A la salida ella le propuso ir a tomar algo suave para calmarse. Él aceptó y se tomó un té suave, ella optó por un café.
Se notaba un silencio incómodo pero decidió romperlo de una vez.por todas:
-¿hoy ha habido más trabajo que nunca o es cosa mía?
Él, sacado de repente de sus pensamientos, se limitó a contestar:
-creo que ese hombre piensa que somos robots o algo, ¿te puedes creer que he hecho lo que suelo hacer en una semana?
-no lo dudo, imagínate yo, que soy becaria y paso las risas con el trato de él-respondió y tomó un sorbito del café, estaba amargo y tomó un sobre.
Lo esparció dentro del líquido y removió lentamente. Tras esto comprobó el resultado, dulce pero no demasiado. Sonrió satisfecha.
Siguieron hablando y hablando y notó como él poco a poco se sentía más relajado, era cansancio y faltas de hablar.
Seguro que había estado callado las 48 horas o rodeado de personas mayores.Le contó incluso que el padre ya quería hablar la herencia y lo dijo en un tono tan alterado que buscó la manera de cambiar de tema.
-¿al final te veré algún día con el traje?-preguntó tímida.
-no lo dudes baby- respondió y por fin después de tantas horas y tanto sufrimiento le vio sonreír y juró que era la sonrisa más bonita que había visto, pues iluminó la cafetería y la hizo sonreír a ella.Era precioso sonriendo, se notaba que había llevado en su momento algún tipo de ortodoncia.
A diferencia de ella que tenía dos dientes raros que le daban vergüenza, no se veían pero era así de tímida.
Se sumergieron en sonrisas y le tomó la mano, la sujetó firme y le sonrió más aún, a la salida la acompaño a la casa y se quedó en la puerta
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200 VECES YO
Ficção AdolescenteMaría, una joven se encuentra entre amores,trabajo y sí una vida muy caótica. ¿quieres conocerla? Lee y disfruta ,invitado quedas