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Se despertó  y sin sorpresa alguna halló diez  mensajes de él:

-23:00-Nena vuelve

-23:30 -nena no te cabrees

-00:04- voy a ir a tu casa

-00:32-no voy, encontré un amigo

-00:40 nena vuelve perdona

-00:57 eres una exagerada

-01:30 - quiero un pony -este mensaje lo leyó y la dejó sin palabras

-01:46- eres tonta de verdad-¿tonta ella? Ese comentario la enfadó

-02:30- estoy en la calle acaban de cerrar

-03:00 buenas noches exagerada.

¿había estado hasta tan tarde borracho? que ni se molestara en buscarla, ¿exagerada al soportar un borracho? No, ella había sido justa. 

A veces no entiende los hombres van de maduros y mira, ni control ni nada y ella no iba a tolerarselo. Ni en broma.

Releyó varias veces los mensajes buscando algo positivo, no lo había,  había sido un capullo.

No quiso ni saber más del móvil, se puso ropa decente y salió a buscar el pan y correr. Llegó sudorosa y se metió en la ducha.

Era una especie se santuario para pensar, allí pensó en todo lo que había pasado.

¿qué pasaba ahora? Él ¿era así realmente?  ¿era solo una noche? Lo que más le preocupó era que la insultara así.

No soportaba ni un comentario de ese estilo de verdad, bastante había aguantado siempre de los cuatro de siempre como para aguantar eso.
Y sin embargo le quería.

Salió de la ducha, se envolvió en una toalla y se miró al espejo,  necesitaba un poco de maquillaje.

Se maquilló y empezó a ordenar la casa. Empezó por el armario o mejor dicho, la selva.

Siguió por el baño, la sala de estar y terminó por la cocina en la cual comió una chocolatina.

Era el premio ¿vale? Se convenció a sí misma jajaja. Terminó hacia las doce y a la una notó golpes en la puerta, abrió.

200 VECES YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora