200 VECES YO

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Y lo saludó von dos besos y una grata sonrisa. Y sí, nervios, al nivel de trompezar diversas veces antes de llegar a él.

Le dijo:
-¿qué tienda querías ver?
-esa-dijo señalando una de las más caras que ni de broma hubiera entrado nunca.

Cuando llegaron los recibió una rubia despanpanante que parecía que se le iban a salir las caderas de tanto moverlas. Loa labios rojos y los ojos azules le llamaron la atención.

Sin embargo, él ni se fijó en ese monumento, ni en cómo la rubia le tiraba los tejos nisiquiera tomó enserio el guiño, solo miró a María.

Ella, travada con ese comportamiento lo aceptó y lo acompañó a ver los trajes.La rubia le tomó medidas y seleccionó diversos. 

En lo que él de dirigía al probador, la dependienta desapareció y volvió con una bandeja.de tarta, té y café.

-cortesía de la.casa-le dijo con suavidad aunque se notaba que la miraba mal y se preguntaba porqué estaba allí y no era ella quien estaba con Alberto.  ¿o era cosa de María?

Tomó un sorbo de té y apareció él con el primer traje, no era feo pero lo veía muy serio muy de persona con más edad.

-¿qué tal me veo? -le preguntó
-podrías ser mi padre-respondió ella son pensarlo dos veces.

Él ante esta respuesta se rió y puso loa ojos en blanco, ella le miró con cara de niña buena, pero sin contener la risa.

Desapareció de nuevo en el probador y ella se fijó en la tienda, era de clase alta, se notaba solo por esa "cortesía ", es decir, no estaba mal, pero no era su estilo.

-¿y ahora?-le preguntó él
Se había puesto un traje azul marino que poseía unas pequeñas líneas blancas que le daban un toque muy elegante, le gustaba el traje, bueno, ¿le gustaba el traje o el chico?

-me.gusta más que el anterior, te queda mucho mejor.
-a mí me queda todo bien baby- brindó él
-no, el anterior no- respondió riéndose.

La verdad es que era chico muy agradable, sonriente y gracioso, y además elegante.sí, tenía buen gusto.

Él desapareció pero antes hizo un gesto de diva que le dió un toque muy chic jajajaj.