Cool Kids

Capítulo 21

El rubio aparcó la camioneta en algún lugar en la zona central de la playa de estacionamiento del centro comercial, justo donde se encontraba la entrada al área de comidas; caminó tranquilamente, con las manos metidas en los bolsillos delanteros de sus ajustados pantalones negros, palpando el frío metal de sus llaves y observando a su alrededor; a esa hora el lugar se encontraba casi desierto. Había demasiados sitios vacíos, tantos que podría haber dejado su auto aún más cerca de las puertas automáticas de cristal pero, tal vez inconscientemente, prefería caminar aquel largo tramo; lo había pensado durante todo el camino, se sentía torpe y estúpido por haber reaccionado de esa manera, no tenía porque haberse enojado con Lucy, seguía un poco desconcertado porque la chica le había rehuido pero ya se le había pasado.
En cuanto puso un pie dentro del complejo sintió el aire acondicionado golpear contra su cuerpo, afuera hacía el suficiente calor como para notar el cambio; suspiró y caminó en dirección al módulo de McDonalds donde pidió una hamburguesa doble acompañada de papas fritas y una Coca-Cola mediana. Se sentó a comer en una de las mesas más pequeñas y, hasta cierto punto, apartadas; varios minutos después se llevó el último bocado a los labios, tomó el papel en que su comida había sido envuelta, arrugándolo, y lo dejó caer en la bandeja; se levantó tomando el vaso con soda y dio un sorbo final. Tomó todo lo que había sobre la mesa y se dirigió al cubo de basura más cercano.

Aún después de comer Luke se sentía sin ánimos de volver a la escuela, todavía faltaban varias clases para su hora de salida así que decidió darse una vuelta por alguna de las tiendas, tal vez incluso inspeccionaría la cartelera del cine, por si le apetecía ver alguna película y así ocupar ese "tiempo libre". Entró a curiosear en un local de CD's y se encaminó a la sección de vinilos; se mantuvo absorto buscando cualquier cosa que le pareciera interesante o alguna banda conocida cuando se percató del par de risillas tras de él, miró discretamente por sobre su hombro. Había un par de chiquillas haciéndose las tontas con los cd's, mientras encontraban el momento perfecto para escrutarlo con la mirada; una de ellas, de cabello lacio y rubio llevaba una paleta en la boca, su mirada café se encontró con los ojos azules del chico y ella sonrió. Hemmings se giró inmediatamente, ignorándola pero ella decidió acercársele.
—Hola —dijo con fingido desinterés, al tiempo que examinaba las portadas de los vinilos.
—Hey —el chico ni siquiera la miró.
La niña debía de tener, por mucho, quince años; seguramente ella y su amiga habían pasado de la escuela esa mañana, pensando que lo más atrevido que podían hacer era fugarse al centro comercial.
—¿Cuál es tu nombre?
Él la miró de soslayo; la rubiecilla metía y sacaba la paleta de su boca, como si intentara seducirlo; enseguida Luke pensó en Lolita y su estómago se revolvió.
—Robert —habló cortante; no era una mentira, ese era su segundo nombre, solo que casi no lo usaba.
La chica asintió.
—Me llamo Lou.
El alto apretó los labios.
—Bueno Lou, se me hace tarde y me tengo que ir —se enderezó, suspiró y salió de ahí.
Pudo ver por el rabillo del ojo como la rubia volvía donde su amiga y negaba con la cabeza evidentemente molesta y cruzándose de brazos.
Luke hizo una mueca y subió por la escalera eléctrica, en dirección a los cines, pasó justo a un lado de la pista de hielo, sacó su teléfono y sonrió; aunque no estaba bien seguro de lo próximo que haría.