Vínculos

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Caminé a la oficina, sin prisa alguna, había madrugado bastante la verdad... Saludé a todos con mucha energía, más que nunca, hoy me sentía muy feliz, dentro de mi pecho había tanta alegría que sentía que iba a estallar si no la expresaba de alguna forma.

  – ¡Buenos días Shikamaru! – Grité detrás de mi consejero, quien pegó un brinco, al parecer estaba tan sumido en el trabajo que no me sintió llegar y vaya que hice escándalo. 

– ¡Me asustaste Naruto! Siempre tienes que andar gritando, que problemático... – Expresó Shikamaru, quien soltó un montón de papeles al suelo, los miró luego de estabilizarse y resignado suspiró, mientras se metía el dedo meñique en su oído, dramatizando haberse quedado sordo. 

– Que dramático eres-ttebayo... – Dije, con una gota detrás de mi cabeza.

– A ver... ¿Por qué estás tan energizado hoy? – Preguntó, mientras ordenaba el reguero de papeles que hizo tras el susto.  

  – Pues... – Dije de alargadamente, mientras intentaba formular mi respuesta, entonces lo vi llegar... Con su neutralidad natural, su capa cubría todo su torso y su cabello sedoso a la vista simplemente me cautivaban, tanto que me dejaban sin habla. 

– Bah, ni siquiera sé por qué lo pregunto. – Respondió Shikamaru, observando la escena, seguido de desviar su mirada y pasarme un pañuelo. 

– ¡¿Qué insinúas idiota?! – Le grité. 

– Shh... Deja de gritar Naruto, hay gente a nuestro alrededor trabajando, por si no recuerdas... – Dijo Shikamaru – Sólo digo que no vayas a manchar la ropa de saliva, hokage... Menudo problema. – Sentenció el muy idiota. 

  – ¡Cá-Cállate-tteba! – Respondí, avergonzado.  

  – Tenemos que hablar. – Interrumpió Sasuke la conversación, deteniéndose frente a mi, irremediablemente nuestras miradas se cruzaron, haciéndose presente una vez más ese vínculo invisible que siempre nos ha unido. 

– Sasuke... – Susurré como idiota. 

– Ahora. – Sentenció él, mientras pasaba de nosotros y caminaba a la oficina. 

– No entiendo por qué siempre tengo que presenciar estas escenas, que problemático... – Susurró Shikamaru dándome la espalda, entonces me eché a andar detrás de Sasuke. 

 – Ahh Shikamaru... – Dije en voz alta ya estando a unos cuantos pasos de mi consejero, quien me miró interrogante – Que nadie me moleste, estaré ocupado un largo rato. – Shikamaru me miró con cara de terror, al parecer fui demasiado obvio o mi mirada fue demasiado obvia. 

Entramos a la oficina y cerré la puerta con el pestillo puesto. No sabía si eran ideas mías o Sasuke hoy se veía mejor que nunca, creo que sus hormonas hoy estaban... Diferentes, algo aceleradas, quizás...

 – Quería comentarte algo sobre el cód...– No lo dejé terminar la frase, mis labios se estamparon sobre los de él, lo necesitaba tanto, necesitaba de sus labios, de él... – ¿Q-Qué crees que...– Intentó decir de nuevo, intentando librarse de mi agarre, pero mis manos afianzadas a sus caderas no le permitían moverse tan fácilmente, siempre he tenido mucha fuerza bruta. –N-Naruto... Déjame... Habl– Pero no podía ni quería detenerme.

  – Shhh... Sasuke... ¿Qué tienes hoy? Te veo... Te siento diferente... – Le dije finalmente separándome de su rostro, aún con nuestras narices juntas y nuestros ojos mirándose entre sí. 

– ¿D-De qué hablas? – Preguntó él, sonrojado. ¡Rayos! Me mata cuando su piel clara se pinta de carmín por mi culpa. 

– Hablo de que te ves irresistible hoy, hueles irresistible... Tú... Estás diferente... – Logré decir, mientras olía su cuello con un poco de desespero, mientras sentía como él se estremecía ante mi contacto, al parecer estaba bastante sensible. 

Kizuna |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora