Capitulo 12:

572 50 0
                                    

— ¿Quieren algo de tomar?.— preguntó la abuela de Michael.

— No gracias. — dijimos todos en murmullos. Después de que nos encontró a Luke y a mi basándonos, no podía mirarla a la cara, pero resulta que ella solo nos jugo una broma -una muy mala broma-. Tiene cataratas en los ojos y a esta altura ya no le permiten ver nada. Por un lado me sentí aliviada de que no haya visto mi rostro rojo como un tomate. Pero por otro lado me dio un poco de tristeza el saber que no podía vernos.

— Michael, sirvele algo a tus amigos. — dijo la anciana mientras caminaba lentamente hacia su sillón.

— Pero abuela, ellos no quieren...

— Dales algo, dije. — lo regañó la mujer y el teñido se levantó bufando. — En la cocina hay té, traelo y sirveles, sobre todo a la chica. — dijo ella y yo sin querer la miré confundida. Calum mantuvo su rostro tranquilo al igual que Luke. — Es agradable tenerte aquí Lucas.

— Es Luke, señora Clifford. — dijo nervioso. — Y yo también me alegro de verla, usted sigue igual que siempre. — la halagó.

— Esa si que no me la creo. — rió la anciana. — Se que estoy vieja, niño. — sonrió. — Creí que no te volvería a ver después de lo del accidente. — dijo la abuela y yo frunci el seño. Luke se removio incomodo y asintió.

— Si, pero estoy bien. — hablo bajo.

Michael llego con una bandeja en sus manos y sobre esta venían dos tazas vacías y una tetera. El chico la dejo sobre la mesa de centro y luego se sentó.

— La chica. — dijo la señora y yo alcé la mirada.

— ¿S-si?. — ella siguió mi voz y giró su cabeza sonriendo.

— ¿Como te llamas corazón?. — pregunto.

— Anna Lerman Jhonnson. — dije un poco nerviosa.

— Si...ellos me dijeron que vendrías. — sonrió. En mi mente saqué la conclusión de que por “Ellos” se refería a los chicos. — Acércate a mi cariño, quiero conocerte. — lentamente me paré de mi lugar y caminé hacia donde estaba ella sentada, las miradas de los chicos me seguían en cada movimiento que daba y eso me hacia sentir más nerviosa. Al llegar a su lado la mujer estiró sus manos y comenzó a tocar mi rostro, yo mientras tanto estaba arrodillada en el piso. La mujer sonreía más y más al tocar mi rostro. — Debes ser muy linda. — me sonroje y escuché algunas risas. — Dame tu mano. — alcé mi mano y ella la toco, su mirada estaba pérdida en algún punto de la casa mientras que sus dedos tocaban cada línea de mi palma. — Oh...entiendo...— dijo y yo la miré atenta. — Tu tienes algo muy especial en ti. Pero tranquila, tu secreto esta a salvo conmigo cariño. — me sonrió cálidamente. — Yo conocí a tu abuela. — me sonrió.

— U-usted me recuerda mucho a ella. — dije sincera.

— En la adolescencia fuimos grandes amigas. — acaricio su rostro. — Despues la volví a ver cuando ya tenía una hija...si no me equivoco su nombre era Claris.

— Si, ella es mi mamá. — dije admirando todo lo que ella me decía.

— Las tres se parecen mucho. Tienes los mismos rasgos de tu abuela cuando era joven. — soltó una risita. — Michael...dale un poco de té a la chica.

— Abuela, no es necesario...— dijo él. Yo lo miré confundida y la abuela solo guardo silencio. Él solo suspiró y sirvió un poco en una taza, la arrastro hacia mi y luego me miró. — Cuando lo bebas sentirás cosas diferentes, no tienes que asustarte, cada cosa que veas hará que mi abuela te conozca mejor. — mi rostro seguía confundido. — Luego entenderás. Tienes que tomarlo antes de que se enfríe y de un solo sorbo. — asentí y tome la taza con mi mano.

LukeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora