28

1.8K 95 19
                                    

- HERMANOS -

El estaba de pie en lo alto de la pendiente, frente al lago mientras la brisa agitaba su ropa.

Dudando por un momento, respiré infundiéndome valor y di un paso hacia él con determinación en cada zancada. 

Lo había seguido todo el camino hasta la Playa Ripley en mi auto sin que lo supiera. Tal vez quería estar solo, pero no iba a renunciar a Finn, ni ahora, ni nunca. Así como él no me había dejado tirado en medio del campus hace muchos años esa noche, yo no lo dejaría solo, ni siquiera si me dijera que me fuera. 

No importa lo que pasó, no importan todas las peleas que hemos tenido, ni la mierda que había caído en los últimos años, estábamos juntos en todo. No éramos las mismas personas, pero eso no quería decir que no nos quisiéramos. 

Algo se extendió por mi corazón, convirtiendo mis ojos en líquido. Amor. Amaba a mi hermano. Era la familia que en el fondo, siempre había querido. 

A esto se refería ese sentimiento de lealtad inquebrantable. No era una sensación que se tenía hacia alguien simplemente porque tuviera tu misma sangre. Era una sensación que ganabas, como él se había ganado la mía. 

Pasé una mano por mis ojos y me detuve a su lado. Nos quedamos en silencio, dos hombres, sin dirección, confundidos. La brisa ondeó a nuestro alrededor, agitando nuestro cabello, pero aun así nos quedamos inmóviles. 

—Debes pensar que soy un idiota, —dijo Finn, finalmente, perturbando la tranquilidad que nos rodeaba—. Debes pensar que soy un jodido idiota. 

Soltando un largo suspiro, volví la cabeza para encontrar que me observaba con una expresión rota en su cara. Había visto a Finn molesto un montón de veces, la mayoría de ellas tenían que ver con Cass, pero esto era probablemente peor. 

En una ocasión, habían tenido una pelea a gritos, donde ella lo había acusado de mantenerla lejos de sus sueños. No estaba muy seguro de a qué sueños se refería exactamente, esperando por lo que parecía ser un interés en ascender socialmente. 

Era exactamente igual que mi madre.

—Esos pensamientos han pasado por mi cabeza varias veces —dije con mi expresión bastante seria. 

Finn me miró un segundo más antes de que su máscara se agrietara.

Una sonrisa apareció en su rostro, y luego sus hombros comenzaron a temblar de risa. Su risa era profunda y resonante, y tan contagiosa que empecé a reír junto con él.La risa fue tan abrumadora que Finn se deslizó en el suelo y se agarró a sí mismo mientras se reía. Incluso yo tuve problemas para soportar el peso de mis risotadas; me derrumbé en el suelo junto a él, sintiéndome agotado de repente. 

A mi lado, la risa de Finn también murió, dejando un silencio hueco colgando en el aire. La risa no era de felicidad, sino de incredulidad porque las cosas resultaran de esa manera. Aceptando que los acontecimientos que acababan de ocurrir en nuestras vidas eran tan jodidos que no había manera de que hubiéramos podido evitar que sucedieran. 

Se sentía bien reír con él, saber que incluso en nuestros momentos más bajos, nos sosteníamos la espalda uno al otro y que incluso en las secuelas del mal de Cass, aún podíamos reírnos de ello. 

—Debí haberte escuchado —dijo Finn en voz baja—. Ella llegó a mí con historias de nuestro pasado, de cuando solíamos salir en la secundaria. 

Estando de regreso, todos los recuerdos del pasado volvieron a surgir de los lugares en donde habíamos estado juntos. Era tan fácil olvidar toda la mierda que ocurrió en la ciudad. Era tan fácil creerle. 

Twisted Minds |HS| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora