Capítulo 19

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—Te llamaré más tarde —murmuró el chico mientras se miraba la mano.
Sonrió.
Le gustaba la manera en la que Lucy trazaba el número tres.
—Está bien —dijo la pelirroja, tímidamente.
Luke suspiró.
—¿Qué clase tienes? —entornó los ojos y alzó una ceja.
Lucy se encogió de hombros.
—No lo sé ¿por qué?
El rubio se acercó y le acomodó el ondulado cabello.
Se encogió de hombros e hizo una mueca.
—Pensé que podríamos escaparnos de clase un rato e ir a tomar unas malteadas.
Lucy sonrió ampliamente, pero negó con la cabeza.
—Tengo que entrar a clase —murmuró un poco avergonzada.
—Oh Lucy, vamos —alargó la "A" y después hizo un puchero.
La chica se quedó pasmada; para ella, de verdad, Luke Hemmings era lo más perfecto que había pisado el planeta Tierra.

Calum se había estado mordiendo la lengua todo el rato; Michael lo había encontrado a mitad de su camino hacia la puerta y después ambos se habían quedado recargados en la pared paralela a su salón.
El moreno resopló luego de ver a Mike, su mandíbula estaba tan tensa que llegó a imaginar que su amigo se cuartearía las muelas o algo así.
Hood se enderezó y recorrió los pocos metros que le separaban de la pelirroja.
Cuando llegó hasta ella le tocó el hombro con el dedo índice.
La chica se dio vuelta un tanto disgustada.
—¿Tienes los apuntes de Lengua?
Hizo una mueca. Se giró, abrió su mochila y comenzó a hurgar en ella.
Calum observó desafiante al rubio, quien se había tensado por completo.
—Son estos —murmuró apresurada mientras le entregaba un cuaderno forrado de color rosa pastel; en la parte frontal tenía un recorte de Noodle de Gorillaz.
—Gracias.
—Sí, de nada —Lucy le dio la espalda y volvió a dirigir su atención al rubio.
«—Sólo le hacía falta ahuyentarme con las manos y hacer shu, shu —pensó».
Él volvió a su lugar junto a Michael.
—Tengo tantas ganas de golpear a Luke y romperle la nariz —le dijo al de cabello verde.
El chico únicamente se encogió de hombros.

Luke tomó las manos de la chica.
—Anda, vámonos.
Ella negó con la cabeza.
—En serio tengo que entrar.
El rubio hizo un pequeño puchero de nuevo.
—Luke —susurró.
Él suspiró.
—¿Cómo puedo convencerte? —se acercó más a ella.
La chica tragó saliva.
—Luke —repitió; si hubiera tenido las manos libres se habría dado una palmada en la cara.
—Lucy —le respondió al oído.
Ella sintió su piel erizarse.
Hemmings sonrió y la apretó contra su cuerpo, encorvándose un poco para poder posar su mentón sobre el huesudo hombro de la chica. Comenzó a dar vacilantes pasos hacia los lados, como si de un baile se tratara; Lucy sintió que todo mundo los observaba. Miró por sobre la espalda del chico cuando dieron una vuelta completa.
Dio un respingo.
—Ese es mi profesor, me tengo que ir —se separó del rubio y corrió hacia puerta del aula. Entró rápidamente.
Luke suspiró, miró al cielo y se fue refunfuñando, con las manos metidas en los bolsillos del pantalón.

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