Salgo con una sonrisa de satisfación del Houston ya que Greg Allen había aceptado nuestra oferta, y no puedo evitar sentirme orgulloso de mí mismo.
Reviso mi móvil antes de encender el auto y frunzo mi ceño al encontrar un mensaje de Alee.
Ni siquiera sabía que tenía mi número.
De: Alee.
¿Podemos hablar?
Mi ceño se frunce aún más al leer su contenido, y pongo en marcha el auto sin constestarle. Y es que no logro entender qué es lo que quiere. Primero me odia, luego empiezo a caerle bien y después vuelve a odiarme.
Ésta chica está más bipolar que mis sentimientos.
Freno casi de golpe cuando me doy cuenta de que utilicé la palabra «sentimientos» cuando me referí a ella. No, no tengo sentimientos encontrados por ella. Solo confusión, bastante. El cláxon de un auto me vuelve a la realidad y piso el acelerador mientras niego con la cabeza.
Aparco frente al restaurante y subo las escaleras rápidamente, entro a mi oficina y recojo mis cosas con rapidez para no tener que toparme con ella.
He tenido un buen día hasta ahora y no quisiera que lo arruinara una chica sarcástica que, por lo visto, solo quiere sacarme de mis casillas y confundirme más de lo que estoy.
Tenía una sola meta con ésta chica, y todo me salió al revés. He tenido suficiente de ella y de sus señales mixtas. Demasiado es con haber cambiado mi prometido y, para el colmo, no haber obtenido ninguna ganancia.
Apago mi laptop y la entro en el maletín antes de coger mi chaqueta.
—Ya no más—digo antes de voltearme y encontrarla con los brazos cruzados debajo de su pecho.
—¿Disculpa?—cuestiona con el ceño fruncido, y niega con la cabeza borrándolo rápidamente—. No importa. En fin, ¿ya te vas?
—Sí, así es—me limito a decir. Camino hacia la puerta pero se coloca delante de ésta para evitar mi huída—. ¿Necesitas algo?
—Sé que leíste mi mensaje.
—Lo leí, sí.
—¿Podemos hablar?—pregunta después de soltar un suspiro.
Pongo los ojos en blanco y vuelvo a mirarla.
—¿De qué?—la miro fijamente a los ojos y trago en seco al ver el verde en éstos—. No creo que quieras hablar con un idiota.
—Yo...
—No tengo tiempo para tus juegos, ¿sí?—alza sus ojos al escucharme y baja sus brazos a los costados de su cuerpo.
—¿De qué hablas?
—Éste tiras y halas...—respiro hondo y suelto mis cosas—. Primero te caigo mal, luego no, después sí. Decídete de una vez por todas. Intento mantener las cosas en calma entre nosotros dos, sé que al principio no fue así pero lo intento. Un día estás bien con ello y al siguiente no.
—Pero, ¿de qué...
—¡Si es por el puesto, podemos buscar la manera de estar los dos pero deja de meterte en mi camino cuando dejaste muy claro que no querías ni saber de mi existencia!
Me giro y respiro profundamente. Me paso las manos por el rostro con enojo, e intento calmarme.
—Derek, ¿qué...
—¡Me gustas!—le grito al voltearme nuevamente.
—¡Tu también me gustas, joder!
N/A:
Hola.
Dejaré esto por aquí y me iré lentamente.
Te quiere, Endless.
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Bluie
Historia Corta«Derek solo cruzaba frente a un auto cuando escuchó la puerta abrirse y de ella salir una hermosa chica con cabello azul... y por lo visto, mal carácter» *** 2do libro de la saga ¨Las chicas de colores¨. Queda prohibida la copia o adaptación de esta...