Miradas que delatan el corazón

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Estaba tan inquieto... No dudaba de las habilidades de Boruto, sin embargo, pasar a la segunda ronda desde luego que no era una tarea fácil de completar. 

Caminaba de un lugar a otro, dentro de mi oficina. Aparte, no había visto a Sasuke, no sé dónde se había metido, pero, necesitaba verlo... Observé por la ventana de la torre, no tenía el valor de ir y averiguar si Bolt había pasado, además, tenía miles de papeleos por revisar, firmar y demás... Qué agotador es esto de ser Hokage.

Solté un suspiro cansino ¿Se supone que todo este tiempo era para decidir qué hacer con mi vida? Por Dios, si quiera pensarlo, era realmente estúpido. ¿Cuántos años pasé esperando a que todo esto sucediera? Froté mi cien, todo tenía que ser tan complicado, quizás si hubiese sido un poco más valiente y haber aceptado que lo que sentía era más que amor fraternal, nada de esto hubiese sucedido... ¿No?

Aunque... Si hubiese sido sincero conmigo mismo desde el comienzo, jamás hubiese tenido a Bolt, quizás no todo sea tan malo. Fue tan complicado todo... Sé bien que sientes lo mismo que yo, ahora lo sé. Pero ¿Qué hacíamos que no pudimos sincerarnos antes? 

¿Acaso no se daba cuenta? La insatisfacción creciendo en mi interior, viviendo una farsa que carecía de sentido, junto a alguien que no amo, constantemente lastimaba mi corazón... Sonreí nostálgico y aunque desde el primer instante en que lo vi, supe que nada había cambiado.

Flashback

Un pergamino se estrelló contra mi pecho, exaltandome. 

– ¿Qué es esto? – Cuestioné observando el objeto. 

– Es un regalo del palacio de Kaguya. – Fue la voz que resonó en mi cabeza, cuando se dejó ver su silueta... Esa noche, que entró a mi oficina, justo cuando apenas regresaba a Konoha, había pasado un largo tiempo, luego de nuestro último encuentro. 

  – ¡Sasuke! –  Solté, sorprendido, no sabía que llegaría hoy. Pude sentir como claramente mi corazón se aceleró, mis manos comenzaron a sudar y aún no comprendía muy bien por qué. Intenté hacer caso omiso a eso que ahora había dentro de mi pecho y que no sabía la razón, tan sólo estaba seguro que estaba tan feliz de verlo. – Tengo un mal presentimiento sobre esto... – Dije, revisando el pergamino, sabiendo muy bien que si se trataba del clan otsutsuki nada bueno saldría. 

Él continuó hablando sobre el pergamino, pero yo tan sólo podía observar el escrito del mismo, intentando calmar mi corazón, pues sabía que si hablaba, terminaría diciendo alguna barbaridad. Vi lo cambiado que estaba, ese atuendo de cabello largo, que cubría su rinnegan, sus facciones se habían endurecido, sin embargo, seguía luciendo tan guapo como siempre, su nariz respingada le daba ese aire de delicadeza que opacaba su altura y robustez, su espalda se veía tan amplía a comparación de como lucía anteriormente.

  – Supongo que hoy tampoco iré a casa, vamos a averiguar de qué se trata esto. –  Dije, bastante preocupado, pero algo tenía que decir ¿No? 

Fue cuando me mostró mi antigua chaqueta, alegando que la encontró tirada fuera de la casa, también comentó que conoció a Bolt, que se parecía mucho a mi... Pero, sinceramente yo no lo sentía así, lo veía tan distinto.

– Es más como tú... – Dije, viendo como se dibujaba una mueca de sorpresa en  su inexpresivo rostro. – No, retiro lo dicho, también es diferente. – Susurré, observándolo a los ojos. Expliqué esa manera de ser de Boruto, bastante contradictorio, pues era como un híbrido de Sasuke y yo en la "nueva era". 

  – Te equivocas, el alma de un Shinobi siempre será la misma. – Dijo él, refiriéndose  a lo que él fue, mis ojos se dirigieron a su antigua cinta de la academia, que aún la llevaba colgada en su cintura. Quién lo diría... Finalmente lo logré, soy el séptimo hokage de la aldea de la hoja, tengo una hermosa familia y a mis amigos a mi lado, apoyándome, incluso Sasuke... Quien es, mi mejor ami- No, no, es mi hermano... – Y eso también aplica para tu hijo – Sentenció la frase, sacándome de mi ensoñación. 

Kizuna |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora