Mi brazo quedó suspendido en el aire mientras Castiel se encorvaba hacia mi tratando de reducir la distancia que nos separaba. Su cara caía justo sobre la mía y sus labios se movieron lentamente borrando mis dudas, dejando solo a él en mi piel. Mis piernas habían comenzado a flaquear, así que me aferré a su cintura evitando caerme. Castiel gruñó mordiendo mi labio inferior al sentirme pegada a su abdomen y no pude contener mi gemido. Mis besos eran torpes pero luego tomé su ritmo y él era quién tenía el control. Se apartó un poco dejando que nuestros alientos se chocaran dejando el deseo de más.—No quiero alejarme.
Castiel vuelve a besarme con más intensidad dejando una mano en mi espalda baja y su otro brazo contra mis hombros sin dejar ni un solo centímetro entre nuestros cuerpos. Sentí algo acolchado contra mis rodillas y de un momento a otro habíamos caído al sofá, él al tope mío.
—Mentí cuando dije que no recordaba nada— admitió mirándome a los ojos—. Nunca en mi vida me había sentido tan felíz. Tenía miedo de arruinar todo, de perderte así que solo mentí. Preferí hacer como si nada contad de tenerte siempre. Te amo y no puedo evitarlo. No puedo dormir por las noches por estar pensando en ti, y en el día no puedo parar de soñarte junto a mi. Te amo Sam, sin importar que.
Estaba aplastada en el mueble bajo el peso de Castiel sentado sobre mi cadera tomando mis muñecas sobre mi cabeza. Me contemplaba fijamente. Sentía que ardía bajo su mirada como si en cualquier momento iba a desmayarme y despertar de un sueño. Nuestras respiraciones eran pesadas sin pausa alguna. Me tenía, me volvía loca.
—Eres perfecta— susurró en mi cuello.
—Castiel— sentía lagrimas escaparse de mis pestañas—. Yo también te amo.
—Entonces, ¿Por qué lloras?— dijo secándolas con su pulgar. Luego se levanta junto conmigo sentándose y dejándome a mí sobre sus piernas.
—No lo sé.
—Llorona.— Sonríe besando mis pestañas. Crucé mis piernas sobre sus muslos y él me abrazó enjaulando mis manos contra su pecho. Dejó su cabeza en el hueco entre el cuello y mi hombro. —¿Quieres ser mi novia? No soportaría verte con otr-— le interrumpí.
—Si, ¡Claro que si!— sus labios volvieron a hacer que me derritiera ante su tacto. Sus manos bajaron a mi cintura donde mi blusa se levantaba dejando mi piel pálida expuesta. Estaba mal lo que hacíamos pero no quería parar.
—Castiel, ya tengo la canción que me pediste— dijieron desde la entrada. Iba a alejarme para tratar de parecer más presentable cuando él me lo impidió.
—¿Qué haces?— le pregunté. Castiel se levantó conmigo estampada a su pecho con un solo brazo. Mis piernas quedaban en el aire y mis brazos se envolvieron sobre su cuello. Él se dio vuelta conmigo colgando para mirar a Lysandro. El albino pegó un salto y me miró confundido.
—¿Quién es esta joven Castiel? ¿Qué pasó con la señorita Sam?— Lysandro se echó hacia atrás llevando una mano a su frente como si estuviera haciendo memoria. Castiel me besó la cabeza y el albino puso los ojos como platos—. ¿Ya no la quieres?
Castiel me dejó en el suelo antes de partirse de la risa.
—Yo...yo soy Sam— dije arreglándome el cabello y tratando de reducir el rubor de mi cara.
—Oh lo lamento. Luces diferente.
—Este es mi verdadero ser— torcí la boca dando una vuelta en mi lugar.
—Aun así sigue siendo bella.
—Por favor amigo, no des esos tipos de halagos a mi novia— Castiel se une quedando a mi lado y recostando su cabeza de la mía. Lysandro sonríe, luego se acercó a nosotros y nos abrazó.
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Rock your heart CDM #2
FanfictionMe escapé de casa para ser libre al fin y rockear. Tengo todo lo que necesito: talento, pasión, un país nuevo donde empezar y un sueño que alcanzar. Nada ni nadie me detendrá. Creí que todo iba acuerdo al plan hasta que el destino me hizo caer por...