20

2 0 1
                                    

Ella le.ofreció entrar, no le molestaba pero el rechazó la oferta excusando que tenía que descansar o sino moriría.

Le miró a los ojos y notó las ojeras de la falta de sueño y le dijo que lo entendía bien, que no dudara en hablarle al móvil.

Justo en ese momento incómodo en el que no sabía si se iba a acercar o no, ella se giró y él no lo dudo, le tocó el hombro provocando que se miraran y la tomó de la cintura.

La tomó suavemente como quien coge una muñeca de porcelana y la acercó a él. Le miró intensamente con esos ojos verdes y la besó.

Sí,  la besó como aquel día en la boda, bueno no, como aquel día no, mejor aún.  La besó mientrasle cogía y la abrazaba. Lo hizo con tal ternura que ella sonrió en el beso.

Se separaron y él soltó:
-te juro que te echaba de menos a todas horas
-yo también, creeme, yo también.

Él se despidió de verdad por fin y tomó el ascensor,  ella entró a a la casa y tomó agua, se notaba el calor en wl cuerpo.

Ante tal sofoco optó por una ducha al ritmo del regaeton. Al ritmo de temas pasados se relajó.

Antes de dormir miró el móvil:
-"buenas noches pequeña", junto a un corazón de Alberto.

Ella decidió responderle:
-"buenas noches viejo" junto a caritas riéndose.

Era demasiado bonito para ser verdad, pero era real y ella se sentía como en esos cuentos de niñas de cinco años. Se sentía cenicienta, blancanieves, y todas esas princesas.

Disney no tenía nada que hacer a su lado y era feliz, por fin sentía que nada podía fallar. ¿se equivocaba?  Quién sabe, el tiempo es el único que responde y el futuro es imposible de averiguar.

200 VECES YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora