Especial de Navidad

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Corría de un lado a otro, muy de prisa... Sentía que el tiempo se le terminaba y que no llegaría a tiempo para darle la bienvenida que deseaba. Los habitantes de konoha saludaban y ayudaban en lo que podían, pero como siempre él dejaba todo para último momento. 

Si ciertamente tiempo era lo que constantemente le faltaba, pues, aunque había compartido con su familia, no lo había hecho con él... Pues, sus viajes no paraban. ¿Cuánto había pasado desde que los Otsutsuki visitaron su preciada aldea? ¿Tres años? Pues, el tiempo pasaba volando, diciembre había llegado, pero su labor de papá y hokage no se detenía jamás. 

Hacían tres años que se había divorciado de Hinata, más no de sus pequeños, Hima y Bolt, luego del suceso con los extraterrestres, su relación con su pequeño clon, mejoró mucho, aunque él ya no era tan inmaduro como antes, al pasar del tiempo maduraba. Se esforzaba mucho por mantener el balance entre su vida personal y su vida laboral, lo cual no era nada sencillo, pero con el apoyo de la persona idónea, todo era más sencillo sin duda. 

Sasuke, su gran y único amor, su esposo, formalmente, lo ayudaba todo el tiempo, era su sombra, su mano derecha, lo protegía con su vida si era posible... El mismo se encontraba fuera de Konoha, pero había prometido llegar a las fechas cercanas de Navidad, no importa si era después, pero sabía bien que llegaría pronto. 

Nochebuena pasó, navidad también, pero exactamente el 26 de diciembre, en horas de la mañana, Naruto recibió un mensaje, era Sasuke quien había enviado a su ave con el pergamino para el hokage. 

 – Hoy regresaré a Konoha. –

Era todo lo que decía y Naruto nunca pudo sentirse más feliz, hacía 1 mes que no veía a su amado, tuvo todo el día para planificar su cena perfecta de bienvenida post-navidad, pero decidió ocuparse de otras cosas, dejando los preparativos para última hora. 

  – ¡No acabaré a tiempo-dattebayo!   – Gritó Naruto, entrando a la floristería Yamanaka. –Sólo espero que no haya despertado...– Musitó para él mismo, sin que nadie oyera lo último que dijo. 

– ¿Cual es el problema Naruto? – Cuestionó Ino, viendo a un acelerado hokage, con montones de bolsas en sus manos, que reposaban en sus rodillas, recuperando el aliento. 

– ¡Sasuke ya viene! Y aún no termino la cena y... – Suspiro – Vengo por flores también, quiero que todo esté muy bonito cuando él regrese-ttebayo –  Respondió Naruto, recuperándose, Ino sólo negó con la cabeza, riéndose de la situación. 

– Ya, ya veo... Hace tanto que ustedes están juntos y aún no termino de acostumbrarme. – Se rió bajito.–  Lleva estas, son perfectas para la ocasión.–  Aconsejó la rubia, mostrandole un gran arreglo de flores de ciclamen  – Es la planta de los sentimientos duraderos y de la afección sincera. Gracias a su tubérculo, que le permite resistir condiciones difíciles, el ciclamen es la flor del amor profundo. En el lenguaje de las flores, ofrecer un ciclamen expresa amor y ternura sinceros– Sentenció la chica, dándole un buen consejo al urgido Naruto, con su sapiencia sobre las flores. 

– ¡Ya veo, gracias! –   Exclamó Naruto, quien gustoso buscaba su dinero para cancelar el hermoso arreglo. 

– No, no quiero que lo pagues, tómalo como un detalle, pues estoy muy feliz por ustedes, pásenla bien Naruto. – Dijo Ino, palmeando el hombro de Naruto, quien sólo asintió sonriente.

El hokage siguió su recorrido. 

  – ¿Comida? ¡Listo! ¿Bebida? ¡Listo! ¿Ración de tomates?  ¡Listo! ¿Postre? ¡Listo! ¿Decoración!  – Se quedó pensando, mientras observaba con detalle el arreglo floral que ahora uno de los clones llevaba. – ¡Listo! – Respondió dicho clon. – ¿Qué falta? ¡¿Qué falta?! – Se preguntaba, sin dejar de caminar. – Muy bien, parece que ya todo está en orden, ahora... Sólo necesito cocinar... – Pequeño detalle había olvidado el rubio, pues la cocina nunca fue su fuerte. – ¡Rayos! No quiero arruinar la comida-ttebayo... – Se haló de los cabellos.  

Kizuna |EDITANDO|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora