30. ¿Eres tú?

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—¡Algo le pasa a mi papo! —grito pidiendo ayuda al tiempo que veo los ojos desorbitados de mi tío—. ¡Ayuden!

 ¡Ayuden!

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 TAÍS

Esa noche nos sentamos en la sala y nos ponemos a ver una película. Luego de eso conversamos un poco sobre cualquier cosa, Paty empieza a hablar de su novio, Lucas; y las chicas la empiezan a aconsejar. Ella está peleada con él y bueno, todas le damos opiniones.

Me preguntan cómo me va con Rodri y les cuento de su regalo y de lo enamorados que estamos, ellas sonríen. Entonces Paty y yo les pedimos que nos cuenten de algún amor que tuvieron a nuestra edad.

—El chico del cual me enamoré cuando tenía la edad de ustedes era el más bello del mundo —exclama Lina entusiasmada—. Era dulce y muy romántico, además... se preocupaba mucho por mí. La verdad es que lo quise mucho, pero una cuando joven comete muchos errores y las cosas no pudieron ser. Aun así lo guardo en el corazón, y le agradezco todo lo que hizo por mí y las cosas que aprendí a su lado. Y eso que cuando nos conocimos no nos llevábamos bien.

—En mi caso... —dice Nika y luego se pone seria, parece perderse en sus recuerdos—. Era un chico muy especial... también dulce, atento y perfecto. Lo amé... y mucho... pero lo perdí también. Así como dice Lina, a veces cometemos errores y perdemos a personas que no podemos recuperar. Por eso ustedes dos deben ser más listas que nosotras, y no deben alejar de sus vidas a los chicos que valen la pena.

—Es cierto —agrega Lina—. Hay pocos chicos que valen la pena. Así que cuiden a ese par de dulces que tienen por novios. Tú, deja de ser tan exigente con Lucas... y tan celosa, a los chicos les espantan las chicas histéricas y se te está pasando la mano con él —dice en tono suave y hasta divertido, pero regañando a mí amiga—. Y tú, cuida a ese bomboncito que tienes por novio.

—Los momentos difíciles van a llegar, eso seguro —añade Nika—, pero si creen que ese chico vale la pena, no lo dejen ir. Eso es algo que jamás se lo perdonarán.

Luego de más y más charla, decidimos ir a dormir. Nika nos prepara la habitación de huéspedes a Paty y a mí, y Lina dormirá en el estudio donde Nika tiene los libros, en el sofá cama que está allí.

Nika se acerca a mí en un momento que quedamos solas y me abraza. Yo le correspondo el abrazo.

—Gracias... —susurro y ella sonríe.

—Gracias a ti por dejarme ayudarte, me encanta hacerlo... —dice besándome en la frente. Me encanta ese tinte maternal que ella le da a todo.

—Eres demasiado buena. —La miro a los ojos, ahora estaban verdes.

—Tengo otro regalo para ti, pero te lo daré mañana.

—¿Otro más? —pregunto y ella sonríe asintiendo—. Papo me escribió, me dijo que vendrá mañana a las once para llevarnos a almorzar a todas. Quiere pasar a ver el salón y luego festejaremos todos juntos.

Lo que me queda de ti © (#1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora