Capítulo 22

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*Narra Zayn*

La vi alejarse con la niña en brazos y suspiré, tirando el cigarro a un lado y entrando en la casa. Me subí a mi cuarto y me asomé al balcón teniendo unas vistas privilegiadas de la playa, sin embargo, mí mirada únicamente se centraba en Jenn. Vi como Liam se acercaba para hablar con ella y, al rato, se levantaba dejando a Liam y a Des jugando solos en la arena. El sonido de mi puerta me hizo reaccionar y me aparté del balcón pronunciando un 'adelante' mientras me acomodaba en la pared encendiendo un segundo cigarro.

-Zayn, hijo, ¿podemos hablar? -Josh se sentó en el escritorio que presidía el cuarto y yo seguía cada uno de sus movimientos con la mirada. Él me mostró una sonrisa y yo mostré otra fingida.

-Dime.

-Verás, el tema es sencillo. -Se abrió la chaqueta, dejándome ver la culata de su pistola. -No te acerques a Jenn, no hables con ella, ni salgas con ella. Procura incluso que no se crucen ni un segundo vuestras miradas. Porque ella sufrirá las consecuencias pero tú... -Tragué saliva cuando acarició la pistola. -Si te acercas a ella seré yo el que se encargue de que llegues al infierno pronto, ¿lo has entendido, muchacho? -Asentí. -Bien, yo sabía que no eras un chico tonto. -Salió de la habitación y me dejó de nuevo sólo con mis pensamientos y, lo primero que hice, como acto reflejo, fue clavar mi puño en la pared con fuerza, desahogando en ese golpe toda mi rabia.

Las horas del día pasaron lentas, aburridas, mientras ella sólo se dedicaba a dar vueltas por mi cabeza y yo deseaba que estuviera dando vueltas en mi cama. No salí de mi cuarto intentando no verla pero, cuando escuchaba su risa en el jardín, me asomaba para perderme mirándola como un auténtico imbécil. Joder, ¿qué coño te está pasando Zayn?

-¡Jennifer! Nos vamos. -Esa voz era la de Josh, un impulso me hizo avanzar hasta la puerta para despedirme pero frené en seco y volví a encender otro cigarro. Era el quinto de la tarde.

-¡Voy papá! Id saliendo. -Su dulce voz se clavó en mis tímpanos y suspiré al mismo tiempo que el humo ascendía al techo. Escuché crujir la puerta de mi habitación y me giré para contemplarla. Estaba preciosa, llevaba un vestido que se ajustaba a su cadera resaltando aún más sus curvas y se había dejado el pelo mojado cayendo por sus hombros. Sonreí, aunque rápidamente recuperé la compostura. -Zayn...

-¿Qué quieres?

-No nos hemos visto desde esta mañana.

-¿Y? ¿No pensarías que iba a ir detrás de ti como tu perrito faldero? -Me levanté de la cama acercándome a ella y agarré su barbilla para hacer que nuestras miradas se cruzaran. -Estabas muy equivocada, muñeca. -Vi como una lágrima asomaba y sentí como si me hubieran pegado un puñetazo en el estómago, la estaba haciendo sufrir... pero debía hacerlo.

-Yo... sólo venía a despedirme, Malik. -Se soltó de mi agarre y me miró a los ojos sin ocultar las ganas de llorar que tenía. -Pensaba que...

-¿Qué? ¿Qué ibas a ser distinta? Lo siento, preciosa, un polvo y no más. No soy de los que repiten. -Empezó a llorar y yo lo único que quería en ese momento era abrazarla, decirle que todo lo que había dicho era mentira pero no podía.

-Eres... Eres un verdadero cabrón. Un hijo de puta. Un mal nacido.

-Sigue preciosa, lo único que haces es aumentar mi ego.

-Ojalá no te hubiera conocido nunca. -Su voz se quebró en el último momento y salió de la habitación dando un portazo que me hizo temblar. Abrí la puerta y me apoyé en el marco de esta, la escuché bajar las escaleras sollozando y, cuando me asomé a la barandilla la vi abrazando a Liam.

-Lo odio, Liam. Lo odio con todas mis fuerzas. -Fue lo último que pude escuchar antes de que su madre la llamara de nuevo y ella corriera hasta la calle, no sin antes besar la mejilla de Liam como despedida. Suspiré, volviendo a mi cuarto, y empecé a golpear con toda mi fuerza el colchón de mi cama; necesitaba desahogarme, necesitaba liberar todo el odio que tenía dentro de mí.

Las horas pasaron lentas y mi móvil encima de la mesita de noche era una horrible tentación. Habían sido incontables las veces que lo había cogido y le había escrito un mensaje de disculpa a Jenn, pero ninguna había tenido los cojones suficientes de mandarlo. Las risas de mi madre y la madre de Liam se escucharon por toda la casa. Éramos los últimos en irnos, los Green habían tenido el maravilloso detalle de dejarnos la casa un día más, aunque yo no aguantaría aquí una noche más. Llamaron a la puerta y Liam apareció con una pizza y un par de cervezas.

-Vamos Zayn, cena y nos vamos al pueblo de fiesta. Para despedirnos de todo esto. -Le lancé una mirada cortante y él rió con fuerza, dejando la pizza sobre la cama y las cervezas en la mesa. -Te has portado como un cabrón, es normal que haya acabado odiándote.

-Cierra la boca, Payne. No sabes nada de lo que ha pasado entre nosotros. -Di un sorbo a la cerveza y resoplé.

-Ha pasado que has jugado con ella sabiendo que lo único que querías era un puto polvo y ella se ha ilusionado.

-Yo no le di esperanzas en ningún momento. -Liam se levantó de la cama y se acercó a la puerta pero, antes de irse me miró y me dedicó una sonrisa.

-No le diste esperanzas pero ayer casi me matas cuando pensaste que yo le habría hecho algo. -Abrió la puerta y, ya con un pie en el pasillo volvió a girarse. -Lucha por lo que quieres, Malik. -Y, por fin, cerró la puerta dejándome solo con mis pensamientos.

If They Only Knew  {Z.M}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora