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- IDO -

El sol atravesó las persianas y cubrió el cuerpo desnudo de Kira, creando patrones geométricos sobre él. Se quedó allí, medio enredada entre las sábanas y la luz del sol, con su respiración constante.

Era tan hermosa, y totalmente cautivadora.

Follarla por segunda vez había sido aún más increíble que la primera. 

Su fuerte espíritu y su belleza me hicieron caer en su trampa. Era inocente sin ser frágil; fuerte sin ser resistente; moralista, sin ser altiva.

Era todo lo que una mujer debía ser. Todo a lo que no estaba acostumbrado. Tal vez era porque nunca había buscado esas cualidades en una mujer; tal vez porque nunca había pensado que esas cualidades realmente existieran en una mujer.

Sin pensar demasiado en eso, me incliné y besé su dorada cabeza. Entonces me eche hacia atrás, estudiándola durante varios segundos. Fue durante ese momento de tranquilidad que comprendí lo que había hecho. Me resultó tan natural, sin embargo, nunca lo había hecho antes en mi vida.

Nunca besé a nadie en la cabeza. Nunca. Pero estaba empezando a

tener una fijación por Kira que jamás había experimentado con nadie, y que no podía explicar por qué. Había tanto en ella que me encantaba, la lista era interminable.

Tratando de controlar mis emociones, salí de la cama con rapidez mientras alcanzaba el vaso de agua en la mesita de noche. Bebiendo un gran trago, traté de convencerme que esto era solo una fase. Sin duda, habría una mujer a la que había besado en la cabeza antes.

Mi mente procesó este pensamiento y emitió una rápida respuesta.

No había.

No había logrado convencerme de nada. Lo que necesitaba hacer era escribir todo en mi diario. Tal vez me ayudaría a procesar mis pensamientos.

Alejándome de la cama, me acerqué a mi bolsa para recuperar mi diario. Quería añadir más cosas en él, sobre todo después de la noche anterior. La forma en que Kira se sintió debajo de mí. La forma en que sus ojos se cerraron cuando la penetré.

Era increíble la cantidad de páginas que había terminado dedicando a Kira. A la mayoría de las otras chicas solo les había dedicado una hoja,

Kira conseguiría un libro completo.

Había escritas páginas y páginas sobre ella. Los aspectos superficiales como su apariencia solo ocuparon un par de páginas, pero eran sus otras facetas las que completaban el resto de las páginas.

Sus pasatiempos. Sus cosas favoritas. Las cosas que no le gustaban. Lo que la hacía sonreír. Los libros que leía. Hechos históricos.

Mientras más aprendía sobre ella, más amaba lo que tenía que ofrecer. Era la mujer más increíble que había tenido la fortuna de conocer.

Había cambiado mi forma de ver a las mujeres. 

Mi madre había sido la razón por la que trataba a las mujeres de la forma en que lo hice toda mi vida. Pero Kira y Theresa me habían mostrado que había mujeres en el mundo que merecían respeto. Me había metido en esta situación deseando a Kira, sin apreciar lo que estaba tomando de ella.

No era solo una de las numerosas mujeres en la lista, era más que eso.

Abrí mi bolso, buscando mi diario sin mirar el interior en realidad. Cuando no logré rozarlo conlos dedos de inmediato, rebusqué más profundamente, tanteando a los lados de la bolsa. Aún no podía tocarlo.

Twisted Minds |HS| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora