Mis dedos se mueven sobre el timón al ritmo de la canción mientras que pienso en si le gustará lo que tengo planeado para esta noche.
—No veo muchos carros por aquí—la escucho decir con cautela—. No me vas a secuestrar, ¿o sí?
Suelto una carcajada por sus ocurrencias, aunque no está mal la idea.
—Quisiera—musito, y la miro de reojo. Sonrío al ver cómo sus ojos se abren como platos—. Pero no, estate tranquila que esos no son los planes de esta noche.
—Eres un tonto.
Bajo una de mis manos y la coloco sobre su rodilla, al igual que en el evento, y empiezo a acariciarla levemente con mi pulgar. Segundos después siento su mano encima de la mía, e imito su sonrisa.
Estoy ansioso por llegar a la casa de playa de mis tíos, así que acelero un poco y la siento tensarse bajo mi palma.
—¿Estás bien?—pregunto, volviendo a bajar la velocidad.
—Sí, sí—habla rápidamente y no estoy tan seguro—. Solo no soy amante de la velocidad.
Asiento levemente y mantengo la velocidad un poco más baja del mínimo que debería correr en la carretera. Subo un poco la radio para que el silencio no se vuelva incómodo y fijo mi mirada hacia delante.
—¿Me vas a decir dónde vamos?—cuestiona luego de varias canciones.
Sonrío y niego con la cabeza. Se cruza de brazos mientras mira por la ventana.
Y unos 20 minutos después, unas grandes rejas se encuentran en nuestro camino y éstas se abren luego de poner mi huella en la pantalla que está al lado. De reojo puedo ver su ceño fruncido pero no dice nada.
Las luces alumbran el camino hacia la casa de mis tíos cuando pasamos por el jardín, y se encargan de darle un toque más brillante a todo el lugar. Cuando aparco el auto frente a la gran entrada, me bajo del auto y lo rodeo para abrir su puerta. Le brindo mi mano, la cual toma con el ceño fruncido y se pone de pie.
—¿Seguro que no me estás secuestrando?—pregunta ladeando la cabeza levemente.
—Quizás solo por una noche—le susurro al oído, y noto como se eriza haciéndome sonreír de lado—. Vamos.
Después de entrar, enciendo algunas luces y me volteo a mirarla. El sonido de las olas se puede escuchar claramente y el olor de la arena se siente en el aire.
Paz, esa es la mejor palabra para describir este lugar.
—O tienes un buen equipo de sonido o me estoy volviendo loca porque escucho olas como si estuviera en la playa—dice haciendo gestos con la cara.
—Ven—digo antes de tomar su mano.
La guío hasta el balcón donde se puede apreciar toda la playa, incluso el muelle que está más adelante.
—¡Me traíste a la playa!—grita emocionada.
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Alee's POV
Siento la arena debajo de mis pies, al igual que la sensación de satisfación al dar cada paso sobre ella. Sus dedos rodean los míos mientras balanceamos nuestros brazos hacia atrás y adelante, y el sonido de las olas nos acompaña mientras mis neuronas trabajan rápidamente intentando hablar con él.
No es una ni dos veces las que abro la boca esperando que algún sonido salga de mi garganta pero esto no sucede. Derek parece sumergido en sus pensamientos, lo cual me pone más nerviosa.
—¿Qué te tiene tan preocupada?—lo escucho cuestionar.
Giro mi rostro para mirarle pero está cabizbajo, así que vuelvo mi mirada hacia delante a la vez que respiro profundamente.
—¿Qué sientes por mí?—la pregunta sale de mis labios sin previo aviso.
—¿Por ti?
—Sí, por mí, Derek—digo deteniéndome, antes de soltar su mano—. No te hagas el tonto aunque ambos sabemos que eres así de nacimiento.
Se gira quedando frente a mí, e inclina su cabeza levemente mientras su mirada se posa sobre la mía. Respiro hondo y me quedo mirándolo fijamente.
—¿Qué quieres que te diga?—dice suavemente, haciendo que frunza el ceño—. ¿Que me gustas tanto que la mayor parte del tiempo que estoy contigo se me olvida respirar? ¿O que mis días son mejores desde que estás en ellos?—sus palabras hacen que los latidos de mi corazón se aceleren pero no soy capaz de decir nada—. ¿O tal vez que cada vez que te veo deseo abrazarte y no soltarte más? ¿Quizá que eres hermosa y soy más que afortunado de tenerte a mí lado?—continúa diciendo, y siento el caliente subir a mis mejillas—. ¿Que me encanta verte sonreír porque tienes la sonrisa más bonita que he visto en mi vida? ¿O que mi propósito es hacerte feliz tal y como tú me haces feliz? ¿O mejor que, en resumen, te quiero?—toma aire antes de negar con la cabeza—. No, Alee. Eso no saldrá de mí.
Empieza a caminar nuevamente, dejándome con la boca abierta y el corazón acelerado. Tardo unos segundos en reaccionar y siento cómo mi respiración se vuelve agitada.
—¡Derek, espera!—grito haciendo que se te detenga, y empiezo a caminar hacia él—. Ha-has dicho que me quieres.
—He dicho que no te lo diré—dice, aún de espaldas.
—Tú dijiste todas esas cosas y yo...—inspiro aire antes de alzar mi mano para tocar su hombro—No sé qué decir, digo, no m--no me esper...
De repente siento sus labios sellar los míos en un cálido beso. Un escalofrío recorre mi cuerpo mientras sus manos vuelan a mi cintura, lo cual agradezco porque siento cómo si fuera a desvanecerme en cualquier momento. Sujeto su rostro con mis manos para sentirlo más cerca y el mundo a mi alrededor desaparece por completo.
Se separa de mi lentamente, dejando pequeños besos en mis labios, y al abrir los ojos me encuentro con su gran sonrisa.
–Derek, yo...–la voz apenas sale de mi garganta.
***
N/A:
Dejaré esto aquí, y me retiraré lentamente.
¡Tengan un bonito día, mis pedacitos de cielo!
Los quiere, Endless.
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Bluie
Short Story«Derek solo cruzaba frente a un auto cuando escuchó la puerta abrirse y de ella salir una hermosa chica con cabello azul... y por lo visto, mal carácter» *** 2do libro de la saga ¨Las chicas de colores¨. Queda prohibida la copia o adaptación de esta...