Capitulo 32:

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Antes de salir de la habitación, sequé el rastro de mis lágrimas y arreglé un poco mi cabello. Abrí la puerta y me asomé hacia el pasillo.  Sin hacer ruido cerré esta y cuando iba a comenzar a caminar la voz de una mujer me detuvo.

— Disculpa. — cerré mis ojos pensando que me había metido en problemas ya que desgraciadamente el horario en el que vine, no era apto para visitas. Si, literalmente me había colado a su habitación con ayuda de mi madre. Me giré lentamente y me sorprendí al ver a una mujer rubia y de ojos un poco claros, no vestía el uniforme de doctora o enfermera así que eso me hizo suspirar con alivio. — ¿Quien eres?

— Uhm, yo...soy...eh... Anna. — Oh genial, acabo de quedar como una ridícula.

— ¿Y que eres de mi hijo?. — preguntó la mujer intrigada y yo sentí como una ampolleta se prendía en mi cabeza. Frente a mi tenia a la mamá de Luke. La verdad no tenía ni idea de como era ella, Luke jamás me dio algún indicio de como era su aspecto o algo parecido.

— Oh, lo siento. Yo soy Anna Lerman y soy una...amiga de Luke. — sonreí y estiré mi mano,  la cual ella miró y no le dio importancia. Baje lentamente esta y rasqué mi brazo un tanto incomoda.

—  ¿Que tipo de amiga? Lo siento, pero jamás te vi con él, y si alguna vez lo hice, no lo recuerdo sinceramente.  — habló con un tono neutro.

— Mmm...Luke me...me hacia tutorias en Matemáticas. — sonreí tratando de que mi mentira fuera creíble. Ahora solo bastaba con que dijera que Luke es un asco para las matemáticas - aunque sabia que él las odiaba tanto como yo - y bueno, literalmente estaría cavando mi propia tumba. La mujer me estudio con la mirada y luego soltó un suspiró mientras asentía.

— Al fin ese muchacho me hizo caso. Sabia que tenia habilidades ocultas para las matemáticas. — negó con la cabeza y yo asentí dándole a entender que tenia razón.

— Él está bien ¿Verdad?. — pregunté incomoda.

— Los doctores han echo lo posible para hacerlo despertar pero no hay caso...me han dado la difícil decisión entre dejarlo unas semanas más o desconectarlo. — bajó la mirada con melancolía y yo no sabía que hacer. Era pesima intentado recomponer a las personas, o dando concejos. Lentamente me acerqué a ella y toqué su espalda y ella, como sí me conociera desde muchos años, se giró y me abrazó. — No quiero dejarlo ir, aún tengo esperanzas.

— Por favor,  no lo desconecten...se que él despertará. — tenia aquel presentimiento en mi pecho y tenía que convencerla de que no hiciera aquella cosa. Si Luke no despertaba dentro de estas semanas, todo se derrumbaria.

— ¿Y si no?. — se separó de mí y vi sus ojos los cuales no me habia dado cuenta que estaban muy cansados e hinchados.

— Créame...todo saldrá bien. — intente sonreír y convencerla de todo esto,  pero era algo estúpido, ya que ni yo misma sabia con toda claridad si eso pasaría.

Solo queda esperar.

[…]

— Mamá,  si no llevas tus llaves en serio no es mi culpa. — gruñi y caminé hacia la puerta. Eran las 3 de la mañana y los insistentes golpes en la puerta me despertaron. Era raro, ya que mamá siempre traía sus llaves, y la verdad es que aquellos golpes eran muy fuertes y desesperados. Bufé y acomodé mi ropa para luego abrir la puerta y fruncir el seño totalmente confundida al ver a Calum frente a mi puerta. — ¿Tú?

— ¿Luke esta contigo?. — negué rápidamente y él entro a la casa rascando su nuca desesperadamente. — ¿Lo has visto aunque sea?. — bajé la mirada un poco triste. De verdad tenia la esperanza de encontrarme a Luke al día siguiente cuando fui al hospital, pero él jamás se apareció ni por aquí, ni mucho menos por el colegio.

LukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora