Me decían que las malas acciones llevaban a la muerte, pero yo nunca he hecho nada malo (claro, que eso estaba entre lo que yo entendía de lo que estaba bien y lo que estaba mal). Y a pesar de todas mis acciones completamente regulares, tengo un tumor.
Unos lo poseen por una extensión de cáncer de pulmón, o de diversos lugares, pero habían otros casos, como el mío, en el que simplemente aparecía ahí; en el cerebro.
No te preocupes, Melanie, esté donde esté siempre voy a cuidar de ti. Pensaré en ti hasta mi último respiro y me acordaré de el día en el que escribí ésta carta, fue simplemente como llamar a la muerte.
Te amo, así muera.
-P.
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Cartas para ella.
Genç KurguPeter Prescott, a sus dieciséis años de edad, posee una gran colección de cartas que ha escrito desde que tiene once años cuando conoció a la joven y extrovertida Melanie Scott. Peter consiguió su primer empleo como cartero una semana después de su...