Atardeceres

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De pronto, el yate comenzó a tambalearse de un lado a otro. Haciendo que los dos ninjas cayeran al piso...

– ¿Pero qué demonios...? – Cuestionó el rubio tirado a un lado, impactado.

– El mar está molesto hoy, al parecer... – Respondió el Uchiha, levantándose.

–Hai... Veré como está el que lleva el mando del yate-ttebayo. – Dijo, incorporándose, mientras se agarraba de las paredes.

Sasuke se levantó y fue cuando cayó en cuenta de lo que acababa de suceder, bajó disimuladamente su mirada hacia su entrepierna, y sintió que estaba ligeramente despierta, se sonrojó al instante. – ¿Cómo puede pasarme esto con... Con Naruto? Tch, Es ilógico. – Se decía mentalmente, intentando pensar en algo más para que su problema desapareciera del todo.

Naruto luego de ver que el que manejaba estaba bien, se sentó en el exterior. Algo descolocado, abochornado y caliente.

–Ahhhh... De saber que esto iba a suceder, jamás hubiese permitido este viaje extraño. – Se decía, tomándose la cabeza. – Fue una muy mala idea. Sin contar que no sé qué es tener relaciones sexuales desde hace mucho tiempo y me ha puesto como roca besarlo... – Se decía en voz baja, mientras sentía aún su erección crecida. Mientras recordaba los labios de Sasuke sobre los suyos, cerrando los ojos. – ¡Basta-ttebayo! – Se gritó, levantándose. – Entrenaré, eso es todo lo que necesito. – Sentenció mientras, se despojaba de la parte superior de su ropa, disponiéndose a entrenar.

Así transcurrió el día, sin muchas novedades. Naruto intentaba mantenerse alejado de Sasuke, evitando todo tipo de contacto, y Sasuke por el contrario sólo seguía su vida normal, disfrutaba ver las caras del rubio cuando se encontraban en el yate, ver sus sonrojos compulsivos y luego ver como se alejaba. Lo extrovertido que caracterizaba al rubio, de pronto se fue por el caño.

Llegó el atardecer, a pesar de llevar 4 días viajando, ninguno de los dos habían detallado lo hermoso que se veía el cielo estando en el mar. El rubio, después de pasar todo un día entrenando, se sentó en la punta del yate, y observaba aquella puesta de sol, de forma atenta. Sasuke, después de haber leído, dormido, duchado, entre otras cosas monótonas que hacia el azabache, decidió salir de la habitación, dirigiéndose al exterior.

Notó a lo lejos, como el rubio observaba atentamente el atardecer, sintió como su pecho se llenaba de aire, recordando momentáneamente aquellos atardeceres infinitos cuando iba a lado de su hermano, en su infancia. Un nudo en la garganta se hizo presente, recordó cuando se lastimó la pierna por su imprudencia y ansias de demostrarle a Itachi que él también podía lanzar kunais así como él, y fue por eso que su hermano mayor lo llevó sobre su espalda hasta su hogar. Su corazón se quebró por un momento. –Fuiste el mejor hermano, Itachi... – Se dijo mentalmente, mientras apretaba la mandíbula, evitando las lágrimas. Su hermano mayor y Naruto siempre fueron sus enormes y únicas debilidades. Caminó hacia donde estaba el rubio, y éste cuando sintió su presencia, se tensó un poco. Lo miró hacia arriba, viendo cómo se sentaba a su lado, quedando en completo silencio ambos.

Sólo se escuchaba como las olas chocaban entre sí, dando un sonido agradable, naruto volvió su vista hacia el frente, al igual que Sasuke. Sin hablar, sabían que los dos estaban sumidos en sus pensamientos, era su silencio confortable, que por alguna razón le gustaba al rubio. Que a su vez, se volteó y vio como Sasuke tenía la mirada completamente perdida en aquel cielo lleno de tonos cálidos, dónde poco a poco desvanecían la intensidad del sol... Naruto lo miró interrogante, jamás vio una mirada tan llena de sentimiento en el gélido Uchiha. Sasuke sintió como el otro le observó...

–Ver el cielo como está hoy... Me recuerda a él. – Le dijo, sin quitar su mirada del cielo. Naruto arrugó el entrecejo, sabiendo muy bien de quién hablaba. – Él solía decirme que estaba bien si le odiaba, pero... Que pase lo que pase el siempre estaría ahí, así fuese como sólo un obstáculo que debía superar. Que... Para eso son los hermanos mayores. Cuando me enteré de la verdad de todo lo que había hecho Itachi sólo por konoha y por mí, sentí odio por la aldea... Itachi era alguien que no merecía tanto sufrimiento. Ese día cuando supe lo que realmente había pasado, lloré amargamente, frente al mar... bajo un cielo justo como éste. – Se expresaba Sasuke, apretando los puños, sin apartar la mirada del frente. Naruto lo miraba con sus ojos muy abiertos, no era común aquello. – Jamás hablé con nadie sobre esto... Fue la perdida más dolorosa que sentí en toda mi vida, y... Es irónico. Siempre me engañé a mí mismo, diciéndome que si él moría, yo me sentiría mejor... Pero, después de aquel suceso, sin ni siquiera saber cuál era la verdad, sentí como algo dentro de mí murió... Sólo... Era vacío y un dolor infinito que no se iba. Pero... – Dio un suspiro, que salió de lo más profundo de su alma. – La verdad es que... Lo extraño cada día de mi vida... Hubiese sido un tío increíble para Sarada. – Dijo, mientras una amarga lágrima se deslizaba por su rostro claro. Y Naruto no se lo podía creer, estaba ahí, al lado de Sasuke, viendo como dejaba a un lado su coraza y le mostraba su lado sensible. El rubio volvió su vista al frente...

Kizuna |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora