme sentado en mi auto con lo oscuro que estaba fuera. Además, mi Ferrari tenía las ventanas tintadas, por lo que era prácticamente una parte de las sombras.

Mis ojos se quedaron en ella. Tenía el ceño fruncido mientras bajaba los tirantes de su sujetador lentamente por sus hombros. He visto a las mujeres hacer eso antes, examinando sus cuerpos, intentando encontrarlas cosas que podrían estar mejor.

La mayoría de las mujeres hacía eso, pero ella no tenía de qué preocuparse. Era jodidamente perfecta.

Sus labios eran grandes y deliciosos, su piel tan blanca y cremosa como su sujetador, su cabello era grueso y largo. Mis ojos se detuvieron en la cascada de cabello rubio un poco más, imaginándome tirando de esos rizos mientras la inclinaba sobre algo.

Mi pene se endureció dentro de mis vaqueros.

Apartó el cabello detrás de sus hombros, como si cambiara de opinión sobre algo, antes de reajustar su sujetador y desaparecer de la vista.

Un decepcionado gemido escapó de mi boca. Podría haber estado
sentado aquí toda la noche mirándola, pero era probablemente lo mejor.
No había venido aquí exactamente para estar vigilándola desde mi auto
toda la noche, como un acosador.

Mi mano se estiró a la bolsa de lona que estaba en el asiento del copiloto, y abrí la cremallera, tomando el diario que había estado justo encima de mi ropa. Casi por instinto, mis dedos dieron la vuelta a través de las páginas, finalmente deteniéndose cuando supe que había tocado mi marca.

Rubia, cabello largo y rizado, grandes pechos IIII IIII II

Fruncí el ceño durante el conteo. Había tenido un montón de chicas de su tipo antes, un montón de chicas de cabello rizado, rubio, que se habían puesto de rodillas, listas para hacerme feliz en todo lo que quisiera. Ella no era nada especial o nuevo, sin embargo, algo en esta chica era cautivador, fascinante.

Tal vez era porque no sabía que estaba sentado en mi auto frente a su ventana. Tal vez porque era tan malditamente atractiva. O tal vez era simplemente porque en pocos segundos entraría en la casa en la que se encontraba.

Mi mejor amigo de la universidad, Griffin Walsh, vivía aquí. Bueno, al menos su familia lo hacía.

Verán, Finn era un tipo bastante simple. Se había criado en una pequeña ciudad, Ripley, en el estado de Nueva York. Sus padres eran muy trabajadores y querían a su hijo como locos. Había estudiado arduamente y sacando buenas calificaciones y entró en la Universidad de Nueva York, aunque sus padres apenas habían logrado pagar el precio de las caras clases.

A diferencia de mi padre, que tenía Maxwell Project Development con un valor de millones, los padres de Finn llevaban una vida bastante de clase media. Su padre trabajaba en una bodega local en Ripley, dirigiéndola parte comercial de las cosas y ganaba dinero decente. La madre de Finn era oficial de préstamos en el banco local de la ciudad.

Métanme en la historia. Finn y yo nos graduamos en negocios a la vezen la NYU y nos habíamos convertido en grandes amigos. Ahora que la universidad había terminado y se había graduado, había regresado a su ciudad natal antes de volver a Nueva York para iniciar su nuevo trabajo a finales del verano en la compañía de mi padre. Habían pasado un par de semanas desde que había visto a Finn, era un gran tipo, un mejor amigo de lo que yo merecía. Me invitó a pasar un tiempo con él y su familia durante unas semanas este verano para que mi lado de "niño rico titulado" pudiera experimentar cómo es la vida en una ciudad más pequeña.

Twisted Minds |HS| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora