Diecisiete. Parte 3.

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—Debo admitir que le he cogido cierto cariño al restaurante—digo, perdido en mis pensamientos mientras acaricio su cabello—. Pero estar ahí gracias a un cierto tipo de amenaza de tu propia madre no es agradable. 

No sé en qué punto había decidido contarle mis cosas pero, una vez que abrí la boca, no pude detenerme. 

Sus ojos verdes me miran atentamente, interesados en lo que digo, totalmente diferente a la mirada que suele darme todos los días. Su cabeza reposa en mis piernas mientras la acaricio.

Esto es extraño. 

—Entonces todo se debe a ella—afirma en voz baja. 

—Y a tal chica de cabello azul, tal vez. 

Una pequeña sonrisa aparece en su rostro y empieza a jugar con sus manos. La miro curioso, esperando a que alguna palabra salga de su boca pero tarda unos minutos. 

—Esto es una locura—dice sentándose de golpe. 

—¿De qué hablas?—frunzo mi ceño, y tomo su mano para que se gire hacia mí.

—Esto, nosotros—nos señala varias veces. 

—¿Y eso es malo?

Su mirada se posa sobre mí y la mantiene ahí por unos largos segundos. Se acerca lentamente hasta que siento su aliento chocar con el mío. Sus ojos se desplazan hasta mis labios y vuelven a subir hacia los míos, y hace ese recorrido varias veces. Subo mi mano hacia su rostro y me estremezco al tocar su piel, sonrío cuando noto el mismo efecto en ella. Relamo mis labios cuando estoy a punto de rozar los suyos. 

—¿Es malo?—vuelvo a preguntar en un susurro. 

—Puedes hacerme daño—cierra sus ojos y respira hondo antes de volver a abrirlos—. Y yo a ti. 

Subo mi otra mano a su rostro y niego con la cabeza. 

—Esta noche no, solo quiero que pienses en el ahora, ¿sí?—pregunto suavemente y ella asiente—. Y ahora voy a besarte. 

Una pequeñarisa sale de su garganta antes de unir nuestros labios en un cálido beso.

***

Suelto un bostezo e intento estirarme pero algo me lo impide. Volteo el rostro y veo a azul dormida a mi lado. Debe ser tarde, y lo confirmo cuando mi reloj muestra las 3am en su pantalla digital. Intento pararme sin despertarla y suelto el aire que había contenido cuando me pongo de pie. 

Voy a la cocina y tomo una botella con agua. Le doy un sorbo mientras miro a la chica que está totalmente dormida en el sofá de mi apartamento. Me volteo para dejar la botella en la nevera y respiro hondo. 

Demasiados sentimientos llegan en el momento que me giro y la veo murmurar algo y frotarse la nariz aún dormida. Los recuerdos de nuestras coversaciones hace unas horas hacen presencia en mi mente, y me apoyo en la barra de la cocina mientras la observo dormir. 

Era claro que me sentía cambiado. Hace unos meses solo la quería fastidiar, y tal vez llevármela a la cama, ahora todo es diferente. Del odio al amor hay una línea muy fina y me atrevo a decir que estoy cerca de cruzarla. Y eso me aterra. 

¿Qué pensaría mi madre de todo esto? 

Niego con la cabeza ahuyentando esa pregunta de mi mente. Ella no lo entendería. Mi madre es una mujer muy ambiciosa y orgullosa. El tener el apellido de mi padre la ha llevado a ser una persona totalmente diferente, y el poder se le ha subido a la cabeza. 

—¿Derek?—la voz angustiada de Alee me saca de mis pensamientos y camino hacia ella con prisa.

—Alee, estoy aquí—digo buscando su mirada pero está vuelta un manojo de nervios—. Alee, mírame—tomo su mano y con la otra tomo su mentón para que me mire—. Todo está bien. 

Siento cómo su pequeño cuerpo se abalanza sobre mí buscando refugio y mis brazos la envuelven inmediatamente. Frunzo mi ceño mientras paso mi mano por su espalda intentando transmitirle alguna especie de tranquilidad. Y parece funcionar. Minutos después, su respiración se ha calmado pero yo sigo intentando descubrir qué ha pasado anteriormente.

—¿Deseas que te lleve a casa?—pregunto rompiendo el silencio, sin saber qué más decir.

Sube su rostro y me mira, parece indefensa. Sin embargo, cambia su actitud y se aleja.

—Sí—dice en voz baja y se pone de pie. 

Los primeros botones de su camisa están abiertos y me permiten ver su escote, aunque intento no pensar en ello. Alee espera a que me ponga de pie y, luego de ponernos los zapatos, salimos. El frío aire nos azota cuando salimos del lobby y me acerco a ella para poder abrazarla. 

Cuando entramos al auto, me quedo mirándola y ella gira su rostro al ver que no lo pongo en marcha. 

—¿Estás bien?—pregunto. 

—Solo olvídalo—se limita a decir, y decido callarme y arrancar.

Minutos más tarde me parqueo frente a su casa. Espero a que se baje del auto pero no lo hace y volteo a mirarle. Está absorta en sus pensamientos mientras juega con sus manos. 

—Gracias—dice y se acerca para dejar un pequeño beso en mi mejilla.

Tomo su mano cuando abre la puerta y la hago girar. Agarro su rostro en mis manos y beso suavemente sus labios. 

—Nos vemos mañana, ¿sí?—digo sin alejarme.

Ella asiente varias veces y le suelto. La veo caminar hasta que entra a su casa y le pierdo de vista. 

N/A:

Interesante, ¿no? 

Por tercera vez lo repito: dejaré esto por aquí y me iré lentamente...

¿Aleek será real? #AleekFam.

No olvides comentar y dejarme tu opinión. Nos vemos en la próxima.

Te quiere, Endless.


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