Capítulo 67

158 9 2
                                    

-¿Sigues pensando salir el viernes? -Asentí, clavando la mirada en su ceño fruncido y dejé escapar un pequeño suspiro.
-No pienso quedarme sin salir el día del cumpleaños de mi novio. -Me quedé un segundo mirando al techo y volví a mirarle. -Mi madre me cubrirá. -Sus brazos estrecharon aún más fuerte mi cintura y una tímida sonrisa cruzó mi cara. -Cenamos fuera y luego nos vamos de fiesta, ¿te parece bien?
-Me parece genial. ¿Cenamos tú y yo a solas? -Me giré para mirarlo a la cara y asentí sonriendo mientras él dejaba un rápido beso en mis labios.
El tono del móvil de Zayn rompió todo rastro de tranquilidad que pudiera existir en ese momento en mi habitación. Soltó mi cintura y se levantó para responder; yo me senté en la cama como un indio viéndolo moverse de un lado a otro por toda la habitación.
-No, no estoy en mi casa. -Escuché la voz de Liam en la lejanía. -Estoy con Jenn. -Liam volvió a hablar, ahora dándole una dirección y diciéndole algo más que hizo que todo el cuerpo de Zayn se tensara. -Sí, estaré allí en diez minutos. No dejes que ese cabrón se enfríe. Sí, tranquilo, sé lo que tengo que hacer.
-¿Qué pasa, Malik? -Se sentó en la cama pasando una mano por su pelo negro demostrándome que estaba más nerviosos de lo que parecía por teléfono. Me acerqué a él, envolviendo su cintura con mis piernas y abracé su cuello dejando en él pequeños besos hasta llegar a su oreja. -¿Estás bien?
-Sí, tranquila. -Acarició con lentitud mis piernas y suspiró. -Me tengo que ir, koala. -Reí en voz baja, provocando una media sonrisa en la cara de Zayn. -No salgas de aquí ¿vale? Hasta que no vuelva, no salgas. -Asentí poco convencida mientras él cargó su pistola y comprobaba que llevaba otro cargador lleno de balas. -Jenn, en serio, no salgas. -Besó mi frente y, después de un rápido movimiento, sus pies tocaron el suelo del jardín. Segundos después, escuché como su moto arrancaba y se perdía entre los ruidos de los demás coches.
Apenas unos minutos después escuché como mi padre volvía a casa y cerraba la puerta principal de un portazo. Lo escuché moverse por el pasillo, hasta que su móvil sonó y contestó con prisas. Le oí maldecir una y mil veces a alguien y luego como pronunciaba la misma dirección que Liam le había dado a Zayn minutos antes haciendo que mi cuerpo se tensara.
Si mi padre tenía alguna relación con el sitio al que habían mandado a Zayn es que algo no iba bien. Saqué una cazadora negra y me la puse, abrochándola hasta arriba, recogí mi pelo en una coleta y bajé de un salto al jardín. Tirité un poco al sentir el frío de una noche cerrada de pleno enero pero rápidamente me adapté a la temperatura y empecé a andar hacía quién sabe dónde.
Brownlow Street. Me paré un segundo intentando adivinar donde narices estaba esa calle, pero no iba a ser tan fácil. Empecé a andar sin rumbo alguno, mirando con detenimiento el nombre de todas las calles, pero nada.
-Disculpe. -Me acerqué a un hombre que estaba apoyado en un coche y bufé al observar que me miró de arriba abajo antes de que se le dibujara una sonrisa en su cara. -¿Sabe dónde es Brownlow Street?
-Sube y te llevo, guapa. -Negué con la cabeza y sonreí falsamente.
-¿Sabe la dirección o no?
-Sólo te la diré si subes conmigo. -Rodé los ojos. Este tío empezaba a cabrearme.
-No gracias, me reúno allí con mi padre, el inspector Green, ¿lo conoce? Ha sido el que ha metido en la cárcel a más de quinientos violadores y secuestradores en Londres. -Sonreí, viendo como las facciones del hombre se tensaban y empezaba a toser nerviosamente. -Y ahora, ¿me puede decir dónde está esa calle?
-Sigue recto, tercera calle a la izquierda.
-Muy amable. -Me separé de él y empecé a andar con algo de rapidez. Primera calle. Segunda. Giré en la calle que el hombre me había dicho y me encontré con un escalofriante callejón. Metí las manos en los bolsillos y empecé a andar hasta llegar a una puerta blanca metálica detrás de la cual se escuchaban gritos y golpes.
"Debe ser esta."
"Si no es aquí, ya puedes ir preparándote para correr." Suspiré pesadamente sintiendo un escalofrío por todo mi cuerpo y empujé la pesada puerta, adentrándome en una habitación, únicamente iluminada por una pequeña bombilla.
Di un par de pasos hasta que escuché de nuevo las voces. Seguí andando, guiándome por el sonido de los golpes y de los gritos, hasta que llegué a una nueva puerta, ahora de madera. La abrí con sumo cuidado dejando a plena vista aquella escena.
-¡Era mi tío! ¡¿Cómo te has atrevido, valiente hijo de puta?! -Un puñetazo directo a la mandíbula de aquel hombre. -Nunca deberías haber hecho eso, pero tú nunca actúas por ti mismo. ¿Con quién trabajas? -No hubo contestación y, el hombre, recibió un golpe con la culata de la pistola. -¿¡Con quién cojones trabajas!?
-No pienso decir nada. Bueno, sólo una cosa más, la próxima, será ella. -Escupió algo de sangre para luego enseñar una sonrisa. Acto seguido, un tiro se clavó en su frente haciendo que todo acabara para él.
Retrocedí sobre mis pasos, intentando que nadie me viera hasta que sentí como alguien tapaba mi boca evitando que cualquier sonido saliera de mi boca. Empecé a patalear hasta que una pistola se cargó en el lateral de mi cabeza, aunque el cañón no me apuntaba a mí.
-Suéltala. Ahora. -Miré de reojo a Liam que me dedicó una mirada mientras negaba con la cabeza y volvía a clavar la mirada en el hombre que me tenía sujeta. -Suéltala. Tienes tres segundos. Uno. Dos.
-Tres. -Zayn golpeó su cabeza con algo, supongo que la pistola, haciendo que el hombre cayera al suelo librándome del agarre. Acto seguido, un nuevo tiro se volvió a oír en la pequeña estancia.

