Lo que me queda de ti © (#1)

29. La fiesta sorpresa

TAÍS

Me quedo pensando en la historia de papo. Cuanto amó a esa mujer, cuánto la quiso. Abro la laptop y me dispongo a buscar en Facebook a la mujer que lo dañó así. Quiero encontrar una foto de Carolina Altamirano y ver su cara.

Encuentro muchas personas con ese nombre, pero ninguna encaja con la descripción, la edad o el lugar de nacimiento. Busco a Alelí y tampoco la encuentro por ese nombre... ni a Gael. ¿Dónde está esta gente?

Suspiro. Se me hace tarde, debo bañarme y vestirme. Con esta pata de palo soy muy lenta.

Las cosas no han sido fáciles para mí, pero hoy me siento extrañamente bien. Estoy esperanzada y feliz porque no me siento sola. Tengo amor por todas partes, Rodri es un sol, papo es el mejor papá que pude haber tenido, Paty mi amiga incondicional y las chicas... Dios, no sé qué haría sin ellas.

Me termino de bañar y de vestir y preparo el bolso para pasar la noche en lo de Nika. Nos quedaremos allí las cuatro, Paty también está invitada. Meto una muda de ropa, el pijama, y también el libro que me dio papo, quizá pueda darle una hojeada antes de dormir.

Papo me deja en casa de Rodrigo donde él me espera con una sorpresa. Es un pequeño perrito de raza yorkshire y me dice que es toy. ¡Lo amo!, es hermoso y tierno. Me mueve la colita y me da lengüetazos en la cara. No sé si podré quedármelo porque no sé si en el apartamento se permiten mascotas, pero Rodrigo dice que él puede tenerlo en su casa si es que está prohibido y que podemos ir a verlo todos los días. Lo abrazo y lo beso, estoy enamorada, muy enamorada.

Me quedo viéndolo a los ojos y él me mira sonriendo. Envuelvo mis brazos alrededor de su cuello y me quedo pensando cómo sería pasar por lo mismo que pasó mi tío. Sería horrible y doloroso... y eso que no llevo con él ni la mitad del tiempo que papo llevaba con Carolina.

—No te quiero perder nunca —digo y él sonríe.

—Ni yo a ti —responde y me besa.

Nos quedamos juntos toda la tarde. Teníamos planeado salir, ir al cine y divertirnos, pero prefiero quedarme con él, en su cuarto, escuchando música y besándonos. Hablando de nosotros, contándonos nuestras vidas, imaginando un futuro.

Decido contarle mi historia, es mi novio, el chico del cual estoy enamorada y creo que tiene derecho a saber. Es el único que sabe —además de Paty—, que papo es en realidad mi tío, no mi padre. Pero hoy decido contarle toda mi historia, le hablo de mi madre y las drogas, de mi padre y de la muerte de ambos. No les he contado esto ni a Nika ni a Lina, ellas creen que papo es mi papá y yo con eso estoy bien. Odio contar lo de las drogas, creo que es algo que yo aún no supero, me avergüenza demasiado.

No suelo hablar de eso porque duele... siempre duele. Cuando lo hago me siento igual que cuando era niña y asumí lo sucedido. Perdida, a la deriva... Pero él solo me abraza y me da besos en la frente y ya no me siento tan sola, ni tan perdida, ni tan pequeña.