Dieciséis. Parte 2.

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Me quedo mirándola a los ojos, intentando procesar sus palabras.

No tardo mucho en reaccionar y me acerco a ella rápidamente, tomo su rostro y lo acerco al mío, siento su respiración mezclarse con la mía y, sin pensarlo más, la beso.

Sus manos suben a mi cuello y se apega más a mí. Bajo una de mis manos a su cintura sin soltar sus labios ni por un segundo. El beso es desesperado e intenso.

Un pequeño gemido sale de su garganta y no espero más, la levanto y siento cómo enrolla sus piernas alrededor de mi cintura antes de dejarla encima del escritorio.

Me separo de sus labios para poder adquirir algo de oxígeno, pero rápidamente acerco mis labios a su cuello y empiezo a dejar pequeños besos allí mientras la escucho suspirar. Mis manos acarician suavemente sus piernas mientras que las suyas se aferran a mi espalda.

Subo a su boca nuevamente y gruño cuando siento sus dientes en mi labio inferior.

El sonido del puño de alguien tocando la puerta nos hace separar rápidamente. No se mueve, ni yo tampoco lo hago aunque carraspeo un poco antes de hablar.

—¿Sí?—mi voz suena ronca y vuelvo a carraspear.

—Quería saber si querías salir con nosotros—escucho a Maelle del otro lado de la puerta.

—Estoy un poco ocupado ahora mismo pero en unos minutos te llamo y te aviso—las palabras salen como carretas por una colina, deseando que se fuera para poder seguir besando a la hermosa chica que tenía en frente.

—¡Está bien!—sus pasos me dejan entendido que se ha alejado.

Volteo a mirar a azul y ésta se encuentra con las mejillas sonrojas y los labios algo hinchados. Tomo su rostro en mis manos y le acaricio con los pulgares.

Abro la boca para decir algo pero sus labios me callan en un pequeño beso, menos intenso que los anteriores.

—No digas nada—susurra.

Me aleja con el brazo y baja del escritorio, respira profundamente y empieza a caminar hacia la salida. La tomo del brazo haciendo que gire y me acerco a ella, mi mano se desliza hacia su cintura y nuestros labios se rozan. Su espalda choca con la puerta cuando nos movemos, y sus ojos miran a los míos fijamente sin decir una sola palabra.

Suelto su muñeca y llevo mi mano hacia su rostro, donde acaricio suavemente su mejilla.

—Déjame llevarte a casa—le digo en voz baja.

Niega con la cabeza. Parece perdida en sus pensamientos pero no aparta su mirada.

—Entonces, déjame llevarte a otro lado—asiente levemente antes de alzarse un poco y rozar nuestros labios antes de unirlos.

De repente me siento en una burbuja, en la cual solo quiero estar con ella.

N/A:

Vuelvo y repito. Dejaré esto por aquí y me iré lentamente.

Lamento si alguien se ha sentido ofendido, o asqueado, con este capítulo. He visto muchos comentarios que contienen la palabra «asco» cuando alguna parte de la historia se eleva de tono, por así decirlo. Si te sientes así, te invito a dejar de leer porque es una actitud inmadura ante esos temas. Aclaro, no soy una escritora erótica o como quieran llamarle, solo escribo lo que creo indicado y encaje con mis personajes. Así que, lo siento. Aunque no es como que vaya a detallar cosas más de lo que lo he hecho, lo cual creo que no ha sido erótico. Sorry not sorry.

Te quiere, Endless.

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