Twisted Minds |HS|

13

- OPORTUNIDADES -

--- No, no lo hiciste maldita sea.

Las palabras salieron de mi boca antes de que Finn siquiera hubiera cerrado la puerta detrás de él.

Se puso rojo, similar a la forma en que su hermana hacía a menudo. Y entonces las cosas se pusieron aún peores. Cass entró tras él. Usando su maldita camisa.

Había una sonrisa de suficiencia en su boca, como el gato que se había comido al canario. O una puta que se había comido un pene.Teniendo en cuenta que parecía que había tenido tiempo en la mañana para peinar su cabello castaño rojizo en perfectas ondas y su cara estaba llena de maquillaje, era ridículo que no se hubiera logrado vestir en su propia ropa.

—Hola, chicos — dijo, retorciendo los delgados dedos hacia nosotros. Sus ojos se clavaron en mí, y me di cuenta de que tuviera la camisa de Finn era por mi bien —Finn no estaba en condiciones de conducir, así que pensé en traerlo.

—Eso fue amable de tu parte— dijo Kira alegremente, acercándose para darle un abrazo a Cass.

No, no era malditamente amable. Era una estratagema para que todo el mundo creyera que era una cosa dulce.

Mientras ambas mujeres estaban al lado de la otra, sonriéndose, pude ver que el afecto en la cara de Kira era genuino. En cuanto a Cass, no había nada genuino acerca de esa chica. No sabía por qué era la forma en que era, y nunca me había molestado en averiguarlo.

Siempre me había supuesto que igual que yo, venía de una familia en mal estado y en realidad simplemente no le importaban ni una mierda otras personas, o trataba muy difícil en que no. Era muy buena actuando como una persona normal, cuando en el fondo estaba mentalmente desequilibrada.

Mis manos se apretaron en puños mientras Finn miraba hacia ella, con una pequeña sonrisa en su rostro. Explotaba por completo mi mente que Finn estuviera metiéndose en una situación en la que iba a perder. Tal vez un par de golpes en la cabeza metieran algo de sentido en él.

—Finn.—Mi mirada estaba fija en él mientras trataba de ver a otro lado excepto a mí — ¿Qué mierda pasó anoche? 

—Finn bebió demasiado— respondió Cass por él, jugando con el extremo de la camisa de una manera inocente—Pasó la noche en mi casa.

—No estaba hablando contigo.— No me importó lo grosero que me escuché. Las cosas habían ido demasiado lejos. Sabía que Cass estaba desesperada por volver con Finn, pero no iba a permitir que eso ocurriera, incluso si me mataba.

—¡Harry!—Kira sonaba indignada, pero me importaba una mierda. No tenía idea de con lo que estábamos tratando aquí.

Finn arrastró sus cansados ojos a mi encuentro.

—Harry, para. Cass fue amable al dejarme pasar la noche en su casa. Fue mi culpa por beber demasiado.

¿Qué carajos? ¿La defendía ahora?

Mi estómago se hundió cuando las palabras de Cass de anoche volvían a mí. La magia de la duda. No había manera de que mi mejor amigo fuera tan ingenuo que se permitiera lavar el cerebro por ella. Finn no podía ser tan iluso que hubiera olvidado la mierda loca que había causado en nosotros hace tan solo unos meses.

—Está bien, tú y yo, a fuera en este momento—le grité a Finn.

—¿Qué?—Él me miró con sorpresa.