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Pasaron más meses. Ya ocho y recordó cuando le dijeron que sería niña. Se sintió feliz. Le daba igual ai era niño o niña. Los dos los quería.

Pensó en nombres:  Laura, Aura, América, Selena...pero ninguno le llamaba la atención. Quería que tuviera nombre fuerte, y quería que fuera su pequeña guerrera.

La iba a cuidar para que supiera hacer todo sin ayuda de nadie. La decidió llamar Victoria. Adoraba ese nombre y le hacia pensar que nadie podría con ella y sería fuerte y sí, llegaría a la victoria.

Quería que fuera feliz más que nunca con nadie.

Recordó con una sonrisa cuando le enseñaron por primera vez a través del monitor ese ser que estaba creciendo.

Era pequeño, había permitido que un nuevo ser llegara a tener vida en su vientre. Se había emocionado y sentido más acompañada que nunca.

Cuando pasaron meses Alberto sugirió una custodia compartida. No supo que decir pero todo se olvido aunque quien sabe...

Más adelante lo repitió serio y a ella le empezó a doler todo por lo que él creyó que era mejor no repetirlo mientras estuviera embarazada.

Siguieron meses y meses y llegó a este octavo mes. Cada día era más cansado a causa de la tripa.

Se notaba y además había engordado de manera que mucha ropa no le cabía y había comprado otra.

Se puso a buscar tiendas de premamá y compró algo de ropa cómoda y que quedaba bien y todo.

Estaba cada día con más ganas de ver esa pequeña. Tanto tenía ganas que el noveno mes llegó rápidamente.

Ya no podía más, era un bolita de pinpon y moverse.era cansino...y qué decir de sus antojoa bobos, chocolate su debilidad.

Quedaba una semana para salir de cuentas y llegar victoria.

Se miraba la tripa y sonreía,  estaba feliz.

200 VECES YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora