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Se despertó con dolor de cabeza y muy angustiada. No podía aguantar las ganas de llorar...no podía...

Era sábado así que no tenía que ir al trabajo y decidió quedarse en su cama.

No tenía hambre, no quería más que ver la televisión y calmarse. Era lo mejor.

Tenía ganas de una ducha para relajarse y la tomó rápidamente,  volviendo a ponerse su pijama y sin peinarse.

Sabía que luego tendría enrollado el pelo pero no le importaba en absoluto. Se sentía fea y eso no se le quitaba de encima.

Se pasó la mañana viendo series de policia y teletienda. Nada especial, estupideces....

Se levantó a las dos a almorzar y cogió el bote de nutella con pan de molde y se hizo bocadillos. El chocolate la calmaba.

Se armó de valor y miró su móvil. Tenía muchos mensajes del grupo familiar, uno de una amiga y de Alberto ninguno.

Le dolía porque eso confirmaba más aún la cosa. Pero no iba a hablarle,  no podía estaba mal.

Siguió la tarde enfrente de la televisión hasta que la llamó una amiga para pedirle ir al cine.

Le dijo que no y su amiga supo enseguida que estaba mal así que fue a la casa.

Aunque se hizo la fuerte comenzó a llorar a llanto enseguida. Se moría por dentro por todo lo que le pasaba.

Su amiga, Lucía la abrazó fuertemente y le preparó una sopa para que comiera algo fuerte que sabía que era necesario.

Se pasó la  tarde con ella y le dijo al irse:
-no llores más pequeña, para cualquier cosa hablame

Y así hizo en whatsapp hablaban y le vino bien, sentía un apoyo que necesitaba de verdad.

Estaba cansada y con dolor de cabeza. Hinchada en los ojos y vacía por dentro. Sin ronrisa sin felicidad. No podía mirarse.

200 VECES YODonde viven las historias. Descúbrelo ahora