-¡No sé qué narices hacías ahí! -Los gritos de Zayn retumbaron en las paredes de su habitación y yo me estremecí sintiendo cada parte de mi vello erizarse. -¿Qué parte de: "quédate aquí", no has entendido?
-Yo sólo quería hacer algo y ayudarte.
-¡Quedándote en tu casa me habrías ayudado aún más! -Cada vez me sentía más indefensa, sus gritos aumentaban por segundos y yo me sentía como una niña pequeña que en el colegio se pelea con alguien de cursos más altos.
-Zayn...
-Ni Zayn ni hostias. No sé cuántas veces te he dicho que no te metas en lo que yo hago. Es mi vida, un mundo aparte del tuyo, no intentes cambiar eso. -Mis ojos se llenaron de lágrimas pero parpadeé un par de veces queriendo contenerlas. Cogí mi chaqueta y salí de su casa cerrando la puerta de un portazo. Cuando el frío aire tocó mi cara, todas y cada una de las lágrimas que había estado aguantando empezaron a mojar mis mejillas.
No llevaba más de veinte metros cuando sentí como alguien agarraba mi muñeca haciéndome parar. Me giré para encontrarme con sus ojos marrones.
-Preciosa...
-No, no me digas preciosa. Lo has dejado claro Zayn. Es tu mundo, tu vida. No puedo llegar yo y pretender cambiar tu vida. Tienes razón.
-Jenn, tú cambiaste mi vida cuando te vi hace cuatro meses en aquella clase. Cuando escuché tu risa, sabía que esa era la risa que quería escuchar todos los días paseando por mi casa. -Dio un paso hasta mí, quedando a pocos centímetros de mi cuerpo. -Desde que conocí tus ojos no he sabido vivir sin ellos. -Besó mi frente. -Lo siento, preciosa. -Besó mi nariz, causándome una pequeña sonrisa. -Lo siento muchísimo. -Y por último besó mis labios, sin darme tiempo a rechistar.

If They Only Knew  {Z.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora