Kizuna |EDITANDO|

¿Regalo?

Naruto no supo que decir, solo miró a Sasuke para luego dirigir una mirada que lo declaraba culpable en todos los sentidos posibles, Hinata solo suspiró y bajó la mirada, ella fue más inteligente, y entonces decidió fingir demencia.

– Nada más quería informarte que Boruto espera por Sasuke-Kun. – Dijo, sin más.

– Entendido-dattebayo, gracias Hinata, nos vemos más tarde, iré a la oficina. – Le informó el rubio, para luego despedirse de todos los presentes, agradeciendo el gesto. Salió de la casa junto a Sasuke, caminaron sin prisa, la mirada del rubio estaba dispersa, se sentía preocupado por Hinata, era una buena chica, pero no la amaba, se preguntaba una y otra vez como no pudo darse cuenta antes que amaba a Sasuke y no precisamente como mejor amigo, el rubio se giró y se encontró con el perfil del Uchiha, inmutable y jodidamente atractivo, como siempre, Naruto sonrió, estaba enamorado.

Caminaron a paso lento, hasta llegar a la torre del hokage, entraron juntos, Naruto saludó y Sasuke no, todo iba con normalidad, más de lo normal, sin embargo, el rubio revoltoso y líder de la aldea de la hoja tenía un grave problema desde la noche anterior, sus pensamientos estaban haciendo estragos en su cuerpo, deseaba estar con Sasuke, su cuerpo lo pedía a gritos y al parecer el sex appeal del Uchiha había amanecido a mil, porque traía a Naruto de cabeza.

Llegaron a la oficina, Naruto se sentó tras su escritorio, mientras Sasuke se quedó en la puerta, sólo tenía intenciones de acompañar al rubio y luego irse.

– ¿A dónde vas? – Cuestionó Naruto, notando que Sasuke no entraba y ahora hacia un ademán, avisando que se iba.

– Debo entrar a Bolt. – Respondió de espalda a Naruto.

– Podrá esperar, ahora necesito que entres y cierres la puerta. – Dijo el rubio, sentado tras su escritorio, con las manos reposando sobre el mismo. Sasuke le miró por encima del hombro.

– ¿Por qué debería obedecerte? – Cuestionó.

– Porque soy tu hokage. – Respondió, altivo. Sasuke se giró para encararlo, enarcando una ceja.

– ¿Y? – Dijo, soberbio.

– Y es una orden-ttebayo.– Respondió, cruzando sus dedos frente a su rostro, esbozando una sonrisa socarrona.

– Já. – Rió, con sarcasmo, pero decidió seguirle el juego a Naruto, después de todo era divertido ver como Naruto creía tener el control. Entró a la oficina y entonces cerró la puerta. – ¿Y qué es lo que según necesitas? – Preguntó, sentándose frente al rubio, son una ceja elevada, con un rostro inmutable. Naruto sonrió triunfante.

– Quiero que le des un vistazo a esto. – Le dijo, señalándole la pantalla de la portátil. – Es importante. – Expresó el rubio, serio. Era cierto, tenía algo que señalarle, sin embargo, sólo deseaba pasar más tiempo junto al Uchiha, éste se levantó, y se paró a lado del rubio, inclinándose para observar lo que según tenía que ver. El rubio se quedó muy quieto, sólo pudo percibir como el aroma a vainilla y menta que emanaba el cuerpo del azabache, traspasaba ahora sus fosas nasales, Naruto suspiró, cerrando los ojos, mientras acercaba por inercia su nariz hacía el cuello del azabache, dónde se acumulaban una cantidad considerables de exquisitas feromonas masculinas de su cuerpo Uchiha.

Sasuke percibió como el aliento tibio de Naruto chocaba sensualmente sobre la piel de su cuello, provocándole un fuerte estremecimiento, mientras su piel blanca se erizaba. Ese acto no pasó desapercibido, Naruto lo notó y sonrió ligeramente, arriesgándose un poco más, acercó sus labios al pálido cuello del Uchiha, entonces éste encogió el hombro involuntariamente, provocado por la descarga de placer y cosquillas que le había producido aquella cercanía. El rubio mordisqueo ligeramente esa zona, y Sasuke no se movía, sinceramente disfrutaba aquello, más de lo que se veía, éste se mordió el labio inferior, era placentero sentir como los labios de Naruto besaban ahora su cuello, el rubio como quien no quiere la cosa continuó con los pequeños besos, sentir ese aroma y esa suavidad le excitaba en sobremanera, le encantaba Sasuke en toda la extensión de la palabra. El hokage decidió aventurarse un poco más, abrió su boca y sutilmente mordisqueo el lóbulo del contrario.