Luke

Capitulo 8:

— Tienes que explicarme que rayos fué todo eso. — dijo Luke caminando rápido para alcanzar mi paso.

— ¿Que cosa, Luke?. — miré para ambos lados de la calle y así poder cruzar hacia el paradero del bus.

— Anny...— gruñó y se paró frente a mí con el rostro serio, yo por otro lado, lo miré ladeando la cabeza hacia un lado.

— ¿Si Luke?.— le sonreí con falsa comprensión.

— No juegues conmigo. — gruñó y me señaló con su dedo. Miré su mano y alcé una ceja para luego bajar su largo dedo y posicionar su mano a un costado de su cuerpo.

— Es que no se de que me hablas. — negué con la cabeza y me encogí de hombros.

— Sobre lo que pasó en la casa Mcfly. — bosifero.

— Oh, eso...— él asintió frenéticamente, parecía un niño pequeño. Pobre. — Se le llama alucinaciones Luke, o trastorno del sueño despierto. Pero tranquilo, podrán aprender a vivir con eso. — le sonreí con completa falsedad y palmee su hombro.

— Ah, entonces aún sigues con eso. — bufó y miró para otro lado.

— Siente un poco lo que yo sentí ese día, amigo. — cambié la expresión de mí rostro rotundamente a una seria. — Ahí viene el bus. — lo señalé y él solo lo miró y asintió. Hice parar el transporte y luego miré a Luke. — ¿Acaso no vienes?. — él negó.

— Tengo que ir a otro lado. — dijo con un tono de voz neutro y luego emprendió su camino en dirección contraria al bus.

— Bien, como quieras. — las puertas se abrieron y yo subí a este, pagué mí pasaje y luego me senté al lado de la ventana, conecté mis audífonos y puse cualquier canción que apareciera en mi teléfono. Pude ver a Luke caminar con ambas manos en los bolsillos de su pantalón, junto con su camisa a cuadros roja con negro, y su gorra. Por un minuto me sentí mal. Pero como ya dije, él se busco todo esto.

[…]

Me encontraba sentada en las gradas, como siempre, comiendo sola. Luke había faltado por dos días sin dar ninguna señal de vida a nadie (me refiero a Calum y a mí ). Tenía que admitir que me sentía un poco mal, ya que después de la última charla que tuvimos, su actitud cambió rotundamente.

Hoy en la mañana llegó con su cabello desordenado y con unas ojeras muy notorias, se veía totalmente cansado y desganado. Para variar, no entró a matemáticas y me sentí mal, ya que queria hablar con él y pedirle disculpas por lo borde que fuí aquel día. No sabia, pero tenia la leve sospecha de que todo esto es por mí culpa.

No me di cuenta de que alguien subía las escaleras de las gradas rápidamente. Y ese alguien era el moreno de Calum. Lo miré por unos segundos y luego volví mi vista a un punto fijo de la cancha.

— Hola. — dijo él asiático.

— ¿Me hablas a mí?. — murmuré y miré para todos los lugares posibles y sí, yo era la única. — Lo siento, es que esto si que es raro. — él asintió, comprendiendo que nuestra relación no era una amistad sólida, ni nada de eso. Era algo que apenas llegaba a ser similar a la palabra Amistad.

— Solo quería preguntarte algo...si es que no te molesta. — negué dándole a entender que siguiera. — ¿Que le hiciste a Luke?

— ¿Disculpa?

— Si, es que lo encuentro muy raro, y es obvio que tiene que ver contigo, ya que él no convive con nadie más aparte de nosotros dos...— dijo acariciando su barbilla.

— Quizá es algo con su familia...— tal vez dije eso por que la culpa me carcomia por dentro, y me hacia sentir mal.

— No, él no habla con sus padres...pero no importa...— dijo cerrando los ojos y negando repetidas veces con la cabeza. No me habia dado cuenta que Luke nunca, jamás (en todo este tiempo que llevo hablando con él) me había hablado de su familia y eso lo encontré extraño. — El punto es... me preocupa. Se que algo anda mal con él y me frustra que no quiera hablar conmigo para decirme, y no se, quizás tú sabes algo. O eso esperaba.